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Un amor a Primera Vista

En un campo lejano a la ciudad, vivía un ciclope llamada Josué, él era muy enojón y grosero, era así porque la gente lo trataba muy mal y no le gustaba eso. Por otro lado, estaba yo una ciclope tierna y cariñosa, me gustaba ser bondadosa con los que me rodeaban, la gente me quería mucho. Un día los dos coincidimos casualmente en el bosque, fue amor a primera vista, al momento en que vi a Josué quede impactada, el hablo primero, pero yo quede sin palabras, pues era la primera vez que un chico simpático se me acercaba, de los nervios que sentía no pude decir ni una palabra entonces pensó que me asuste de él y salió corriendo, trate de alcanzarlo, pero no pude el corría demasiado rápido. Desde ese día quede con la duda de cómo se llamaba, si vivía cerca del bosque, ya que era la primera vez que lo veía, de la misma manera quería saber si yo también le había llamado la atención, como el a mí.  Varios días después me lo encontré, en una cascada que estaba dentro del bosque, me acerqué hacia él y le pedí disculpas por el mal entendido, las acepto y nos presentamos él dijo me llamo Josué y tú, yo respondí me llamo Michelle, mucho gusto dijimos los dos y comenzamos a hablar. Caminamos por todo el bosque, estuvo tan entretenida la charla que no nos dimos cuenta que ya había anochecido, nos despedimos y cada uno se fue a su casa. Con el pasar el tiempo cada vez los dos éramos más cercanos, salíamos a caminar, me invitaba a comer, Josué se estaba convirtiendo en alguien muy especial para mí, sin darnos cuenta los dos nos íbamos enamorando, pero ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso. Hasta que un día Josué decidió hacer un picnik como todos los sábados, pero ese día en especial me pidió que sea su novia, yo acepte sin pensarlo dos veces, nos abrazamos y nos dimos un beso. El tiempo pasaba rápido cuando estábamos juntos, tanto que ya habían pasado cinco meses desde el día que decidimos ser novios, aunque todo no era color de rosas, con el pasar del tiempo también iban apareciendo problemas entre los dos, aparecían defectos que cada uno tenía y que no nos gustaban, pero con la ayuda de cada uno íbamos mejorando cada día. Un día Josué decidió pedirme matrimonio en la cascada donde hablamos por primera vez, aquel lugar donde presenciaba nuestro amor, al mirar todo lo que había a mí alrededor yo quede muy sorprendida, más cuando vi que saco un anillo de su bolsillo, en ese momento no sabía que decir, si quería ser su compañera de vida, pero me daba miedo comprometerme porque aún éramos muy jóvenes y sentía que llevábamos muy poco tiempo de conocernos para dar ese gran paso como lo era el matrimonio por lo que mi respuesta fue un no. Josué quedo sorprendido con mi respuesta, pues no entendía porque rechace su propuesta si éramos muy felices siendo novios y nos amábamos mucho, en ese momento trate de explicarle que era un no porque aún no estaba lista más no porque no lo amaba, pero fue inútil, él no me escucho y me dejo sola.    Pasaban los días, cada vez me sentía peor, lo buscaba y trataba de explicarle, pero no me quería escuchar, en ese momento fue en el que me di cuenta que estaba perdiendo al amor de mi vida, que mis miedos estaban ganándome en esta ocasión y si no actuaba rápido me arrepentiría por siempre. Fue cuando decidí hacerle una sorpresa a Josué para pedirle perdón por no haber hablado antes de cómo me sentía y los miedos que tenía en ese momento. Él llego y se sorprendió mucho, fue en ese instante donde aclaramos nuestros sentimientos en lo que coincidimos en algo, que si no lo intentábamos; nunca íbamos a saber si funcionaría, en ese instante me di cuenta que él era con quien quería pasar el resto de mi vida, que no iba a encontrar a alguien igual. Comenzamos con los preparativos de la boda y al mes nos casamos, cada día aumentaba más nuestro amor. Desde ese día somos la pareja más feliz del planeta.