El carácter abstracto de una cultura

TP 2

Conceptos fundamentales

• Universal abstracto / Universal situado.
• Ciencia y tecnología y su relación con la cultura.
• Cultura como política (“estrategia para vivir”).
• Doxa / Noesis. Pensar de cálculo / pensar de meditación.
• Ethos cultural.

Ejercitación

1.a. Explique las categorías de “universal abstracto” y “universal situado” desarrolladas por Mario Casalla en el texto “El banquete tecnológico universal y los hijos pobres del sur.

Universal abstracto refiere a un tipo de cultura, producto de uno o varios particulares que, mediante cualquier mecanismo, en general de forma bélica, se autoproclaman en “universales” y desde esa posición adhieren al “imperio” todas las formas nacionales. De este modo muchas problemáticas que ha acarreado la modernidad en los países “universales” se hacen presentes como propios en los países latinoamericanos.

El carácter abstracto de una cultura se refleja en una actitud que desvaloriza lo propio y exalta lo ajeno “como modelo que debe ser alcanzado para ingresar en el “verdadero” orden de la existencia”

Universal situado identifica a otro tipo de cultura que respeta las diferencias, en especial la de los pueblos que la integran y se niega a incorporar los atributos del imperio. El carácter situado de una cultura se traduce en la forma en que dicha cultura “enlaza firmemente al pueblo con su pasado, con su tradición y, paradójicamente, lo libera de su particularismo, lo inserta en ese ámbito donde es posible el diálogo con otros pueblos, con las otras culturas”

1.b. De un ejemplo de su propio campo disciplinar (artes visuales, audiovisuales, música o multimedia) de “universal abstracto” y de “universal situado”. Fundamente en cada caso.

Ejemplo de universal abstracto:

Ejemplo de universal situado:

“La hora de los hornos” (1968) es una película documental de Fernando Solanas y Octavio Getino, quienes integraron en ese entonces el llamado Grupo de Cine Liberación. Este grupo de cineastas asumía un sustento ideológico que expresaron en el manifiesto Por un tercer cine, el cual cuestionaba el cine de evasión venido de Hollywood (el primer cine) y el cine de autor (el segundo cine) como expresiones del imperialismo y el arte burgués.

Este documental fue realizado durante la dictadura militar del General Onganía, por lo que fue imposible exhibirla oficialmente en Argentina hasta 1973, no solo por las condiciones contextuales que atravesaba el país, sino que justamente esto encarnó el contenido principal de este film. Sumado a esto, la película cuenta la historia de América Latina como una sucesión de dominios coloniales que comenzaron con España, siguieron con Inglaterra y finalmente de Estados Unidos.

Con un lenguaje experimental novedoso, que no se apoya en ninguna lógica de mercado, es como “La hora de los hornos” persigue un fin claro, agitar una sociedad atravesada en todos sus estratos por la colonización cultural. Esto puede verse en la relación que la película pretende establecer con el público: el espectador no es más sujeto de entretenimiento, consumidor de un producto terminado, sino un militante potencial al cual hay que inspirar el debate. Para esto, en determinados momentos expresamente se planteó detener la proyección e dar inicio a la discusión en la sala.