La eutanasia es un problema bioético, pues tiene dos perspectivas, una buena, a favor, y otra mala, en contra. Se abordarán posteriormente.

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Sin embargo, ¿qué pasa con el estado mental de la persona que desea la eutanasia?, por lo general aquellos que la buscan son personas deprimidas, trastornadas emocionalmente, y ya que una persona en estas condiciones no puede tener un pensamiento claro, por lo que no se les debería dejar tomar esta decisión. Cuando uno está sólo, anciano, enfermo, paralítico tras un accidente… es fácil sufrir ansiedad y depresión que llevan a querer morir. En un país sin eutanasia, los médicos y terapeutas se esfuerzan por curar esta depresión, devolver las ganas de vivir y casi siempre tienen éxito si el entorno ayuda. Por el contrario, en un país con eutanasia, en vez de esforzarse por eliminar la depresión se tiende a eliminar al deprimido “porque lo pide”.

Además la eutanasia es un problema para el médico que atiende al paciente deseoso, pues cada médico está comprometido a conservar la vida, el fin de la medicina es curar. La eutanasia termina con la vida de un paciente, y no cura; esto quiere decir que va totalmente en contra de la ética médica.

Todo ser humano posee una dignidad que debe conservar, morir con dignidad debería ser un derecho. Sin embargo, las personas que la apliquen deberían ser otro tipo de especialistas, otro tipo de profesionales de la salud, que se dediquen específicamente a estos casos, pues la medicina se puede ver irrumpida.

Yo no estoy de acuerdo con la aplicación de la eutanasia, pues trae muchos problemas a los que rodean al paciente y el paciente por lo general no se encuentra en sus plenas facultades mentales. Creo que talvez una manera de solucionarse, sería aprobarla pero bajo muchas pruebas y bajo condiciones como antes de aplicarla, haber asistido a terapias psicológicas.