Comparación Marx.

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En cuanto a la organización política de la sociedad, Platón establece una jerarquía de regímenes políticos en la que entiende que la Democracia es el peor de los regímenes que se pueden dar (después de la tiranía), pues el pueblo (que para Platón es inculto y en él predomina la templanza, no la sabiduría) es el que ocupa el poder, generando sólo caos. Por su parte, Marx considera que es el pueblo el que debe tomar el poder, para cambiar así la sociedad en la que vive. Para Marx, el pueblo debe ser educado, no debe ser un pueblo inculto fácil de manejar, al contrario de lo que piensa Platón, el cual reserva la educación para los gobernantes, considerando que el pueblo no necesita ser instruido (aprende por imitación). Para Marx, esta educación hará que el pueblo, poco a poco, vaya tomando conciencia de clase y se alce contra la clase opresora, llegando al poder para cambiar así la estructura de la sociedad y poder llegar al sistema político que él propone: el comunismo, sociedad sin clases en la que el Estado se hace innecesario (teoría de la emancipación). En este aspecto, Platón considera que el hombre no será libre cuando cambie la estructura de la sociedad sino que será libre cuando consiga ser virtuoso en aquello que le corresponde (sabiduría, valor o templanza, según de qué clase sea el hombre) y llegue al mundo de las ideas; es decir, Platón se inspira y aspira a un mundo ideal, no material.

Asimismo Marx critica la religión y algunas filosofías, entendiendo que éstos alienan al hombre porque lo dividen entre un mundo falso y la realidad. Así como otra de las críticas de Marx a la religión es que es el opio del pueblo, lo engaña con “flores para adornar sus cadenas” a la vez que es instrumento de la clase opresora para seguir dominando. En la obra de Platón no aparece una concepción elaborada de Dios, pero utiliza el concepto “divino” para referirse a las ideas supremas sobre todo la Idea de Bien. Podríamos pensar que la propuesta platónica de un estado republicano es otra forma de ideología, en este caso filosófica que podríamos interpretar como elaborada al margen de la sociedad de su época y al servicio de la futura clase dominante que presenta una realidad en la que el papel del pueblo queda reducido a la producción de bienes materiales para el conjunto de la sociedad animándole a desarrollar como virtud fundamental la templanza, que en definitiva podría considerarse como un reconocimiento de su papel secundario en la sociedad, en la confianza de que este sistema republicano-platónico cubrirá todas sus carencias puesto que estará gobernado por aquellos que no deben equivocarse en la definición y satisfacción de las necesidades de la población.

Con relación a estos planteamientos podemos considerar que tanto Platón como Marx consideran el bien común por encima del bien individual. La sociedad por encima del individuo. Si bien es cierto que ambos autores divergen mucho en torno a la organización de la sociedad y a la estructuración de la misma, tenemos que decir, por el contario, que la sociedad que perfilan ambos autores como ideal no deja de tener intenciones muy parecidas: son sociedades justas donde todos pueden sentirse beneficiados de todos y donde se cubren las necesidades vitales del ser humano. Tanto en Platón como en Marx, la actividad era un elemento definitorio del hombre, de ahí que ambos concedan mucha importancia al trabajo o actividad que el sujeto desarrolla en la sociedad.