“La integración en la escuela primaria y la importancia de las trayectorias escolares”
Enviado por Eric • 22 de Abril de 2018 • 4.952 Palabras (20 Páginas) • 556 Visitas
...
Es importante agregar que la realización de una inclusión escolar de forma eficaz implica cambios profundos en el currículum, la metodología y la organización de las escuelas, rompiendo con el esquema educativo tradicional que considera que todos los niños y niñas son iguales y en consecuencia todos tienen que hacer lo mismo en el mismo momento, obviamente esto provoca una cuota de ansiedad e incertidumbre.
Según Boggino el concepto de N.E.E. ha permitido ampliar las fronteras de la Educación Especial, así como fundamentar las nuevas formas de su intervención en la escuela común. Este concepto permite distinguir dos tipos de problemáticas:
1. la de la población paradigmática de la escuela especial, es decir aquella que presenta, “problemas en el desarrollo infantil”, término que alude a un conjunto amplio de cuadros genéticos, neurológicos, psicológicos, motores, metabólicos, etc.
2. la de aquellos que presentan problemas transitorios en el aprendizaje por razones pedagógicas, psicológicas, sociales, culturales, etc.
En el Documento de Educación Especial en la provincia de Santa Fe (M.E. y C. 1998) se define a las N.E.E., como las experimentadas por aquellas personas que requieren ayudas o recursos que no están habitualmente disponibles en su contexto educativo, para posibilitarles el proceso de construcción de las experiencias de aprendizaje establecidas en el Diseño Curricular.
Este término es amplio y complejo, ya que todo alumno tiene necesidades educativas especiales, presenta características individuales que lo diferencian de los demás y requiere de una enseñanza acorde a su individualidad.
No obstante, en el documento mencionado anteriormente, se especifica que con dicho término se alude a aquellos alumnos que presentan dificultades para acceder a los aprendizajes a lo largo de su escolarización. Por lo tanto hace referencia a la situación del alumno y también a la respuesta especial para compensar dicha situación. Y dicha respuesta se brinda desde la normalización (proveer un contexto social
similar al que ofrece al resto de los miembros de su comunidad) y no desde la segregación.
Frente a este panorama la Escuela Especial está llamada a trabajar en conjunto con la Escuela Común para acompañar, orientar, asesorar, intervenir en aquellas problemáticas transitorias en los aprendizajes; no obstante ha de ser su ocupación permanente la integración de niños con problemas del desarrollo infantil que se encuentren en condiciones de ser integrados en la Escuela común.
La transformación educativa intenta sustituir los pilares de la escuela tradicional: la homogeneización, la segmentación, el disciplinamiento rígido por los principios del mandato democratizador. La segregación en los ámbitos separados comienza a ser reemplazada por la integración en el medio común; el enfoque médico por el abordaje pedagógico- escolar del alumno con problemas escolares, el trabajo aislado del docente, por el trabajo en equipo junto a otros profesionales. Las intervenciones preventivas ocupan un lugar junto a la asistencia, ya sea esta médica o social.
Para finalizar, es conveniente retomar la idea de complejidad, de miradas que intenten contemplar todas las variables en juego frente a un niño con problemas en los aprendizajes, para evitar diagnósticos erróneos, que parcelen lo real.
Ya no se pueden desconocer la importancia que los factores sociales, económicos y culturales cobran a la hora de tratar el origen de la problemática. Como consideran Ferreiro y Teberosky “esta es la realidad: sin mejorar las condiciones de vida de la población, difícilmente se podrá cambiar la situación. Se trata pues de condiciones sociales y no de responsabilidades meramente personales.” [3]De esta manera, es decir, adoptando una mirada global de la problemática, la respuesta a la pregunta ¿porqué un niño no aprende y fracasa? se podría resumir, como sostiene Celina González, del siguiente modo: porque no lo dejan (origen social), porque quiere (origen psico – emocional), porque no puede (origen orgánico); sin dejar de considerar la interrelación de todos los factores involucrados aunque algunos tengan mayor peso que otros; interrelación que hace que el niño, como cualquier otro niño, acceda a los aprendizajes escolares con un ritmo que le es propio, de una manera única y particular pero que no es la que la normativa social e institucional conciben como apropiada, como aquella a la que todos deben “ajustarse” para poder “avanzar”.
A su vez, dada la complejidad de dicha problemática se comprende la necesidad, para su detección, de acciones integradas, orientadas no sólo a la obtención de resultados puntuales sino, fundamentalmente, a la valoración permanente y cualitativa de la mayor cantidad posible de variables en juego.
Por lo expuesto, se torna importante pensar al diagnóstico no sólo como necesario para el camino a seguir sino , fundamentalmente, como verdad relativa y parcial, materia prima o punto de partida hacia todo lo que falta por descubrir de “ese” sujeto en particular, con un entorno que le es propio y una historia que lo atraviesa otorgándole singularidad; sujeto que espera ser visto más allá de lo que se diga de él ya que toda persona es y debe ser diferente, pero dicha diferencia no debería estar marcada por su “supuesta problemática” sino por su singularidad como ser.
El desafío consiste en poder pensar que la situación aparente de “caos” surgida cuando un niño, como emergente, presenta problemas de aprendizaje y “fracasa” en su escolaridad, en realidad constituye un “orden diferente” al muchas veces deseado.
Tal como diría Emilia Ferreiro, “(...) ni la diversidad negada, ni la diversidad aislada, ni la diversidad simplemente tolerada. Pero tampoco la diversidad asumida como un mal necesario, o celebrada como un bien en sí mismo, sin asumir su propio dramatismo. Transformar la diversidad conocida y reconocida en una ventaja pedagógica: ese parece ser el gran desafío para el futuro.” [4]
Desafío que se presenta como complejo ya que, permanentemente, deberían enmarcarse y pensarse las diferentes situaciones en el “horizonte” de lo previsible, en el horizonte de lo posible.
A fines del siglo XIX en la Argentina las ideas liberales se plasmaron en la política educativa nacional, y la educación pasó a ser el medio privilegiado para lograr la unidad nacional.
“En todos los Estados Modernos, el sistema escolar se constituyó con una clara vocación homogeneizadora. Para formar una nación era preciso constituir a los habitantes en ciudadanos. La inculcación de un conjunto básico de significaciones comunes
...