La globalización y sus implicaciones

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se tenía conocimiento.

Una de las cosas que han generado polémica, es la pretensión de la globalización por homogenizar la cultura, a partir de los medios de comunicación los cuales imponen formas de vida y determinados comportamientos que están mediados por el consumo, la creación de necesidades vanas y la intromisión de referentes culturales que provienen de Estados Unidos. Sin embargo, tal pretensión entra en conflicto de acuerdo al siguiente planteamiento: “(…) el mundo no puede temer una americanización cultural, porque la importación de ciertas costumbres norteamericanas no se hace nunca sin que se presente una hibridación y una reapropiación por parte de aquellos que son sus destinatarios”. De igual modo no sólo se presenta una universalización de la cultura norteamericana sino que también sobre ésta recaen diversos componentes de la cultura latina y de otras culturas.

Con respecto a las fuertes incidencias que generan algunos procesos del fenómeno de la globalización sobre el Medio ambiente son muchos los puntos de discusión, uno de ellos es la explotación indiscriminada de recursos naturales para la producción industrial, asimismo el uso de la dimensión política para favorecer a través de sus aparatos jurídicos la creación de tratados, convenios y alianzas que muchas veces permite la intromisión en países con riqueza natural y su posterior explotación.

No se puede pensar neutralmente en el fenómeno de la globalización, ya que de ésta se habla desde un lugar y diferentes perspectivas, desde las cuales se tiene referentes propios y experiencias.

Al intentar darle un carácter natural y universalista al proceso de la globalización se puede caer en la legitimación y justificación de las desigualdades que ésta sin duda ocasiona y que son evidentes, no basta con admitir que la disminución de la pobreza estaría mediada por el acceso a bienes, servicios e internet, lo cual es cuestionable en términos de calidad de esos servicios y las formas de adquisición de dispositivos electrónicos, ya que un individuo con posibilidades económicas altas tiene otro tipo de acceso, mientras un individuo con bajas o medias posibilidades económicas debe endeudarse para obtener dichos objetos. Desde esta perspectiva, se desconocen los procesos históricos de Colombia donde no sólo se trata de acceso a objetos sino también de bienes y servicios con una calidad igualitaria.

Del origen de la globalización es necesario sospechar, ya que pretende anteponer intereses económicos sobre las demás dimensiones humanas, esto no intenta negar otros procesos que se han dado a partir de este fenómeno, sino que se hace necesario reconvertir muchos de sus significados dando prioridad a la dignidad del ser humano.

Es necesario acoger otras perspectivas que posibiliten otras compresiones sobre la globalización y que a su vez permitan reconvertir esferas sociales, lo cual es una tarea que se entiende como utópica, sin embargo no es imposible y ya se ha comenzado a hacer por parte de algunos sectores en resistencia y oposición, pero también generadores de otros sentidos y significados de la globalización, aún con muchas fallas e incoherencias.

Es por ello que podemos darnos cuenta que una cultura de globalización mal encaminada puede llegar a afectar en el desarrollo de un pueblo, pero también debemos entender que la globalización no es un tema exclusivo de la economía, de las comunicaciones ni de las tecnologías, puesto que también penetra hacia lo social y lo cultural en sentido general, ejerciendo una significativa influencia en la cultura de los pueblos, llegando a transformar así, las relaciones más cotidianas de los seres humanos de forma radical.

Esta creciente integración internacional ha producido toda una serie de consecuencias de carácter, económico, político, cultural y medioambiental; lamentablemente, algunas de ellas pueden ser y son hoy en día negativas. La vida de la gente en todo el mundo está vinculada de manera más profunda, más intensa y más inmediata que nunca antes.

Los avances positivos en el orden científico y cultural, la comunicación y el intercambio entre culturas se han visto incrementados por el uso de nuevas tecnologías como por ejemplo la Internet.

“Efectos de la cultura globalizante sobre la identidad de los pueblos”

Es nuestro interés divagar sobre los efectos de esta cultura globalizante sobre la pérdida de identidad de los pueblos.

Es aquí donde se plantea el cuestionamiento sobre la Identidad cultural; la cual podría entenderse como:

un conjunto de valores, orgullos, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elementos dentro de un grupo social y que actúan para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia que hacen parte a la diversidad al interior de las mismas en respuesta a los intereses, códigos, normas y rituales que comparten dichos grupos dentro de la cultura dominante.

Según esta definición la identidad es el conjunto de características esenciales y circunstancias que hacen que algo o alguien sean reconocidos, sin posibilidad de confusión con otro. En tal sentido la identidad de una nación es el conjunto de caracteres y circunstancias que hacen que ella sea reconocida sin posibilidad de confundirla con otra nación. Esto implica, que la identidad Nacional habría que buscarla entre los elementos básicos que definen a cada nación, es decir: territorio, lengua, religión, raza, historia, conciencia colectiva, política etc.

La cultura es la máxima expresión de la identidad, y nuestras culturas locales se encuentran cada vez más mediadas por los procesos migratorios y por el formidable avance de la tecnología de la comunicación, entonces es de lugar que la identidad sea cada vez más transterritorial e híbrida.

Esta transterritorialidad e hibridez no supone en nuestra consideración, la anulación de la especificidad que surge de la forma en que se combinan los diferentes elementos de la diversidad cultural, producto de procesos socio-económicos, socio-históricos y culturales que han hecho posible la conformación de cada nación y que permiten hablar con plena validez de identidad cultural y nacional propias.

Entender la globalización, o bien la aldeanización del planeta tierra sólo en sus aspectos negativos, sería oponerse a la modernización, pues el desarrollo de un país no necesariamente debe enfrentar lo tradicional y lo moderno como un hecho inaplazable. Se puede transitar una política de desarrollo social, articulando las formas tradicionales de la cultura a nuevas categorías que impliquen