“Posturas Filosóficas”.

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Siendo sincera, no conocía a grandes rasgos las diversas posturas de la educación pero ahora, observándolas y analizándolas, considero que cada una de ellas tiene una función positiva en la educación claro que sin excederse; las posturas hay que conocerlas bien para saber cuándo es el momento adecuado para aplicar cierta postura y de qué manera emplearla. Todas tienen sus pros y sus contras porque creo que ninguna es perfecta, ninguna posee una idea mía de que ésta tiene todo lo que quiero favorecer, repito, hay que conocerlas para saber usarlas.

En lo personal, creo que me gustaría utilizar todas las posturas menos la bancaria, pero en sí las que más uso y usaría en mi práctica docente serían las posturas: Educación como cultivo y la investigación de las habilidades que conduzcan al desarrollo de la autonomía (PEP 2011), la progresista y la liberadora. Estas últimas dos las juntaría para formar una sola porque tienen algunas cosas parecidas o en común, mas no son iguales. Creo que estas posturas, a mi punto de vista, son las que mejor se prestan para implementarlas en la educación preescolar. Argumentaré mis elecciones en cuanto a las posturas. Principalmente la progresista, ésta trata de cambiar totalmente el rumbo de la educación tradicional dándole un sentido libre y activo basándose, en lo que Dewey propuso, la educación sobre la experiencia personal con el fin de que la enseñanza-aprendizaje sea reflexivo y maximice la utilización de oportunidades en la vida. Queda claro que, como ya había mencionado, todas las posturas tienen sus puntos negativos y positivos, y en esta postura se ha debatido mucho que puede dar cabida al libertinaje y que el docente no realiza de una manera adecuada su labor, pero vuelvo a lo mismo; eso es responsabilidad del maestro, no se puede generalizar porque hay algunos que si hacen bien su trabajo.

De igual manera, los beneficios de esta postura en la práctica docente es que parte de los intereses del niño, los alumnos aprenden mediante sus experiencias, las actividades son de manera lúdica y existe una retroalimentación entre maestro-alumno, esto quiere decir que tanto el profesor aprende del estudiante como el estudiante del profesor. En cuanto a la postura liberadora, parte del constructivismo, el educando aprende a comprender el mundo por medio de la interacción con él y en ésta misma se utiliza la reflexión y pensamientos críticos; se basa mediante la praxis del docente donde él aprende junto con el alumno (que es lo mismo que menciona la postura progresista), y el niño debe ser capaz y consciente de su realidad para poder cambiar su estructura mental para transformar su pensamiento. Un punto negativo de ésta postura es que también se puede llegar al libertinaje pero como ya lo mencioné, eso es responsabilidad del docente y no se puede generalizar sobre ello.

Por otro lado, la postura liberadora simpatiza con las ideas del filósofo Paulo Freire quien fue un educador, experto y, así mismo, unos de los teóricos más influyentes en temas de educación del siglo XX. Freire considera que la educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo, como ya se ha dicho. Considero que tiene razón puesto que la educación hoy en día debe darse mediante una relación entre estos tres aspectos para que los aprendizajes esperados consigan ser significativos y realmente se logre una transformación en el ser humano desde que es infante; es por ello que cuando son las jornadas de ayudantía, observación y prácticas, planeo mis actividades tomando mucho en cuenta la reflexión en los cuestionamientos que se les hace a los alumnos y la práctica y acción tanto en las actividades que aplico como en mi intervención como docente. Las preguntas las realizo con el fin de que los niños analicen, piensen y reflexionen sobre el tema que se está observando para que por ellos mismos construyan y rescaten los conocimientos y/o aprendizajes que signifiquen más para ellos.

Mencioné que unas de las posturas que, siento yo, traen buenos y más beneficios a la educación preescolar es la postura de Educación como cultivo y la investigación de las habilidades que conduzcan al desarrollo de la autonomía (PEP 2011) por qué, porque es un programa basado en la teoría constructivista que pretende preparar y desarrollar aprendizajes significativos y competencias en los alumnos para la vida. En ésta, se desarrolla el bienestar académico, social, emocional e intelectual de los alumnos y se promueve el desarrollo de habilidades de aprendizaje independiente, lo que alienta a todos los niños a asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje (algo que también menciona la postura liberadora). Algunos argumentos en contra sobre esta postura es que si no se hace un buen uso de la guía en la enseñanza de competencias que utilizamos las practicantes y las docentes para basarnos en elaborar las actividades, se puede llegar al libertinaje y también si no establece acuerdos la maestra con los alumnos. De igual forma, la flexibilidad del programa y/o guía puede ser malinterpretada por algunos docentes y cuando las estrategias no son las adecuadas para enseñar los contenidos no se llagará a un aprendizaje significativo.

Existen varios beneficios en la utilización de esta postura, uno de ellos es que el docente elige las estrategias con las que desea guiar el conocimiento, otro, es que el trabajo docente se basa en el diagnóstico del grupo (lo que permite conocer sus necesidades) y también es que propicia la autonomía de los alumnos al dejarlos construir su propio conocimiento. Esto es importante y para que se dé, uno de los principales factores es que la educadora tenga buena autonomía, ya que si no la tiene ella no la podrán poseer sus alumnos tampoco. Como esta postura se basa en la teoría constructivista, que es la primordial en el jardín de niños, considero que Piaget es el que mejor se integra aquí, puesto que él decía que hay que dejar ser a los alumnos, entregándoles herramientas que le permitan construir sus propios procedimientos para resolver una situación, lo que implica que sus ideas se modifiquen y siga aprendiendo.

Un ejemplo de mi práctica docente sobre esta postura es, primero que nada, mis planeaciones, por qué, porque las realizo de acuerdo a los intereses de los niños y también en cuanto a lo que sé y/o noto que les falta desarrollar o favorecer, esto, con un poco de dificultad para que puedan hacer resolución de problemas. Luego está el momento en el que se está llevando a cabo la actividad, mi intervención es sólo como un guía, los oriento mas dejo que solos realicen sus labores y ya yo evalúo