TEORIAS DE LA MOTIVACION Y VALORES DE SER HUMANO
Enviado por Jillian • 12 de Septiembre de 2018 • 5.992 Palabras (24 Páginas) • 479 Visitas
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Un psicólogo del siglo pasado William McDougal (1908) sostenía que existen dieciocho instintos, entre los cuales se incluye la belicosidad y el espíritu gregario. Otros psicólogos encontraron más instintos e incluso un sociólogo aseguró que el número de instintos ascendía a 5759. Es evidente que una enumeración tan extensa no ofrece más que etiquetas para el comportamiento.
Comentario: Todas las explicaciones basadas en los instintos se quedan cortas al tratar de explicar por qué un patrón específico de comportamiento, y no otro, ha surgido en una especie determinada. Además la variedad y la complejidad del comportamiento humano, gran parte es aprendido, son difíciles de explicar si los instintos constituyen la principal fuerza motivacional. Por lo tanto, las concepciones de la motivación basadas en los instintos han sido desplazadas por otras explicaciones, aunque los enfoques instintivos siguen desempeñando un papel en diversas teorías.TEORIAS MOTIVACIONALES DE REDUCCIÓN DE PULSIONES.Luego de rechazar la teoría de los instintos, los psicólogos propusieron, en primer lugar sencillas teorías sobre la motivación basadas en la reducción de pulsiones. (Hull, 1943). Las teorías de reducción de pulsaciones sostienen que cuando las personas sienten alguna necesidad biológica fundamental, como de agua, por ejemplo se produce una pulsión para satisfacer esa necesidad (en este caso la sed):Para comprender este enfoque es preciso comenzar con el concepto de pulsión. Una pulsión es una tensión motivacional, o excitación, que energiza al comportamiento con el fin de satisfacer alguna necesidad. Gran cantidad de pulsaciones básicas denominadas pulsaciones primarias como el hambre, la sed, el sueño, y el sexo se relacionan con necesidades biológicas del cuerpo o de la especie de su conjunto. Las pulsaciones primarias contrastan con las pulsaciones secundarias, mediante las cuales no se satisface ninguna necesidad biológica evidente. En las pulsaciones secundarias las necesidades se generan por medio de las experiencias previas y el aprendizaje. Algunas personas tienen grandes necesidades de obtener éxito académico y profesional. En estos casos podemos decir que su necesidad de logro es una pulsión secundaria que motiva su comportamiento.Generalmente tratamos de resolver una pulsión primaria mediante la reducción que le subyace. Por ejemplo, nos da hambre después de no haber comido durante varias horas y podemos asaltar el refrigerador si nuestra próxima comida del día aún está lejana. Si el clima se torna más frío, nos ponemos ropa más gruesa o subimos la calefacción (si la hay) para conservarnos calientes. Si nuestro cuerpo necesita líquidos con el fin de funcionar adecuadamente, sentimos sed y buscamos agua para saciarla.La razón de ese comportamiento es la homeóstasis, un fenómeno básico de motivación que subyace en las pulsaciones primarias. La homeóstasis es la conservación de un nivel óptimo el funcionamiento biológico interno por medio de la compensación de las desviaciones del estado interno normal y equilibrado de un organismo. La mayoría de las necesidades fundamentales de la vida, incluyendo el hambre, la sed y el sueño, se pueden explicar razonablemente por medio de este enfoque.Aunque no todos los comportamientos biológicos que se relacionan con la motivación encajan con un modelo homeostático. El comportamiento sexual nos proporciona nos proporciona un ejemplo. Desafortunadamente, a pesar de que las teorías de la reducción de pulsaciones nos proporcionen una buena explicación de la forma en que las pulsiones primarias motivan el comportamiento, no son tan adecuadas cuando se trata de explicar comportamientos cuya meta no consiste en reducir una pulsión, sino de mantener o aumentar un determinado nivel de excitación. Por ejemplo, muchas personas buscan activamente emociones por medio de actividades tales como subir la montaña rusa o navegar en balsa por los rápidos de un río. Otros comportamientos parecen estar motivados exclusivamente por la curiosidad. Cualquiera que se haya apresurado para recoger el correo que acaba de llegar, o que sigue con avidez las columnas de chismes del periódico, o que a anhela viajar hacia lugares exóticos, conoce la importancia de la curiosidad para dirigir comportamientos. Y no solo los seres humanos exhiben comportamientos que indican curiosidad: los monos pueden aprender apretar una palanca tan sólo para lograr ver hacia otro cuarto, en especial cuando se puede ver algo interesante (como puede ser un tren de juguete que se mueve sobre las vías (Butler, 1954) Los moños también gastan mucha energía para solucionar fáciles rompecabezas, a pesar de que su comportamiento no les genera ninguna recompensa evidente. (Harlow, y Meyer 1950; Mineka y Hendersen, 1985) Comentarios sobre la Teoría Reducción de pulsiones.
La búsqueda de emociones y la curiosidad son sólo dos clases de comportamiento que lanzan una duda sobre las teorías de reducción de pulsaciones concebidas como explicaciones totalizadoras. En ambos casos, en lugar de tratar de reducir una pulsión subyacente, los seres humanos y los animales parecen estar motivados para aumentar su nivel general de estimulación y actividad.Con el fin de explicar este fenómeno, los psicólogos han elaborado diversas teorías alternativas a la de reducción de pulsiones.TEORÍA DE LA EXITACIÓN: BÚSQUEDA DE LA ESTIMULACIONLas teorías de la excitación tratan de explicar el comportamiento en el que la meta es la conservación o el aumento de la excitación (Berlyne, 1967; Brehm y Self, 1989). De acuerdo con la teoría de la excitación, cada una de las personas trata de conservar un determinado nivel de estimulación y de actividad. Como ocurre con el modelo de reducción de pulsiones, si nuestros niveles de estimulación y de actividad aumentan en forma excesiva, intentamos reducirlos. Pero el modelo de la excitación también sugiere muy distinta al modelo de la reducción de reducción de pulsiones: si los niveles de estimulación y actividad son muy bajos, trataremos de aumentarlos buscando estimulación.
La teoría de la excitación nos ofrece una explicación para uno de los principios más antiguos de la psicología, descubierto por dos psicólogos en 1908: la ley de Yerkes-Dodson. Según esta ley y sus correcciones posteriores, un nivel determinado de excitación motivacional produce un desempeño óptimo en una tarea determinada. Más específicamente, es recomendable a un nivel alto de excitación de tareas cotidianas sencillas que para tareas más complejas (Hebb, 1955).
Es como si la excitación obstaculizara la producción de respuestas adecuadas ante tareas complejas, en tanto que facilita un mejor desempeño en tareas más sencillas. Por otra parte, tanto las tareas complejas como las sencillas se afectan cuando
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