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CULTURAS ESCOLARES EN LA ESCUELA DE HOY

Enviado por   •  22 de Marzo de 2018  •  1.539 Palabras (7 Páginas)  •  501 Visitas

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No existe un currículo social (es decir, familiar, mediático y escolar), único y coherente; y la escuela no tiene más remedio que prestar atención al hecho de que no posee una posición monopólica en este campo tan complejo (si es que alguna vez la tuvo). La simple toma de conciencia de esta complejidad contribuiría a redefinir y redimensionar en forma crítica y creativa el margen de maniobra y la eficacia propia de las instituciones escolares en la formación de las nuevas generaciones.

Por una serie de razones estructurales que se despliegan en el tiempo largo de la historia, el equilibrio de poder entre las generaciones ha sufrido cambios sustanciales (Elias,1999). En la actualidad, aunque las relaciones inter generacionales siguen siendo asimétricas y a favor de los «más grandes», esta asimetría se ha modificado profundamente en beneficio de las nuevas generaciones. Hoy, los niños y adolescentes son considerados como sujetos de derecho. No sólo tienen deberes y responsabilidades, sino que se les reconoce capacidades y derechos.

Mecanismos de exclusión son puestos hoy en tensión por las leyes educativas vigentes y las políticas educativas que el Estado Nacional y los Estados provinciales implementan para sus instituciones educativas considerando a la Educación como un derecho social, sin distinción.

Esta última década se caracterizó por la ampliación de derechos en un horizonte de inclusión social y escolar. Quienes trabajamos en escuelas, quienes formamos parte del sistema educativo, sabemos que esta extensión de múltiples y plurales derechos ha tocado la fibra de las instituciones educativas. Esto, entre otras cosas, nos invita a caminar juntos hacia un cambio de paradigma, a revisar nuestros supuestos y nuestras prácticas (como educadores y también como estudiantes).

Conclusión.-

Me surgen algunas preguntas que podrían habilitarnos nuevas prácticas: sobre qué aspectos y asuntos de la vida escolar podemos trabajar para promover la participación de los estudiantes respecto de la educación como un derecho y la igualdad de oportunidades? ¿Cómo lograr que la escuela sea un lugar de encuentro, dónde se propicie el diálogo, la circulación de la palabra y la participación democrática? ¿Cómo re-visitar los problemas que surgen en la escuela y por lo tanto poder desarrollar intervenciones pedagógicas en un horizonte de inclusión y justicia escolar para todos/as?

El reconocimiento de derechos a los adolescentes aunado a la erosión de las instituciones escolares (producto de la masificación con sub financiamiento y a la pérdida de monopolio en el campo de las agencias de imposición de significados), están en el origen de la crisis en la autoridad pedagógica como un efecto de institución. En las condiciones actuales, los agentes pedagógicos (maestros, directivos, expertos, etc.), no tienen garantizada la escucha, el respeto y el reconocimiento de los jóvenes. Pero la autoridad pedagógica, entendida como reconocimiento y legitimidad, sigue siendo una condición estructural necesaria de la eficacia de toda acción pedagógica. El problema es que hoy el maestro tiene que construir su propia legitimidad entre los jóvenes y adolescentes; para ello, debe recurrir a otras técnicas y dispositivos de seducción. Trabajar con adolescentes requiere una nueva profesionalidad que es preciso definir y construir.

La educación requiere de nuevos modelos para formar sujetos con capacidades para sobrevivir y surfear en estas aguas turbulentas (Bauman) y la educación, y en particular el conocimiento, debiera permitirnos aprender a descubrir y reinventar el mundo (Chomsky).

Para terminar, es probable que la escuela para los niños y adolescentes sea una construcción, en la medida en que la edades están en plena transformación. Y como «todos los niños y adolescentes no son iguales», habrá que pensar en formas institucionales lo suficientemente diversificadas y flexibles como para dar respuestas adecuadas a los múltiples condiciones de vida y expectativas de las nuevas generaciones. Quizá, una de las claves del éxito sea comprender que una escuela para ellos deberá ser también, y al mismo tiempo, una escuela de ellos; es decir, una institución donde las nuevas generaciones no son simples poblaciones objetivo, sino protagonistas activos y «con derechos».

Jaime Etcheverry, G. (1999). La tragedia Educativa. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Tenti Fanfani (E.) (ed.) (2000). Una escuela para los adolescentes. Reflexiones y propuestas. Buenos Aires: Editorial Losada.

Tenti Fanfani, Emilio. CULTURAS JUVENILES Y CULTURA ESCOLAR (primera versión, Buenos Aires, mayo del 2000).

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