Una Investigación Empírica de la Relación entre el Negocio y las Estrategias de Mantención

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- Estrategia de Mantenimiento.

El término “Estrategia de Mantenimiento” es generalmente visto desde una perspectiva de políticas y conceptos de mantenimiento. Por ejemplo, está definido en términos de mantenimiento correctivo o por fallas, preventivo y predictivo (Kevin and Penlesky, 1988; Cooke, 2003). Swanson (2001) explica tres tipos de estrategia de mantenimiento: estrategia correctiva (por falla), estratega proactiva (preventiva y predictiva) y estrategia agresiva (TPM). Sin embargo, desde nuestro punto de vista, estas políticas y conceptos de mantenimiento forman uno de varios elementos de estrategias de mantenimiento. El listado de dichos elementos son presentados en la Tabla 2. El mantenimiento, aunque se encuentra ligado muy de cerca a la manufactura, es una función del negocio por sí sola. El negocio es proveer un servicio confiable a la manufactura. Por lo tanto, la estrategia de mantenimiento puede ser definida en un nivel jerárquico funcional. Puede ser definida como “un patrón coherente, unificador e integrativo de decisiones en diferentes elementos de la estrategia de mantenimiento en congruencia con los niveles de estrategias de manufactura, corporativas y de negocios; determina y revela el propósito organizacional; define la naturaleza de las contribuciones económicas y no económicas que pretende hacer a la organización como un todo”. Esta definición se encuentra basado en la definición de estrategia dada por Hax and Majluf (1991).

- Relación entre el negocio y la estrategia de mantenimiento.

La relación entre el negocio y la estrategia de mantenimiento pueden ser entendidas de buena forma a través de la conocida cadena de valor del marco de Porter (1985). El principio rector es que todas las tareas efectuadas por una unidad de negocio pueden ser clasificadas en cinco actividades primarias y cuatro actividades de apoyo. Las actividades primarias consisten en logística y operaciones, relacionadas en el ámbito interno, y en logística, marketing y ventas y servicios, relacionadas con el ámbito externo. Acá el mantenimiento es considerado como parte de las actividades de operación. Las actividades de apoyo constituyen adquisiciones, desarrollo tecnológico, administración de recursos humanos e infraestructura de la compañía. Sin embargo, muchos autores alteraron subsecuentemente el sistema de clasificación descrito anteriormente de acuerdo con sus propias percepciones. Por ejemplo, Hax and Majluf (1991) consideraron la logística interna como operaciones y la logística externa como manufactura. Ya sea que el mantenimiento sea parte de operaciones o de manufactura, debería ser manejado como una actividad diferenciada en la cadena de valor. Por ejemplo, el mantenimiento es comúnmente ignorado como parte de la cadena de valor agregado al ser considerado como parte del sostenimiento de la manufactura (Hora, 1987). Al considerarlo como una actividad separada a las actividades de valor de la cadena, la administración puede visualizar los efectos del costo de mantenimiento en la cadena de valor agregado y la estrategia del negocio. Es más, la función de mantenimiento juega un rol crítico en la habilidad de la compañía para competir en base al costo, calidad y rendimiento de entrega (Swanson, 1997; Pimtelon et al., 2000). Por lo tanto el mantenimiento debe ser considerado como parte de las actividades primarias, pero como una función separada de ellas. Esto permitirá tener un perfil de la posición de competitividad de la unidad de negocio con respecto al mantenimiento, en comparación con sus competidores. Además de esto, cada función o actividad en la cadena de valor es una fuente potencial para perseguir liderazgo en costos o diferenciación (Hax and Majluf, 1991). Para ser efectivos, cada estrategia funcional debe respaldar, a través de un patrón de decisiones específico y consistente, la ventaja competitiva que se busca en la estrategia de negocios (Hayes and Wheelwright, 1984). Por ejemplo, las decisiones en áreas tales como capacidad, estructura organizacional, políticas de mantenimiento y planificación – todas sub-partes de la estrategia funcional de mantenimiento – pueden ser diferentes, si la estrategia deseada del negocio fuese liderazgo en costo en vez de una calidad de producto superior a bajo precio. Como se muestra en la Figura 1, los patrones de decisión de algunos elementos de la estrategia de mantención difieren si la ventaja competitiva buscada por la estrategia de negocio es un producto de calidad superior a bajo precio, en vez de solo bajo precio. El efecto en mantenimiento puede ser visto directamente a través de los requerimientos de la estrategia del negocio, o indirectamente a través de patrones de decisión de la estrategia de manufactura. En la mayoría de los casos, el efecto será a través de los patrones de decisión de la estrategia de manufactura. Por ejemplo, calidad superior del producto a bajo precio puede ser logrado a través de más automatización y uso de AMT como manufactura computacional-integrada (computer-integrated manufacturing CIM), manufactura asistida por computadora (computer-aided manufacturing, CAM) o diseño asistido por computadora (computer-aided design, CAD) (Hayes and Jaikumar, 1988). Sin embargo, con mayor automatización y uso de AMT, aunque existan ventajas sobre los costos, con menor costo directo de mano de obra, esta ventaja puede ser compensada con el aumento en costos indirectos.

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Figura 1. Relación entre las estrategias de negocio y mantenimiento a través de la estrategia de manufactura.

Esta puede ser una de las razones que se atribuyen al aumento en el costo del mantenimiento en los últimos años. Adicionalmente, la complejidad del mantenimiento también ha aumentado (Morrison and Upton, 1994). Es estas situaciones, el mantenimiento tiene un rol crucial que jugar en lograr una calidad de producto superior y en las operaciones costo-efectivas. Esto significa que es necesario darle un mayor realce a algunos elementos de la estrategia del mantenimiento como modificaciones en el mantenimiento y políticas de recursos humanos. Con más modificaciones en el diseño de los equipos, y mejoramientos continuos, el número de las tareas relacionadas con el mantenimiento pueden ser reducidas, y por lo tanto, los costos asociados. Es más, los ambientes de mantenimiento complejos, requieren un alto entrenamiento y el reclutamiento de profesionales y personal con gran destreza. En adición a esto, es crucial para mantener la calidad del producto y reducir los costos de mantenimiento, una orientación en equipo, involucrando a los operadores de producción. En otras palabras, existe una relación