Percepción de la experiencia en la privación de libertad en hombres
Enviado por Jerry • 24 de Septiembre de 2018 • 1.818 Palabras (8 Páginas) • 392 Visitas
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con ésta se puso de manifiesto la intensificación y aumento de las conductas delictuales.
Como lo refiere Diaz y Egaña (2014), sobre las condiciones precarias de la cárcel en la Isla de Juan Fernández de Chile, en 1826:
“Mezclados aquí con los facinerosos, condenados a presidio; trabajando sólo con los soldados más estúpidos, sacados de las fronteras de los indios bárbaros, y cuya rusticidad forma el más extraño contraste con la dulzura y apacibilidad de la índole chilena, y con mujeres infames; horrorizados a cada instante con los continuos castigos de palos, azotes y demás que sufren de sus respectivos jefes, y mucho más con los que estos bárbaros ejecutan en las mujeres propias o ajenas, para lo que rarísima vez hacen uso de las manos, siendo un garrote la frecuente arma de sus correcciones; tolerando siempre, que la noche, la siesta y el momento más importuno o más tranquilo, sea perturbado por los gritos, llantos y furiosos palos que resuenan a cualquier punto de nuestras chozas”( Díaz y Egaña, 2014 : 13).
Ahora bien, la realidad actual de las cárceles chilenas no ha cambiado en demasía ya que, a pesar de que los datos sobre las condiciones de vida actual de las personas privadas de libertad en Chile son escasos y poco actualizados, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), hizo público el informe “Estudio de las condiciones carcelarias en Chile”, donde su objetivo fue construir un diagnóstico general sobre la situación penitenciaria y mostrar la realidad que viven miles de personas en cárceles del país. Este estudiopudo constatar la existencia de un conjunto importante de vulneraciones de derechos, que son consecuencia de la carencia de condiciones materiales apropiadas, programas y servicios mínimos en las cárceles, así como de la capacitación insuficiente de los/as funcionarios/as de Gendarmería de Chile. Según el INDH, esto constituye un incumplimiento del rol garante del Estado de Chile respecto del ejercicio de los derechos de las personas privadas de libertad.
De los resultados que arrojó el estudio, se extrae que los derechos frecuentemente vulnerados esel derecho a la vida, a la integridad personal y a la salud.El hacinamiento es la deficiencia más común dentro de las cárceles (consignados en esta nota en la proporción existente entre la cantidad de plazas, versus el número de internos residentes en el centro penitenciario). (INDH, 2014: 43)
A modo de ejemplo, “El Centro de Cumplimiento Penitenciario de Copiapó para hombres, es el penal más hacinado del país, con 707 internos para apenas 198 plazas (357,1% de hacinamiento).
En el caso de recintos de reclusión para mujeres: La cárcel de Talca, resulta ser la más hacinada con 36 plazas para 110 internas” con un 356% de sobre población. (Ibid, 2014: 43).
Otro de los índices medidos por medio del estudio, es el número de castigo para internas por recinto penal. Según la encuesta realizada por el INDH, “Un 54,4% de los encuestados, dice haber sido sancionado, siendo el tipo de castigo más común, la celda de aislamiento afectando a un 91% en los imputados castigados y a un 93,8% de los condenados”.(Ibid, 2014: 43).
El estudio concluye; “Es posible afirmar que la situación del derecho a la integridad de las personas privadas de libertad es preocupante, dado que las cárceles chilenas son espacios de extrema discrecionalidad y de ausencia de control, donde el uso de la violencia como forma de relacionarse y controlar a la población, constituye una práctica arraigada en la cultura institucional”.(Ibid,2014: 189).
Las condiciones precarias, inhumanizadas y denigrantes en las cárceles del siglo pasado, se han mantenidoy agudizado hasta nuestros días, poniendo de manifiesto la crisis en la que se encuentra el sistema penitenciario en Chile. Desde otro estudio realizado por el Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana (CESC), del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, referido a las condiciones de vida en los Centros de Privación de Libertad en el país”, se pone de manifiesto las problemáticas de hacinamiento, la escases en la cobertura de las necesidades básicas, especialmente en salud, la problemática del consumo de drogas y alcohol al interior de las unidades penales, la problemática en el contacto con familiares y la seguridad.
Frente a esta realidad insostenible del sistema carcelario y al observar que la idea de aislamiento o “privación de libertad” no necesariamente ha aportado a disminuir las conductas delictuales, es que se hace necesario por parte del propio Estado cambiar el foco de la intervención frente a la problemática delictual. Desde el paradigma de la reinserción social, se comprende que el infractor al llegar a la institución “cárcel”, no se invalida, ni deja de ser sujeto de derechos, sino más bien, se espera que a partir de ahí, éste comience a construir una nueva historia, para lo que se hace necesario entregar herramientas, mecanismos, oportunidades y espacios que permitan al sujetola apertura hacia una nueva vida a través de la inserción social.
Desde esta mirada social, se debe comprender que el sujeto que ha cometido un delito y llega a la cárcel, no se anula, ni menos desaparece su condición humana, su carácter de sujeto, de ser amigo, de ser padre, de ser trabajador, de ser hombre o mujer, es decir, de ser. Es por aquello, que se hace necesario conocer qué es lo que comienza a construirse al momento de ser privado de libertad, cómo los sujetos se representan su privación de libertad, cómo se significan esa nueva realidad y si en esas condiciones es posible proyectar una nueva vida, interrogantes todas que orientan las preguntas de investigación del presente estudio.
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