LOS TEMAS DE LA FILOSOFÍA PLATÓNICA
Enviado por Ninoka • 30 de Octubre de 2018 • 5.009 Palabras (21 Páginas) • 281 Visitas
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Tal como el mundo está dividido en dos realidades, asimismo nosotros también. En efecto, nuestra alma proviene del mundo inteligible, de donde conoce las Ideas y las puede contemplar sin problema. Lo que ocurre es que esta alma se “encarna” se hace carne y queda aprisionada al cuerpo. De ahí el que podamos acceder al mundo de las ideas (y del conocimiento verdadero) Nuestra alma tiene “reminiscencias” del mundo Inteligible y ellas son las que nos abren las puertas al mundo inteligible.
Análisis de la alegoría de la caverna.
Cuando uno ve una sombra piensa inmediatamente que algo debe crearla. Pues bien, lo mismo nos quiere decir Platón respecto a las cosas que vemos y las ideas. Lo que vemos no es sino la sombra de lo verdadero que lo origina. El caballo es solo la sombra de la idea de caballo; sin embargo, nos dirá Platón, la inmensa mayoría de los humanos prefiere su vida entre las sombras en vez de (ocupar la razón e) ir a lo que las origina, es decir, las ideas.
MUNDO SENSIBLE (el devenir)
CUERPO
MUNDO INTELIGIBLE (el ser, la esencia [ousía])
ALMA
Sombras de los objetos
Objetos
Objetos matemáticos
Ideas
Δόξα (Doxa) - Opinión
Επιστήμη (Episteme) – Ciencia, Conocimiento
IGNORANCIA SABIDURÍA
Teoría del Conocimiento.
Asistimos a la liberación de uno de los prisioneros, por la fuerza. Para Platón la ignorancia es una enfermedad cuya curación es difícil y dolorosa. Este hombre cuando sale de la caverna está vislumbrado y padece física intelectualmente. Este dolor aminora la progresión hacia la verdad, además al principio prefiere la caverna pues sus ojos le duelen por el sol, por lo tanto prefiere volver a la caverna. Así nos queda claro que el acercamiento al conocimiento es difícil, arduo y doloroso. Por ello, la asunción al mundo inteligible debe ser por estaciones para que nunca sea de golpe. De esta forma lo primero a hacer fuera de la caverna no es mirar hacia la luz del sol, sino hacia la sombra creada por ella en los objetos, después los objetos reflejados en el agua y luego los objetos mismos finalmente poder mirar al sol.
Pero fuera de la caverna no está toda la verdad en sí, pues aún estamos en el mundo sensible, donde están las cosas, que como tales, solo conocemos a través de los sentidos. Por otro lado está el mundo inteligible, al que solo podemos acceder a través de la razón, y que en el mito está simbolizado con el cielo y el sol. Este es el terreno del “conocimiento verdadero” fundado en las ideas y no en las cosas que a ellas representan.
Por lo tanto, al tener la imagen de una caverna subterránea y una asunción a un cielo, vemos que se va de abajo a arriba en cuanto al conocimiento. En este mito podemos reconocer los “grados de conocimiento” de Platón.
Por último la misión del filósofo será desencadenar a la gente de sus prejuicios y opiniones antojadizas.
¿Cómo ascender al mundo de las ideas?
A partir de la dialéctica y el amor. En la conversación uno habla de cosas, pero en el devenir de la misma se va acotando el objeto de estudios, y terminamos hablando de la “idea” de la cosa. Digámoslo de otro modo, partimos preguntando ¿por qué se han llevado preso a Sócrates? Y luego de conversar un rato terminamos preguntando: ¿Qué es la justicia? (El “qué es” invita siempre, como pregunta esencial de la filosofía, a preguntar por el ser o la esencia de la cosa. Con Aristóteles diremos que preguntamos por el “concepto” de la cosa)
Pero estas ganas de conocer vienen con un complemento anímico: El amor. Pues esta alma que vivió en el mundo de las ideas ha caído a la tierra, perdió sus alas y olvidado todo, pero “viendo la hermosura de este mundo y acordándose de la verdad, toma alas, y una vez alada, desea emprender el vuelo (al mundo de las ideas)”. Para Platón el amor es filósofo. (Tenga ante la vista el verbo filein)
El alma que está en nosotros viene del mundo de las ideas. Y al ver, por ejemplo, un caballo, recuerda la idea perfecta y eterna de caballo. Acá en el alma se despierta una añoranza por volver a su verdadera morada.
Para Platón, claramente, la idea de amor está identificada con la de belleza. Hay cosas bellas en el mundo, pero todas remiten a la idea de belleza, por lo tanto, a la “belleza en sí”. Así, con el amor y la dialéctica el hombre alcanza su realización al ir hacia el mundo de las ideas y, por lo tanto, del conocimiento.
Sin embargo debemos agregar las matemáticas como otro camino complementario. Las entidades numéricas son, como vimos en nuestra unidad anterior, contenidos mentales, y para platón son también ideas. Platón dice de las matemáticas que “dan un fuerte impulso hacia la región superior” ya que arrancan del mundo del devenir e introducen la contemplación de objetos inteligibles. Por esto mismo en la entrada de la Academia decía: “Nadie entre aquí si no es geómetra”
La Virtud y El Estado.
El amor y la dialéctica son los caminos para llegar al mundo de las ideas, pero con ellos no es suficiente, además es necesaria la virtud, que es el camino hacia las ideas de bien y justicia. Además, el hombre por sí solo no puede ser ni bueno ni sabio pues, necesita al estado. Acá se presupone y se adelanta que el fin del estado (recordemos que Platón hace un avance ontológico, con él las cosas no tienen un principio, sino que un fin) es el de educar a sus ciudadanos. Y, en último término, llevarlos a alcanzar su virtud.
Virtud.
No hay un concepto unitario de virtud. Esta tiene una significación triple:
1.- Virtud como Sabiduría. (Sócrates). Se supera la relativización de la virtud pensada por los sofistas. Pues para Platón, la virtud debe ser una sola y todos tender hacia ella. Es decir hay una “virtud en si”. ¿Qué papel juega acá la sabiduría? Es central, pues, para ser justos debemos saber lo que es la justicia. Con el conocimiento de la idea, podemos actuar conforme a ella.
2.- Virtud
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