LUNA DE AVELLANEDA – ENFOQUE PSICOSOCIAL
Enviado por Ledesma • 12 de Noviembre de 2018 • 1.778 Palabras (8 Páginas) • 526 Visitas
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desde las propias carencias y el aprendizaje se detendrá.
Los ámbitos de la conducta desarrollados por Bleger se hacen evidentes en las distintas situaciones que van viviendo Román, su mujer, sus hijos, los miembros de la Comisión, Amadeo, Ismael, etc. Cada uno de ellos las desarrollará en los diversos ámbitos: psicosocial, socio dinámico con sus mutuas representaciones internas, institucional en la tarea o proyecto que los reúne como es el futuro del Club y la pertenencia a la comunidad como ámbito de cohesión y pertenencia.
La telé negativa hacia Alejandro es muy evidente con Amadeo y con Román ya que situaciones del pasado aparecen permanentemente mostrando las conductas de cada uno y que hoy repercuten en este proceso de continuar o terminar con el club. Alejandro, representante del poder del Estado, pretende ser líder pero no tiene legitimación comunitaria, está centrado en el poder con un aparente sentido social y democrático en un discurso que muestra sus miserias a cada paso.
La infancia y la juventud como etapas de vida tienen entre otros exponentes muy claros a Dalma Macarena y Darío, los hijos de Román, también los chicos que juegan al básquet. Dalma es parte de un sector excluido y el hijo de Román siente que su país lo excluye. Dalma tiene en el club una posibilidad y Darío, como tantos en ese contexto y hasta Román, por un momento, buscan huir de la situación, creyendo que en el extranjero, van a salvarse. Se observan momentos en los que el joven necesita incluirse en el mundo del trabajo., en los que transgreden para crear su propia vida.
La adultez, aparece en la mayor parte de los personajes, la preocupación por el futuro y los sueños a cumplir.
En la adicción al alcohol en Amadeo aparece alguna fijación infantil y en la actitud de Cristina, la profesora de danzas aparece un mecanismo de defensa, como es la negación, por miedo a sufrir si se enamora o en Román que no quiere aceptar que su esposa lo engaña o que el club está agonizando.
La situación comunicacional es muy impactante, impera la violencia en las parejas, Román y Verónica por ejemplo, en la búsqueda de una salida de Graciela, en la relación con su hijo y con su ex marido, en la exclusión de Dalma, en la reacción de Román frente a la pérdida de trabajo de su hijo y en la cachetada que Verónica le da a su alumno. El tambaleo de vínculos sanos pone en peligro la salud mental de cada uno de ellos a causa de lo que les toca vivir.
La comunicación no verbal es magnífica en la escena en la que Román y su hija intercambian emociones durante la danza. El Complejo de Edipo aparece en el enamoramiento de la niña hacia su padre. Ella es la única que puede elogiar el perfume de su papá que todos rechazan.
Se pueden observar muchos vínculos, gratificantes, frustrantes y ambivalentes. Hay conductas agresivas por ejemplo por parte de Alejandro y asertivas por parte de Román. El miedo a la pérdida frente a las estructuras existentes por parte de Román y el miedo al ataque frente a la inseguridad se instalan en muchos miembros del club.
Falta de políticas de salud, falta de trabajo, desvalorización de quienes tienen poder hacia quienes buscan sobrevivir con trabajos dignos cuya retribución no cubre las necesidades mínimas repercuten en los grupos primarios, en la escuela, en las instituciones y en toda la comunidad.
El cuestionamiento al sistema educativo y sus modos de evaluar y enseñar por parte del alumno de Verónica nos enfrentan a una problemática muy actual acerca de lo que significan enseñar y aprender, conectándonos en esa disyuntiva con el “enseñaje” del que nos habla Pichón fusionando en ese término enseñanza y aprendizaje que se retroalimentan. Ella proyecta en su alumno su propia frustración que después reconocerá frente a Román.
Desde la Psicología Social, puede decirse que hubo un aprendizaje que atraviesa lo vivido por los integrantes de “Luna de Avellaneda” y que como se opera desde la mirada hacia el otro, el vínculo sano puede resurgir cuando la esperanza ilumina los corazones. Entonces, a pesar del dolor, todo es posible.
Para el final dos momentos en particular:
En su monólogo final, Román dice que la felicidad que Dalma puede encontrar en el club y la pertenencia de él mismo a su barrio, su lugar, al club no pueden entenderse desde la razón. El sentir y el hacer no están incluidos en la conducta de Alejandro. Dalma le da sentido al Club porque Dalma es el otro, el que no puede ver el concejal, el que debo incluir en mi mirada.
A pesar de lo que viven los personajes, siempre hay una nueva oportunidad, hubo un aprendizaje en el dolor que puede florecer, si el amor se enlaza en los vínculos. Hay una nueva vida para Amadeo, un resiliente que se convierte en padre y hay una posibilidad de un nuevo Club que desde lo social, deportivo y cultural permita reconstruir el entramado social, la identidad y busque la inclusión desde la lucha colectiva por no dejar que los valores y los sentimientos internalizados se pierdan ya que son la columna vertebral de la comunidad.
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