MPPI: El Caso de la EPSA Manchaco[
Enviado por MONICA BARRIENTOS FERNANDEZ • 7 de Agosto de 2021 • Práctica o problema • 14.730 Palabras (59 Páginas) • 455 Visitas
MPPI: El Caso de la EPSA Manchaco[1]
Creación de la EPSA Manchaco
Encontrándonos a finales del los años 90, el Gobierno Boliviano a través del Viceministerio de Servicios Básicos (VMSB) conocía de la problemática de saneamiento básico en el país, en particular en ciudades intermedias y pequeñas; un panorama de bajas coberturas y obsolescencia tecnológica por problemas de financiamiento pero también por pobreza generalizada y alta dispersión de la población. A lo anterior se puede añadir las debilidades en la gestión operativa relativas a la alta influencia de grupos de poder, personal no capacitado y pérdidas operativas. Este conjunto de características estaba teniendo impactos negativos sobre la salud y bienestar de la población, además de impactos sobre el medio ambiente.
El gobierno conocía del interés de la Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GTZ), la que contaba con la capacidad técnica y apoyo financiero para contribuir a la solución de un problema tan vital como es la provisión de agua potable y servicios de saneamiento y de esta manera mejorar el bienestar de la población. Era una oportunidad para reformular las inversiones requeridas y además mejorar la calidad de la gestión operativa en ciudades intermedias y pequeñas. La pregunta que quedaba era ¿cómo se podría solucionar el problema de la sostenibilidad dada la atomización existente? Este era un hecho resultante de la alta dispersión geográfica de ciudades intermedias con poblaciones pequeñas y pobres.
La respuesta de la GTZ a esta preocupación fue la mancomunidad, es decir, la agrupación de varias localidades. Este modelo implicaba organizar una empresa única e integrada, sobre la base de una empresa local de mayor capacidad y experiencia empresarial, desde donde se ejecutarían funciones centrales para aprovechar economías de escala[2] pero también desconcentrando funciones operativas a los sistemas de las otras localidades que formarían parte de la mancomunidad. Asimismo, el modelo mancomunado se basa en un supuesto fundamental; que el comportamiento entre las localidades participantes debe ser solidario y corresponsable debido a que los aportes para su funcionamiento serían proporcionales a los ingresos de las localidades. En 1999 el gobierno firmó el acuerdo de cooperación con la GTZ, el que denominó “Programa de Mejoramiento de los servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario para Ciudades Medianas y Pequeñas a través de Mancomunidades”.
El VMSB junto a la GTZ, desarrollaron varias acciones de difusión, promoción y concertación social en distintos municipios y ante diversos operadores de agua de la región del Chaco[3] con el propósito de informar y sensibilizar a los pobladores en la mejorara de sus condiciones de vida mediante la expansión/implementación de servicios de agua potable y saneamiento a través de la conformación de una mancomunidad. El resultado fue haber generado interés en los operadores de agua de las localidades de Camiri (Coopagal), Monteagudo (Cosermo Ltda. y Candúa Ltda.), Villamontes (Empresa Municipal de Agua Potable de Villamontes), Boyuíbe (Cooperativa 17 de abril), Villa Vaca Guzman/Muyupampa (Cooperativa Muyupampa Ltda.) y Lagunillas (Cooperativa Lagunillas Ltda.) para conformar una mancomunidad para la provisión de agua potable y saneamiento, la que se denominó EPSA[4] Manchaco.
El siguiente es un mapa de la región del Chaco y de las localidades mencionadas (el Anexo 1 presenta el estado de los indicadores de desarrollo de cada municipio para el año 2001).
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El Chaco es una región que queda al sudeste de Bolivia y se caracteriza por su clima árido y poca vegetación por la falta de agua. Las comunidades que decidieron conformar la mancomunidad eran en sí mismas bastante heterogéneas, presentando todas características particulares referidas a su población y su comportamiento sociológico, estructura socio-económica, trama urbana, y presencia o no de empresas y otras organizaciones.
Los sistemas de provisión de agua también adolecían de variedad de problemas en cada una de las localidades, entre los más importantes estaban los siguientes (ver Anexo 2): déficit de cobertura, especialmente de alcantarillado; discontinuidad en la provisión de servicios, mayor en época de estiaje, a lo que se sumaban deficiencias técnicas, lo que ocasionaba reclamos de los usuarios; el estado de los sistemas presentaban obsolescencia, tanto por la mala calidad de sus emplazamientos como por la antigüedad y estructuración desordenada de sus redes; uso irracional del agua en algunos sistemas, resultando en agua no contabilizada y servicio deficiente en volumen y calidad; escaso personal calificado; escasa disponibilidad de recursos financieros para enfrentar necesidades prioritarias y atención de los servicios locales; falta de un concepto empresarial y de atención al cliente; elevada morosidad por debilidad institucional, acompañada por la falta de cultura de pago de la población.
Ahora estas localidades tenían la oportunidad de que el gobierno, a través de la Cooperación Alemana, financiara las inversiones requeridas para que todas las comunidades puedan contar con un sistema completo de agua potable y alcantarillado sanitario, es decir, desde la captación de agua, su tratamiento, distribución por redes, laboratorios, sistema de alcantarillado, hasta la planta de tratamiento de aguas residuales. El estudio técnico y diseño de las obras requeridas fue confiado a la empresa alemana FICHTNER, la que determinó un monto total de inversión de 18 millones de Euros por los sistemas completos en cada una de las localidades, además de equipos, laboratorios y otros, los que provendrían de la KfW[5]. Este fue el incentivo más importante para la conformación de la mancomunidad.
Inicialmente se conocía que los recursos provenientes de la KfW llegarían en la forma de un crédito concesional a 40 años plazo, 10 años de gracia y un interés de 0.4% anual. Sin embargo, luego de conocerse el estudio de las tarifas que tendrían que pagar los pobladores y dado el nivel de pobreza, se determinó convertir el crédito concesional en donación. Asimismo, se estableció que las recaudaciones de todos los sistemas se distribuirían en base a las necesidades y no en base al porcentaje de participación en la recaudación total. En el caso de la EPSA Manchaco sólo la localidad de Camiri generaba excedentes financieros, los que de acuerdo al principio mancomunitario debía compartir solidariamente con las demás localidades en cuanto al mantenimiento de la oficina central[6].
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