Análisis bioético del transhumanismo

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Kevin Wark es un científico, ingeniero y profesor de cibernética de la universidad de Reading, Inglaterra que se implantó un chip en su brazo que le permite controlar puertas, luces y otros dispositivos computarizados.

Otro ejemplo se encuentra en Rob Spence, un documentalista que perdió un ojo cuando era sólo un niño y ya de adulto decidió convertir su prótesis estética en una minicámara, la cual utiliza para grabar lo que ve y transmitirlo por un dispositivo portátil. Cómo la cámara se mueve conjuntamente con su otro ojo, Rob puede dirigirla hacia el objetivo que él quiera con tan sólo voltear la mirada.

MEJORAMIENTO DE CAPACIDADES FÍSICAS: Ciborgs

Análisis bioético

Introducción

El primer problema que presenta la temática del mejoramiento es definir, precisamente, qué es un mejoramiento, diferenciándolo de los tratamientos médicos curativos o que pretenden restablecer un estado perdido o que nunca estuvo presente pero que es considerado como "normal". El objetivo del mejoramiento es, mediante la transformación tecnocientífica, brindar al individuo un potenciamiento de sus capacidades, e incluso poder brindarle algunas que biológicamente no podría tener (por ejemplo, súper fuerza en los brazos y piernas, visión infrarroja, oído ultrasónico, etc.).

Este tipo de mejoramiento forma parte del transhumanismo, que postula el concepto de que el proceso evolutivo asistido y mediado por la biotecnología es por sí mismo parte de la evolución del ser humano. Se considera entonces que el hecho de que el ser humano haya aprendido a mejorar su propio proceso evolutivo es la expresión definitiva de la darwiniana “supervivencia del más apto”.

Esta visión del mejoramiento, presenta posturas tanto en contra, como a favor. Entre los primeros se encuentran argumentos que plantean los problemas éticos fundamentales que se presentan y amenazan a la esencia misma del ser humano. Tanto la naturaleza, como la dignidad humana, se verán amenazadas por las biotecnologías, además del alto riesgo que implica para un individuo apegarse a estos procedimientos, que pueden atentar tanto a la salud, integridad física, como a su autonomía. Un ejemplo de este último: imaginen individuos que poseen implantes de chips mediante los cuales pueden controlar toda clase de equipos electrónicos con la mente. Al estar ese chip conectado al cerebro, que pasaría si alguien externo tiene la capacidad de controlar a ese chip, ¿Podría entonces controlar la autonomía de esos individuos? Este es sólo uno de los escenarios posibles. Puesto que todos estos implantes que forman parte en la evolución ciborg no dejan de ser equipos informáticos que poseen un sistema computarizado complejo, no están exentos de sufrir una “invasión” por algún virus informático. No sólo evolucionaría nuestro estilo de vida y nuestras capacidades, sino también las “enfermedades” que nos aquejan.

Lo anteriormente expuesto plantea un escenario puramente especulativo, pero que se funda sobre las bases de los conocimientos tecnológicos con los que se cuenta en la actualidad, y podría sin dudas ser uno de los posibles desenlaces en la historia de la evolución y el mejoramiento.

Respecto a las visiones optimistas, encontramos a aquellos que aseguran que el uso de las nuevas tecnologías para el mejoramiento pertenece en gran medida a la libertad individual, y hacer uso de ellas representa casi un deber moral con la humanidad. Uno de los más famosos es John Harris, quien plantea la pregunta de: “por qué, si todos nos esforzamos por mejorar nuestra salud y nuestro intelecto, o por aumentar nuestros poderes y capacidades a través de la educación, deberíamos privarnos de realizar estos objetivos por medio de tecnologías de mejoramiento —siempre y cuando los medios sean lo suficientemente seguros—“. El hecho de poder brindarle al ser humano las herramientas disponibles para alcanzar la cúspide de sus habilidades y capacidades implica contribuir con el objetivo de alcanzar la felicidad, así como al progreso de la sociedad. Desde esta perspectiva, el mejoramiento es visto como un bien absoluto porque representa un beneficio para los individuos. Pero, bajo esta perspectiva, no se estarían cubriendo los problemas que pudieran surgir a nivel colectivo, por ejemplo respecto al uso que pudieran darle ciertos individuos para obtener ventajas. Además, esta visión presupone que las medidas serán beneficiosas para todos, sin importar las posturas subjetivas y culturales de las distintas sociedades, quienes pueden discernir completamente en lo que refiere a la forma de vida más deseable.

Por otra parte, se plantea cómo se verá afectada la libertad, cuando en un mundo donde los mejoramientos se hayan generalizado, todavía existirán individuos que conserven su estado “natural” y se nieguen a estas mejoras. Estos últimos se verían forzados a utilizarlos, ya que les sería muy difícil competir con aquellos que sí los usan.

Otro punto de debate importante es el referido a la justicia distributiva. Resulta imposible pensar que una nación pueda llevar adelante la financiación del mejoramiento de toda la población. Por lo tanto, es inevitable que algunos ciudadanos gocen de los mejoramientos y otros no, resultando esta situación tan altamente perjudicial, que destruiría la creencia en la igualdad de oportunidades. Por tanto, las desigualdades económicas actuales que permitirían el acceso a los mejoramientos solamente a una élite, desembocarían en mayores desigualdades a nivel de poder, conocimiento, capacidades humanas, etc.

Al hablar de la promoción de estos procedimientos de mejoras, deben considerarse también las posibilidades de que el libre mercado manipule a la gente y la utilice en experimentos. Se puede poner como ejemplo la visión de la agencia de proyectos de investigación avanzados de defensa (DARPA) de EEUU, que busca defender su seguridad nacional a través de la combinación de la biología con la robótica. Este organismo militar apunta a la creación de súper hombres, o mejor dicho súper soldados; capaces de sobrevivir a la pérdida de sangre, con un mejor sistema metabólico para obtener una mayor resistencia y recuperación, visión humana infrarroja entre otros. De concretarse esta visión, no cabe duda de que los ejércitos de países desarrollados dispondrían de un poder que no todos podrían pagar, y que este poder seria aun mayor conforme avance la tecnología. Los tradicionales ejércitos serian vulnerables a sus ataques, marcando aun más las diferencias entre los países.

También está la perspectiva de que los ricos puedan mejorar