La paradoja del comediante
Enviado por poland6525 • 12 de Julio de 2018 • 1.066 Palabras (5 Páginas) • 791 Visitas
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Afirma que la sensibilidad no es la cualidad de un gran genio, alguien sensible puede perder la cabeza dejándose llevar por sus emociones. El segundo interlocutor discrepa, piensa que la sensibilidad es una cualidad que deben poseer, deben sentir para hacer sentir. Pero Diderot sigue dándole motivos de lo contrario.
El buen comediante después de una larga jornada, está agotado, cansado del trabajo físico. Pero no siente abatimiento, ni tristeza, ni ninguna de esas emociones recreadas en sus papeles. Contrariamente al espectador que si ha sentido al ver a los personajes creados, se han conmovido por su actuación.
El comediante interpreta una ilusión, hace que el espectador se emocione, mientras que él no las siente, él expresa las emociones, las recrea insensiblemente. Esa es la gran paradoja del comediante. Provocar un llanto, una risa, una sensación, crear emociones sin sentir emociones.
“Las lagrimas del comediante descienden de su cerebro, las del hombre sensible ascienden de su corazón”.
Reside su talento en crear un fantasma que imita hasta el ultimo movimiento, alcanzando una perfección mejor que la real de su persona y sentimientos. Incluso uno se podría sorprender de si mismo como dijo Clairon, “¿yo he hecho eso?” Hay que saber convertir los arquetipos en fantasmas y darles vida sin traicionar su relación con los demás. El actor debe crecer en el personaje, pero no mas allá de la obra y esta premisa debe estar presente de manera original cada vez que haya contacto con el público, como si cada vez fuese la primera.
Un buen actor debe trabajar duro para honrar la labor del poeta. Los comediantes se sostienen mutuamente, deben respetar la igualdad o subordinación que el poeta haya creado para ellos. Alcanzar un equilibrio entre los roles que fueron creados.
El actor que no haya “diagramado su papel” según Diderot, será toda la vida un principiante.
Conclusión:
Al inicio de la lectura no entendía sus razonamientos, pensaba que un actor debía sentir la emoción para poder reproducirla, pero Diderot me ha convencido con una lógica aplastante. Alguien que se deja llevar por sus emociones y sensibilidad puede cometer muchos errores. Incluso me parece que esto sucede no solo en el ámbito profesional, sino también en el personal. Una persona muy sensible, puede sentirse alterado por cualquier motivo y dejarse llevar sin pensar con claridad, puede hablar sin decir nada, solo tirar el texto. Si uno es capaz de recrear la realidad natural y que se vea creíble y repetirla hasta la saciedad me parece el mayor logro que un actor puede conseguir.
La imitación de la naturaleza, a base de observar y estudiar, sentirla y recrearla es un proceso fundamental que nos hará alcanzar la plenitud.
Otra cosa es el respeto que un buen actor debe mantener. No querer sobresalir sobre los otros actores, respetar la igualdad o subordinación, lograr el equilibrio con los compañeros y con en el papel a desempeñar, que uno se coma la obra, es un fracaso. “Las cadenas son tan fuertes, como su eslabón más débil”
Dejar que las emociones entren como un mero títere, expresar el máximo dolor o alegría con el cuerpo sin estremecerse, imitar a la naturaleza, no es nada menos que obra de un genio. De alguien que a base de trabajo y repetición tiene control absoluto de su cuerpo y sus sentidos. Me encantaría conseguirlo algún día.
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