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Cuento de danuiti bacanuiti

Enviado por   •  25 de Noviembre de 2017  •  1.480 Palabras (6 Páginas)  •  387 Visitas

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En detención, estaban unos chicos grandulones, fornidos, con tatuajes y vestimenta parecida a la mía, creo que acabo de ver a los que serán mis compinches por el resto del año. Se acerca uno, creo que es el líder de la banda, y me dijo: -¡Hey, nice! ¡Quisieras ir a una fiesta esta noche, te gustaría! No dude en contestar, le dije ahí estaré. Que voy a hacer en casa viendo por la ventana la gente estúpida de mi vecindario.

Llegaron las 10:00 p.m., a esa hora empezaba la fiesta y ni loca le pediría permiso a mi tía, ella creía que yo estaba cambiando de personalidad y además le llegó la carta de la escuela de mi altercado con la rubia tonta hoy, así que tocaba irme de escape. Por la hora, eran pocos los que estaban rondando por el vecindario, me asomé a la ventana y planeé mi salida. Luego revisé mi guardarropa y saqué aquel vestido sexy negro que no me atrevía a ponerme porque estaba muy gorda, pero me llené de valor y lo hice, me veo bien, no estoy muy gorda que digamos solo que no tengo el mismo cuerpo esbelto de antes. A continuación, entré con cuidado al cuarto de mi tía y tomé las llaves de su auto, volví a mi habitación, tomé las botas negras con alto tacón, me volé por la ventana, tomé el auto y me fui, se sintió genial ese momento.

Al llegar me recibieron mis compinches, el líder de la banda me invitó a un trago. Al entrar todos me miraban, pues era raro ver a alguien nuevo en una fiesta de populares. Fuimos a la azotea y fumamos unos cigarros, me querían dar más tragos de la cuenta y se estaban pasando de la raya, así que bajé a buscar un poco de agua y por sorpresa me encuentro a la chiquilla revoltosa de la rubia tonta con sus amigas imbéciles. Me rodearon todas, les dije que no les tenía miedo, que podía acabar fácilmente con ellas y me dijeron que no iba a pelear con ellas, sino que me trajeron a un gigantón robusto. Debo confesar que de momento me asusté pues no tenía escapatoria. El grandulón aventó su mano sobre mi rostro y rompió mi nariz, caí casi inconsciente. De repente, un chico muy apuesto se acercó y le dio su merecido, luego me levantó y nuestras miradas se encontraron, atrayéndose una con otra como si un imán las mantuviera unidas a pesar de ser polos opuestos, sentí que me había encontrado antes con esos ojos, sentí como si este momento ya hubiese pasado. Estábamos mirándonos sin decir nada el uno al otro, hasta que rompí el hielo y nerviosa dije: -¡Gracias, que torpe soy!, a lo que él contesto -¡No eres torpe, solo fuiste victima un imbécil machista!, le dije que fue la venganza de la estúpida rubia tonta por arruinar su rostro de porcelana con una marca de cigarro, él se rio a carcajadas y dijo ¡Ah, así que fuiste tú quien le hizo eso a mi hermana!, quede anonadada y le dije tu hermana es una imbécil y me fui, él me llamo y me dijo: -¿Nos volveremos a ver? A modo de respuesta le enseñé el dedo medio alejándome, escuché de lejos un grito suyo diciendo -¡AH, por cierto mi nombre es Sed, fue un placer conocerte linda! No quería reconocer que me había gustado, que su sonrisa, su cabello y cejas negras me dejaron sin aliento, que su cuerpo deslumbrante me elevó al cielo y me hizo sentir mil cosquillas en el estómago.

Iba camino a casa, p

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