SINTESIS DE LAS EXPERIENCIAS. MAESTROS COMUNITARIOS. MONTEVIDEO. URUGUAY.
Enviado por Rebecca • 3 de Mayo de 2018 • 2.106 Palabras (9 Páginas) • 417 Visitas
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Teresa y Ema, docentes de Casabó, realizan este trabajo con mucho cariño, ya que como ellas mismas lo expresan su trabajo consiste en guiar a los niños en las tareas escolares, tratando de afianzar los lazos e incluir a los niños y sus familias no solo en el ámbito escolar sino además brindarles un lugar en la sociedad, siendo ellas el nexo.
Algo a destacar es, que en ambas experiencias los docentes tienen en cuenta las trayectorias de los alumnos. Existe el supuesto de lo que los niños deberían ser, que contenidos deberían poder manejar, pero también existe la evidencia de que no todos los niños pueden alcanzar el nivel pretendido. Es por esa razón que en varios casos las tareas de los niños y jóvenes son readecuadas, tomando cada caso como particular, organizando el tiempo y el lugar para poder, de algún modo, satisfacer la necesidad particular de cada uno de ellos.
Los docentes se apartan de las trayectorias escolares teóricas para dar significativa importancia a las trayectorias reales de cada sujeto, a su vez entendemos que cada niño llega a la escuela con un basaje cultural de acuerdo a su contexto y crianza, y es nuestra tarea no desestimar nada de lo que el niño puede aportar sino que, guiarlos y ayudarlos en el descubrimiento de cuáles son los conocimientos que les serán significativos, instarlos en una mirada crítica, brindarles la posibilidad de dialogo y un abanico de posibilidades para proyectarse hacia el futuro.
Ema, maestra comunitaria, incentiva estas prácticas al preguntarles a sus alumnos quienes quisieran ser el día de mañana. Lo que rescatamos como valioso es que no se queda solo con la pregunta formulada sino que le brinda herramientas, ayudando a pensar disfraces o utilizando herramientas informáticas, para que puedan pensarse a sí mismos en el rol que les gustaría desempeñar.
Por su parte, algunos de los maestros de La Barquita, tratan de brindar herramientas formativas, como por ejemplo la utilización de un fruto para producir dulces, ya que son conscientes que por las circunstancias de vida y el pensar colectivo, estos alumnos están destinados al trabajo del monte o los quehaceres hogareños. Son reflexivos sobre las limitaciones de cada alumno, pero eso no los detiene a la hora de incentivar a los niños a formular sus opiniones y guiarlos en el conocimiento. Como también, en esta misma institución, están los que son conocedores de las limitaciones pero solo lo expresan como algo anecdótico.
“Los docentes de las escuelas pobres priorizan en sus discursos los aspectos vinculares en la relación con el alumno. En todas las respuestas encontramos referencia a la contención, al afecto, la paciencia, pero entre líneas se puede leer una desvalorización de las posibilidades de aprender del niño pobre, que se representa como atrapado en su contexto, imposibilitado de salir y desinteresado en hacerlo” (Vega y Miranda, 2005:31):
Las situaciones descriptas en ambos videos, no están al margen de preconceptos, prejuicios y estereotipos. Tanto en el barrio de Casabó, como la escuelita en medio del delta, son lugares marginales, en los cuales las familias provienen de ambientes con poco o nula participación en la vida escolar, con problemáticas familiares que van desde la precariedad de las viviendas, la falta de trabajo hasta la violencia dentro del seno familiar.
Valdría la denominación para estos establecimientos educativos de multiculturales, ya que albergan en ellos una multiplicidad de condiciones, no solo dadas para los niños que a ellos concurren, sino que igualmente para los docentes que muchas veces se ven condicionados y recortados de diversas formas y aun así, tratan de sobrellevar y continuar adelante con la tarea docente.
En estos espacios multiculturales encontramos niños que deben salir a trabajar, familias extranjeras, chicos que deben cuidar a sus hermanos pequeños o con alguna discapacidad, niños con problemas de conducta y falta de interés. Y si como el panorama no fuera desalentador también habitan estos espacios docentes que se alejan de sus hogares para realizar la tarea, que ocupan sus horas de descanso para visitar a los niños y sus familias, que sienten al igual que ellos el abandono y la desidia de esta sociedad actual.
Y es en estos mismos espacios en los que se construye la relación con los “otros” significativos, aquellos que nos ayudan a pensarnos y nos sugieren la construcción de un “nosotros”, sin negar como nos propone Liliana Sinisi (1999) “que otros somos todos” (cap. 8:205).
CONCLUSION
Para finalizar quisiéramos destacar la gran empresa que realizan tanto las maestras comunitarias de Montevideo, los docentes de la Escuela Nº16 del Rio La Barquita, como también tantos docentes anónimos que realizan día a día un trabajo impresionante e imprescindible con cada niño y familia.
Estas experiencias nos dan un claro panorama de lo que quizás encontremos en las escuelas a las cuales concurriremos teniendo en mira que cada uno de los sujetos que habitan los ambientes escolares es único. Apelaremos a nuestras experiencias previas para un mejor desempeño en el ámbito al cual nos toque llegar, pero no permitiremos, en la medida de lo posible, que estas nos condicionen o sirvan de limite a la hora de interactuar con los niños y nuestros pares, lo cual nos ayudara en nuestro periodo de observación y ayudantía
Sería oportuno recordar que la escuela ha sido depositaria no solo de grandes expectativas sino también de funciones sociales que con el correr del tiempo se han ido incrementando.
Como futuros docentes, estas ideas deben estar presentes en nuestro juicio para poder abordar nuestra estadía en las escuelas, de tal modo que lo iniciemos con expectativas, buena predisposición, y siendo totalmente conscientes de que los maestros somos “(…) los agentes de la legitimación de los contenidos, ya que para la sociedad otorgan la validez y relevancia a los conocimientos transmitidos” (Vega y Miranda, 2005:35).
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