Neuropsicología de la percepción (gnosias) y alteraciones (agnosia).

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Las lesiones se ubican en áreas de asociación occipital en el hemisferio derecho pero también puede haber lesiones en el hemisferio izquierdo alterando la denominación semántica.

Prosopagnosia: Esta agnosia impide el reconocimiento de rostros de familiares o seres queridos hasta la misma cara del sujeto en un espejo o en fotografías, este trastorno fue denominado por Bodamer en 1947. EL sujeto es capaz de identificar rasgos particulares del rostro pero es incapaz de asociar la cara a un pariente o amigo, solo pueden reconocerlos por su voz, tacto o vestimenta. La prosopagnosia se divide en cuatro variantes.

- Dificultad para registrar categorías de objetos previamente conocidos.

- Dificultad para reconocer el propio rostro ante un espejo.

- Incapacitación para distinguir o reconocer animales de compañía (Azoognosia).

- Problema para reconocer caras conocidas o de familiares.

Esta agnosia es provocada por lesiones en el territorio occitoparietal u occipitotemporal, áreas 20 y 21 de Brodman están frecuentemente afectadas por lesiones que estimulan la prosopagnosia. SI la alteración surge en el lóbulo occipital derecho se impide la percepción de caras pero si ocurre en el lóbulo temporal derecho impedirá la memorización de caras y por ultimo si surgen lesiones en áreas posteriores del hemisferio izquierdo el sujeto no podrá atribuir significado a las caras de sus seres queridos.

Caso clínico.

“el hombre que confundió a su mujer con un sombrero”

Para tener un mayor entendimiento del trastorno agnosico, visto anteriormente, hemos seleccionado un historia real que es extraído del libro del neurólogo tratante.

- Para comprender el caso vamos a recordar que era una agnosia visual: consiste en la incapacidad total o parcial de reconocer objetos o estímulos visuales, a pesar de que los órganos sensoriales se encuentren en perfecto estado.

La historia que da nombre a este libro relata el caso de un paciente: el doctor P, un músico distinguido, que había sido famoso como cantante, y luego había pasado a ser profesor de una Escuela de Música. Fue allí donde empezaron a producirse ciertos extraños problemas.

- A veces un estudiante se presentaba al doctor P y este no lo reconocía, no identificaba su cara pero en cuanto el estudiante hablaba, lo reconocía por la voz.

- El doctor P no sólo fracasaba cada vez más en la tarea de identificar caras, sino que veía caras donde no las había.

La idea de que hubiese “algo raro” no afloró hasta unos tres años después, cuando se le diagnosticó diabetes. Sabiendo muy bien que la diabetes le podía afectar a la vista, el doctor P consultó a un oftalmólogo, que le hizo un cuidadoso historial clínico y un meticuloso examen de los ojos. ”No tiene usted nada en la vista”, le dijo. ”Pero tiene usted problemas en las zonas visuales del cerebro. Yo no puedo ayudarle, ha de ver usted a un neurólogo”. Y así fue como el doctor P conoció al famoso neurólogo Dr. Sacks.

- En este caso se observa como trastorno de agnosia visual la prosopagnosia, que es un trastorno neurológico caracterizado por la incapacidad de reconocer las caras. La prosopagnosia es también conocida como ceguera de cara o agnosia facial. ¿Existen tratamientos para los pacientes que tengan este trastorno? El objetivo de cualquier tratamiento debe ser ayudar a desarrollar estrategias compensatorias. Los adultos que tienen la enfermedad como consecuencia de accidente cerebrovascular o un traumatismo cerebral, el paciente puede ser entrenado para usar otras pistas para identificar a los individuos. ¿Cuál es el pronóstico para estos pacientes? Este trastorno es socialmente incapacitante. Ya que los individuos con este trastorno a menudo tienen dificultades para reconocer a sus familiares y amigos de su círculo más cercano. Muy a menudo utilizan otros medios o habilidades para identificar a las personas, tales como escuchar su voz más detenidamente, vestimenta, o atributos físicos únicos, pero estos no son tan eficaces como el reconocimiento de un rostro. Los niños con prosopagnosia congénita nacen con la incapacidad y nunca he tenido un momento en que pudieran reconocer las caras.