La criminología es parte del derecho que estudia el delito, sus causas, las maneras de evitarlos y el modo de actuar de las personas que lo cometen.
Enviado por Ninoka • 25 de Febrero de 2018 • 5.091 Palabras (21 Páginas) • 610 Visitas
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La criminología no solo facilita la justificación si no que se promueva la trasferencia de varias políticas a otros textos y tiempos.
La criminología es una disciplina joven, que proviene de la época de la Ilustración que explica la criminalidad y la victimización; Si bien la criminología es un derecho penal moderno también mejora progresivamente la pena transparente.
El castigo se administra de forma inmediata y en tales delitos más dañinos serán castigados más severamente que los delitos menores.
La teoría clásica renace en los años 80. Esta vez con ciertas aportaciones que nos brindan economistas y psicólogos cognitivos. Ciertas contribuciones neoclásicas hacen énfasis en la parte del posible delincuente, del efecto disuasorio del derecho penal sobretodo el efecto de la certeza de la exigencia de una pena, entonces para oprimir la delincuencia el pueblo debe educarse para observar y temer los efectos disuasorios.
Dentro del modelo clásico se presume que el ser humano es racional por lo que se emana la criminología administrativa, donde nosotros mismos pudiéramos construir un prototipo penal jurídico que sea exacto y predecible y así lograríamos subyugar las tasas elevadas de la criminalidad.
Partiendo del punto de vista clásico la criminalidad es el resultado de una falla humana, por el defectuoso sistema de penalización, a finales del siglo XIX y principios del nuestro surgieron grandes cambios en las políticas criminales.
La escuela positiva decía que la criminalidad era causada por circunstancias ajenas al criterio del individuo: psicología, sociedad, etc. Y fue así como surgen algunos cambios como l del aparato represivo penal y también en políticas enfocadas en crear cambios en situaciones sociales e individuales de las conductas delictivas, Montero D defendía la situación de jueces como médicos sociales.
Shaw & McKay presento la teoría de la “Desorganización social”, fue la respuesta de un cambio de ideas Durjheimianas en el ámbito Norteamericano a principios del siglo XX, plantea una política criminal en los vecindarios dentro de las ciudades. Una vez más la transformación social es desestabilizadora, no obstante en esta escuela la parte urbana es quien sufre la llegada de inmigrantes y los problemas que acarrea la industrialización y eleva el nivel criminógeno. Es así como esta teoría se usa para justificar las diferentes políticas urbanas que hoy en día busca disminuir los índices de crímenes atreves de una regeneración social.
Wolfgang y Ferracuti, en 1982; Miller en 1958 presentan teorías “Subculturalistas” donde nacen políticas criminales muy efectivas ante la problemática de pandillas y el crimen organizado. La forma de disminuir este tipo de delitos, se emplearía políticas de “Transformación de valores” o políticas más agresivas de desmotivación y separación. Un buen ejemplo seria ver como las políticas penitenciarias de separación se aplican para evitar la libre formación de pandillas en las cárceles.
Merton en 1968 y Cloward & Ohlin en 1960 plantean su teoría de “Frustración” justifican los crímenes como el resultado de la frustración hacia los objetivos pro sociales usualmente económicos, según esta metodología la criminalidad es producto de las desigualdades sociales en la que los individuos se desenvuelven, lo que significa que los delincuentes al igual que todos buscamos, pero con la diferencia que estos individuos lo hacen de manera ilegal. Algunas políticas sociales de redistribución de las rentas buscan reducir las tasas delictivas, con la clara idea de que estas “oportunidades” van a ayudar a las personas de grupos marginados.
Suntherland y Cressey en 1960 en su teoría de “Asociación Diferencial” se centran en modelos pro sociales y al proceso de enseñanza a los antisociales que demuestra patrones de comportamientos delictivos. Para disminuir la delincuencia será necesario una política criminal que rechace el aprendizaje de las conductas criminales como por ejemplo la reducción de programas de televisión violentos o a través de programas escolares de prevención de la violencia entre grupos semejantes. El maltrato infantil y ser testigo de violencia intrafamiliar es un factor de riesgo en el comportamiento y desarrollo de tendencias criminales del individuo, Un buen inicio seria romper estos procesos de aprendizaje mediante la solución de problemas de forma más pacífica y no ilícita.
Hirshi en 1969 en su teoría del “Arraigo Social” supone que si mejora el arraigo social en cuatro puntos estratégicos que son el apego a los padres, participación en actividades pro sociales, compromiso con valores pro sociales y creencias morales, se podría tener una disminución de las conductas delictivas. La teoría es buena ya que previene y justifica algunas políticas criminales, puede ser la base de políticas familiares fortaleciendo lazos de padres & hijos, políticas escolares fortaleciendo los lazos de compañerismo y planes de vida entre los jóvenes, planes de tiempo libre fomentar el buen uso del tiempo libre como las alternativas a las conductas sociales del alcoholismo y políticas morales fomentar contactas correctamente morales en los jóvenes como una vacuna social contra la delincuencia.
Becker en 1963 y Lemert en 1967 en sus teorías del “Etiquetado” plantean que el uso de penas no corrige ni tampoco previene sino que más bien corrompen y fomentan próximos ya que la sociedad aplica una etiqueta al infractor. La política criminal basada en esa teoría busca disminuir el efecto estigmatizador de la sociedad.
La “Criminología Critica” tiene implicaciones muy fuertes en el aspecto de la política criminal, aunque la escuela criminológica en su aspecto más radical optaría por métodos nada realistas. Las implicaciones van enfocadas con el cambio de la estructuración de la sociedad completa y hasta ese instante, la puesta en evidencia y las denuncias de las injusticias sociales.
Las teorías “Victimológicas” que se enfocan en la prevención de los crimines desde el punto de vista de las víctimas y desde el ámbito de su victimización plantean políticas criminales que intentar modificar hábitos cotidianos, principalmente de posibles víctimas de un delito o sector criminógenos.
Desde este punto de vista, si la política criminal solo preocupa del infractor el problema solo se estaría tratando una parte del problema delictivo. La política criminal debe sostenerse en el riesgo de victimación que todos experimentamos, y así enfocarse en la reducción de la vulnerabilidad. Las
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