Análisis de Texto: "Vigilar y Castigar", Michel Foucault – "Homo Sacer", Giorgio Agamben

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Englobando las ideas anteriores es que se puede sostener que el poder se presenta por cada segmento en la búsqueda de un máximo de rapidez complementado con un máximo de eficacia, como consecuencia de esto el cuerpo para a convertirse en un blanco bastante vulnerable para que los mecanismos de poder intervengan con sus nuevas formas de saber. En este sentido, las disciplinas van a analizar el espacio, capitalizar el tiempo, componer y descomponer actividades las cuales se encuentran dispuestas por series por medio de las cuales se está constantemente monitoreando la duración a manos del poder.

Complementando las ideas anteriores es que se encuentra la postura sostenida por Giorgio Agamben en "Homo Sacer" en donde el autor propone a modo general la idea de que los griegos no tenían un término común y único respecto de cómo denominar la vida, sino que se empleaban dos nociones: "zoé" como término para hacer alusión al hecho de vivir de manera común igual a todos los seres vivos y, por otro lado, "bios" que da cuenta de una vida mucho más calificada. En este sentido es que esto resulta relevando en la menera en la cual se veía la vida de más natural en donde ésta quedaba excluida de las polis y se encerraba básicamente en otros lugares.

En este sentido Agamben a diferencia de Foucault hace referencia a como la vida natural se incluye en los cálculos del poder estatal, para esto recurre a rememorar los conocimientos de Hannah Arendt desde la condición humana en donde se daba cuenta de la forma bajo la que la vida biológica como tal, en desmedro de una vida activa comienza a ocupar un lugar medular al centro de la política moderna. En esta línea es que se propone por el autor avanzar hacia un análisis en la manera en que el poder penetra en el cuerpo y la manera en que viven los sujetos relacionados con la propuesta de Foucault respecto del abandono de las visiones más tradicionales en las que se analiza el poder solo de corte jurídico-institucional.

Siguiendo estos comentarios es que surgen dos cuestionamientos en sus puntos de divergencia respecto al modo en que Michel Foucault ha llevado a cabo su investigación, poniéndola en evidencia desde el punto de vista del estudio de las técnicas políticas mediante las que el Estado integra en su interior como se cuida la vida natural de las personas y en otra arista las llamadas tecnologías del yo, en donde por medio de éstas es que se va efectuando el proceso de subjetivación que lleva al individuo a vincularse con la identidad propia y la conciencia, así como también a un poder de control externo. Estas líneas que se proponen y son totalmente extensivas en Agamben y Foucault van tejiendo un entramado en donde existen muchos elementos de convergencia que van llevando a punto común.

Desde lo mencionado en esta arista es que Agamben afirma que la convergencia producida en estos puntos no es bien tratada por Foucault puesto que si se generaba una oposición al enfoque más tradicional del problema del poder y si se rehusaba del modelo político y jurídico de soberanía entonces ¿dónde se encuentra el cuerpo del poder y la zona de indiferencia?, es entonces que el autor en Homo Sacer lo que busca es realizar una investigación que vaya a indagar en es preciso punto en que llegan a posicionarse los conflictos en torno al modelo jurídico institucional y el modelo biopolítico del poder, los cuales no pueden separarse y tienen sus implicancias claramente en el mundo político puesto se constituyen como el núcleo de origen del poder soberano.

Retomando este último punto es que se puede sostener que la producción de un cuerpo biopolítico viene dada por el aporte original del poder soberano y bajo esta lógica es que la biopolitica entonces sería tan antigua como la excepción soberana. Entonces por este lado es que al posicionar la vida biológica en el centro de su actuar como una forma de control y poder, es que el Estado moderno no hace otra cosa más que volver a sacar la luz el vínculo implícito que existe el poder y lo llamado por Agamben nuda vida. Desde esta tesis es que se propone, como se dijo anteriormente, la relación íntima entre el modelo jurídico institucional y el modelo biopolítico de poder, ubicando así al derecho como un espacio preponderante y central en materia de biopolítica.

Hablando de los derechos del hombre y la biopolítica, es que el autor ahonda respecto a los derechos del hombre, reivindicando la forma en la cual se habían encarnado estos derechos, que quizá se habían visto decadentes puesto que todos los derechos pretendidos, ya sea los pretendidos de corte más sagrado e inalienables que habían perdido toda exigibilidad cuando no habían logrado configurarse como derechos ciudadanos. Ahora bien, desde la mirada de Agamben con la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789 ya le parecía una situación en donde no existía claridad respecto de si los términos eran en pos de dominar dos realidades autónomas o siendo parte de un sistema unitario en donde el primero está siempre contenido en el segundo y oculto por él y, en último caso, el tipo de relación que mantienen ellos.

Continuando, para Giorgio Agamben es necesario dejar de concebir a las declaraciones de derecho solo como proclamaciones de valores y analizar el papel histórico que juegan en la constitución de los Estados-Nación, desde este punto las declaraciones de derechos representarían la figura originaria de la inscripción de la vida natural en el orden jurídico-político del Estado-Nación. En ese contexto la nuda vida natural pasará a un primer plano de la estructura del Estado y pasa a convertirse en uno de los fundamentos de su legitimidad y soberanía, así sería como entonces las declaraciones de derechos se constituirían como registros del paso de la soberanía real a la soberanía nacional ya que permiten que el súbdito se transforme en ciudadano.