MI VOCACIÓN DOCENTE

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Para transformar la realidad en una institución es importante tener en cuenta el desarrollo del alumno y reconocer en que somos iguales con ellos y así poder adaptarnos al contexto, para esto es necesaria la experiencia como captación de la realidad en sus condiciones peculiares y específicas. Entre más riquezas de la realidad se tenga, se dice que se es una persona más plena.

Es importante que como docentes cubramos ciertas demandas académicas que nos permitan tener un ambiente de enseñanza digno, cada una de las transformaciones que van surgiendo en la educación, son parte de un sistema que sufre cambios y transformaciones continuamente, se “acomoda” o “ajusta” a las necesidades detectadas en la educación, pero ¿en realidad estos cambios benefician el desarrollo educativo? Para contestarnos esta pregunta voy a citar de igual manera a este autor López Calva, quien nos brinda un panorama extenso sobre lo que tenemos en un principio como fundamento y él denomina “Tunel” y lo que a la “Luz” pudiera verse reflejada en el contexto institucional. Cada docente conoce y sabe cuál es su postura frente a estos cambios, las actualizaciones no son malas, a pesar de que se hagan modificaciones existe una verdad y una meta que debe ser universal: “Educar con, por y para los demás” misma mención a la que hace referencia el autor Rafael de Regil (2004) en su escrito: “Educar Una pasión Por Ser Humano Que Se Contagia”.

Es muy fácil para los seres humanos encontrar un estado de confort, sobre todo cuando nos sentimos protegidos y creemos que estar en esa postura no nos generara ningún conflicto... pero es importante que nos atrevamos a descubrir que hay más allá de lo que nuestros ojos pueden ver, explorar terrenos que nos permitan encontrar respuestas a muchas deficiencias que existen en la educación y sobre todo atrevernos a proponer soluciones.

La inmensa vocación que tengo por ser docente, se contagia en cada lugar en donde estoy, he percibido que mientras trabajo en el aula, también contagio abiertamente mi pasión por educar, pues mis clases se desarrollan en un ambiente agradable y mis alumnos se contagian de mi esencia profesional.

La docencia es una vocación que he desempeñado con mucho amor, muchas de las actividades que realizo con mis alumnos me permiten seguir creciendo espiritualmente, llenando paso a paso esta inmensa pasión por transmitir un poco de lo que se y lo que soy, encaminando a los alumnos al encuentro con ellos mismos como seres humanos. Me gusta lo que hago. Me gusta lo que soy, me apasiona totalmente mi profesión.

Es importante que como docentes tomemos en cuenta los múltiples niveles de creatividad que existen en nuestros alumnos, para poder intervenir en su desarrollo de aprendizaje por medio de técnicas que nos permiten llevar a cabo el proceso de enseñanza con nuestro alumno, para crear un ambiente armónico en el momento de la sesión, además de que brindamos al alumno actividades en las que él es el único dueño de lo que hace, para lo que planteo la siguiente cuestión: ¿Cómo enseñar al alumno a ser él mismo?, para Rogers “En el ser humano no hay bestia alguna, solo hay un hombre al que hemos logrado poner en libertad” (Rogers, 1992), por lo que interpreto de manera personal que el profesor se convierte en guía del aprendizaje y permite al alumno descubrir por sí mismo su creatividad de acuerdo a la forma de ir apropiándose de sus conocimientos.