MODOS DE CONDUCIR EL AULA

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- un director: establece condiciones idóneas para el aprendizaje;

- un organizador: planifica el desarrollo de la clase y elabora actividades;

- un guía: organiza el trabajo en clase y ayuda a solventar problemas;

- una fuente de información: proporciona información necesaria para la realización de actividades;

- un evaluador: analiza el progreso de los alumnos; reflexiona sobre la propia actuación;- un investigador: investiga sobre las necesidades de los alumnos y analiza la dinámica de grupo.

Asimismo, de la anterior argumentación puede deducirse que la clase de lengua extranjera se trata de un fenómeno con una gran diversidad de facetas. Según N. S. Prabhu (1992:225-241), la clase de lengua tiene dos planos:

- Plano A: se presenta como una realidad pedagógica.

- Plano B: se presenta como una realidad social y personal.

A su vez estos planos se subdividen en dos dimensiones cada uno:

Plano A

I. La clase como la unidad de la secuencia curricularEl currículo normalmente se organiza como una secuencia de unidades didácticas en progresión, la secuencia como un todo persigue conseguir un objetivo mayor, mientras que cada unidad didáctica pretende el logro de un objetivo menor.

La razón fundamental para elaborar un currículo es dar al profesor una alternativa viable a la difícil tarea de seguir el desarrollo psicolingüístico del alumno. No obstante, dicha alternativa implica la creencia de que el currículo representa una primera determinación del desarrollo del alumno, tanto en momentos concretos como durante un período de tiempo (p.ej. el curso); y esto a su vez implica que el desarrollo del currículo accede de mejor manera que el profesor al desarrollo mental del alumno. El desarrollo del currículo intenta predecir o decidir por adelantado el proceso de desarrollo antes de que tenga lugar, en cambio el profesor difícilmente lo percibe en el momento en que está sucediendo.

II. La clase como instancia de un método de enseñanza puesto en práctica

- Aspecto conceptual: consiste esencialmente en una teoría sobre cómo tiene lugar el aprendizaje o cuál es la mejor manera para que este se produzca.

- Aspecto operacional: qué prácticas didáctico-discentes deberían llevarse a cabo en clase, dentro de cada unidad didáctica.

A partir de la conexión lógica entre los aspectos conceptuales y operacionales de un determinado método, se puede observar el modelo de actividades de una única unidad didáctica e inferir la teoría de aprendizaje que subyace en ella.

Plano B

III. La clase como acontecimiento socialLos roles son asignados y establecidos por la tradición y varían en función del contexto cultural en que tiene lugar la clase. Existe un componente ritual en las acciones realizadas que generalmente, si se respetan las reglas, no se percibe, pero que si se violan se produce desconcierto.

Existe una serie de nociones compartidas sobre las diferentes fases de que debe constar una clase, los comportamientos que se consienten y los que se sancionan, los límites de la autoridad del profesor y de los derechos de los alumnos, y los deberes y obligaciones de ambas partes. Tales nociones no solo tienen valor entre profesores y alumnos, sino también para los padres, los gestores educativos y el público en general.

IV. La clase como espacio de interacción humanaGrupo de individuos con distintas personalidades, motivaciones, grados de autoestima, temores y aspiraciones, niveles de tolerancia, grados de madurez, etc.

Probablemente la preocupación más inmediata del profesor y los alumnos sea salvaguardar la propia imagen y ganarse la aprobación y la simpatía de los demás.

Un entramado de relaciones e interacciones que tienen lugar simplemente porque los seres humanos, con toda su complejidad, están implicados.

Tal como afirma N. S. Prabhu (1992:230-231), este análisis ayuda a entender que los problemas que surgen en clase responden a conflictos que pueden darse entre las distintas dimensiones. Siguiendo su argumentación,

La puesta en práctica de un determinado método, por tanto, podría requerir que el profesor elogiara mucho los esfuerzos y los logros de los alumnos en clase y que proporcionara más retroalimentación positiva que negativa. Pero los alumnos como grupo social a menudo tienen la idea de que el hecho de que el profesor les alabe o les apoye se trata de una cuestión de oportunismo o una forma de rendirse y, por el contrario, valoran como un acto de valentía mostrarse en contra de los valores y los deseos del profesor. Este concepto de la heroicidad, basado en el rechazo y la rebelión, puede ser el origen de un sentimiento de aprobación o desaprobación que entre directamente en conflicto con el sentimiento de aprobación o desaprobación del profesor, planteándose de esta manera un dilema para muchos alumnos y una amenaza para la sensación de seguridad del profesor.

No obstante, en los contextos formales de clase, a pesar de la contingencia de los factores que intervienen, tal como recoge M. Cambra (1998:235-236), ineludiblemente se produce lo que se conoce como un contrato didáctico.En las situaciones institucionales de clase, el contrato didáctico está impuesto por las reglas socioculturales y constituye el fundamento de todas las acciones, por el cual el profesor tiene el deber de ejercer como tal, por tanto de optimizar y guiar el trabajo de aprendizaje, y el alumno puede no solo aceptar sino exigir esa ayuda.

De Prieto, M. Matthey y B. Py (1989) y P. Bange (1991) tomaron prestado este concepto de Brousseau (1980), el cual lo introdujo en el campo de didáctica de las matemáticas. No obstante, estos autores lo aplican en estudios de situaciones exolingües (aquellas en que una persona no nativa se comunica con un nativo en el país de este) desarrollados en Europa y centrados en inmigrantes.

En una situación exolingüe puede (pero no siempre ocurre) establecerse un acuerdo tácito por el que, además de intentar comunicar a pesar de las dificultades del no nativo, este desea aprender y el nativo tiene la voluntad de ayudarle: estamos hablando, en este caso, de "contrato didáctico".(M. Cambra, 1998:235)

- Factores ambientales en clase

(...) Una habitación incómoda, fría o donde haya demasiado ruido puede provocar una falta de concentración o malestar; el no