LA PARADOJA COLOMBIANA

...

- Una MEGA-REFORMA agraria con políticas agrícolas y de desarrollo rural conforme a la realidad del campesinado colombiano

- Acompañamiento, direccionamiento y asesoramiento del Estado para un mejor y más sostenible uso de la tierra, a través de programas de zonificación del suelo y optimización del uso del suelo.

- Asistencia técnica y tecnificada constante y permanente,

- Créditos bancarios de fácil acceso para los pequeños propietarios de tierra o aquellos que sean meros tenedores de tierra, permitiendo un acceso igualitario a las ayudas crediticias.

- Una directa vinculación de los productores con el mercado nacional y mundial.

- Una reducción de los índices de importación de materias primas que son producidas en el área local e incentivar el consumo de la producción nacional.

- Una reforma educativa que se adapte a las necesidades de las zonas rurales, donde se permita un mayor y más fácil acceso a la educación de todos los niveles para aquellos que buscan capatizarse.

- Mayor acceso de los productores a las nuevas tecnologías para facilitar la producción de los cultivos y permitir la reducción de costos de producción.

- Programas y políticas de mejoramiento de los servicios y bienes públicos que permitan mejores condiciones de vida en los sectores rurales.

- Incentivar la investigación e implementar con estas estrategias locales que permitan mitigar los efectos de los cambios climáticos y demás situaciones que puedan afectar la línea de productividad.

- Mejoramiento de la infraestructura vial de las áreas rurales.

- La descentralización estatal en lo referente a recursos, políticas y programas, generando una relación más directa entre el Estado y las comunidades locales y permitiendo que este tenga un diagnóstico más real de la situación que viven tales sectores y que aquellos programas y políticas se ejecuten de acuerdo con lo predispuesto.

- Ejecución de los proyectos de sustitución de cultivos ilícitos, con el constante y permanente acompañamiento, capacitación y financiación que permitan incentivar el uso licito de la tierra.

- Estimular la participación política directa de estos sectores en las decisiones estatales, creando una nueva circunscripción especial con curules para una representación más directa de los campesinos colombianos y sus intereses.

- Una reforma gremial que permita una mejor organización de cada uno de los sectores productivos, buscando que los gremios trabajen de acuerdo con los intereses de aquellos de quienes son voceros.

- Un censo continuo para un diagnostico permanente y real de la situación del campo colombiano que le permita al Estado crear políticas conforme a lo que se demanda.

- Reconocer al trabajador de la tierra como sujeto de los mínimos derechos de seguridad social y pensión, permitiendo con esto una oficialización y reconocimiento jurídico del trabajo del campesino colombiano.

En conclusión, el campo colombiano hoy refleja el flagelo constante y permanente del que ha sido víctima; y la inoperancia, omisión y negligencia de toda una institución estatal que ignora la situación del sector que más aporta a la economía del país y que del que el país vive, siendo esta la manifestación más fiel de esta paradoja de país.