Dos enfoques para la deliberación de “La Justicia”
Enviado por Ninoka • 3 de Abril de 2018 • 3.537 Palabras (15 Páginas) • 300 Visitas
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Luego de haber analizado y expuesto las opiniones al respecto de la teoría de John Rawls, podremos adentrarnos en los postulados de Habermas, sin antes realizar una breve introducción de su vida.
“Jürgen Habermas es un sociólogo y filósofo alemán, conocido por sus trabajos fundados en la filosofía práctica (ética, filosofía política y del derecho). Gracias a una actividad regular como profesor en universidades extranjeras, especialmente en Estados Unidos, así como por la traducción de sus trabajos más importantes a más de treinta idiomas, sus teorías son conocidas, estudiadas y discutidas en el mundo entero. Habermas es el miembro más eminente de la segunda generación de la Escuela de Frankfurt y uno de los exponentes de la Teoría crítica desarrollada en el Instituto de Investigación Social. Entre sus aportaciones destacan la construcción teórica de la acción comunicativa y la democracia deliberativa”[5].
Antes de hablar de las teorías de Habermas como tales, debemos enunciar el contexto en el que este autor está situado y los acontecimientos previos, tenemos que la Segunda Guerra Mundial dirigió en Alemania una crítica muy potente contra la tecnología, pero previo a esto se pensaba que al haber avances tecnológicos, existía un progreso de la humanidad, un avance de la esencia del hombre y de la libertad del individuo. Cuando comienza la Segunda Guerra Mundial se empiezan a diferenciar el progreso de la libertad, ya que con el Holocausto los alemanes se sumergen en una ola de atrocidades que podría decirse que fueron producidas por la tecnología, como lo fueron las matanzas planificadas en los campos de concentración, donde habían lugares en que los prisioneros se mantenían vivos, los obligaban a trabajar y luego eran fríamente asesinados y por si fuera poco con todos los cadáveres existentes comenzaron a comercializarse “objetos” hechos de humanos lo que denota la manera insensible de matar, y no solo matar, sino que además pensar en los beneficios económicos, demostrando que ningún recurso que podía ser potencialmente utilizado debía ser desperdiciado. Con toda esa crueldad presente, comenzó a plantearse el problema de que el hombre, aparentemente racional puede hacer frente a la tecnología, su crítica giraba en torno al hecho de que la tecnología podía estar coartando la libertad de los individuos, además de sentir que aquellos avances fueran los que proporcionaban tal nivel de destrucción.
Con lo ya contextualizado podemos enmarcar que en los años 60, la Escuela de Frankfurt y Habermas, expresan una crítica al progreso, existiendo diversas interpretaciones sobre la tecnología, pero en la que Habermas se basa es en el intento de crear una manera diferente de racionalidad tecnológica por medio de una “transformación metafísica de la razón” Habermas ofreció un razonamiento esencial sobre de la utilidad de la tecnología en un régimen basado en el actuar del hombre, es decir, la tecnología es un medio válido, solo cuando con ella logramos la acción comunicativa. De esta forma y de acuerdo con esta concepción, lo que se debe hacer no es buscar una forma distinta de racionalidad sino mantener la tecnología en su propio lugar transcendental.
Otra concepción importante que Habermas describe en su libro, es la definición de un nuevo concepto, llamado intersubjetividad referida a ella como una caracterización del entendimiento del lenguaje, para crear esta nueva definición se sale del modelo de etiquetar el acto comunicativo como objetivo o subjetivo, ya que este dependía de cómo se analizara el lenguaje, si se hacía como medio u objeto. En cambio con la intersubjetividad existen distintos sujetos que se comunican entre ellos por medio del lenguaje, que se desarrolla en base a un razonamiento que efectúan diferentes tipos de personas. Toda comunicación necesita del reconocimiento de las expectativas del que va a escuchar y como depende de quién habla y quien escucha, es decir debe existir una comunicación integrativa entre ambas partes que podría considerarse como un cierto trato o negociación. Como resultado, el lenguaje expresa un razonamiento colectivo.
Este giro lingüístico nos refiere que el contenido de las normas jurídicas preestablecidas proviene de una continua e interminable discusión colectiva entre los hombres, Habermas lo expone claramente diciendo que “la ética discursiva contiene una concepción dialógica de la democracia con la percepción moral del constitucionalismo democrático, que a partir de su sistema normativo busca terminar con la marginación y la injusticia que se da en el sistema social. Para esto, es necesario que la acción comunicativa pueda encontrar una traducción jurídica”[6].
Habermas en su libro “Facticidad y validez” siguiendo con un esquema procedimental, plantea un concepto deliberativo “ideal”, para esto crea una “noción de una democracia deliberativa que está enraizada en el ideal intuitivo de una asociación democrática en la que la justificación de los términos y condiciones de la asociación tiene lugar a través de la argumentación y del razonamiento público entre ciudadanos iguales”, con esto Habermas expresa claramente su pensamiento con respecto a la deliberación de lo justo describiéndolo como un ejercicio netamente practico, es decir es algo que se hace permanentemente debatiendo diferentes problemas y distintas ideas de justicia, esta idea la desarrollaremos mejor más adelante, antes debemos realizar una distinción importante que hace Habermas entre el liberalismo y el republicanismo.
Habermas expone en su texto la tensión entre factibilidad y la validez, diciendo que lo factico es el poder pero este hemisferio requiere el mecanismo de la legitimidad, es decir, todo poder necesita recubrirse de una cierta legitimidad, exponer razones, no hay ninguna clase de poder que se fundamente a partir del querer o deseo, todo poder debe fundamentarse en razones válidas, así como toda buena causa necesita adquirir poder para realizarse intenta traducir su intersubjetividad a una teoría política y distinguir su idea de política deliberativa tanto de la tradición liberal como de la tradición republicana[7] la concepción liberal de la política se centra en la idea de hombre como sujeto de interés, ósea la forma en que actúa un individuo es que opera en la tradición liberal como sujeto de interés, esto significa, que los individuos se mueven por el interés individual y las razones son los medios por los cuales se expresa su interés (se provee de razones para defender sus intereses), comprende de esta manera que los individuos reaccionan no tanto por razones sino por intereses individuales, maximizando costos y minimizando beneficios. La tradición republicana
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