Una tarde, un viejo y venerado maestro, que solían llamar Próspero, se despedía de sus discípulos pasado un año de clases.
Enviado por Jillian • 24 de Abril de 2018 • 751 Palabras (4 Páginas) • 377 Visitas
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solamente el podía estar ahí, en donde podía pasar sus horas meditando y creando. Cuando el Rey murió, la estancia quedó clausurada para siempre. De esta forma, el autor plantea la necesidad de conservar un espacio de la psique y de la mente, para poder estar en paz consigo mismo, al tiempo de tener un lugar para albergar a los extraños que vamos conociendo, pero sin perder nuestra intimidad, necesaria para tener un lugar interno donde refugiarse.
Señala con un gran énfasis los dos distintos tipos de vida que existen: las que se apegan al utilitarismo y al idealismo. También, hace una referencia acerca de la importancia de educar a la Democracia, fortaleciéndola en sus aspectos morales e intelectuales, a fin de que el ejercicio de ella se encuentre orientada siempre hacia el idealismo, y no hacia el utilitarismo, que puede llevar a corromperla o sacarla de la senda de la ética. Por lo que las nuevas generaciones tienen una gran responsabilidad.
Finalmente el profesor, al quererse inspirar en la imagen de Ariel, sabe que es la razón y el sentimiento superior, es la naturaleza, el excelso coronamiento de su obra, con la llamada del espíritu. Ariel resurge inmortalmente, recobra su juventud y hermosura, como mandato de Próspero, al llamado de cuantos de aman e invocan en la realidad. Próspero desea que los alumnos se lleven la imagen de el bronce en el espíritu, y parecía animar en los altivos ojos de Ariel la chispa inquieta de vida, para defender una última esperanza
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