Más que una “pertinencia”, es una necesidad elemental de indagar y dilucidar sobre el sujeto social, cómo producto cultural resultante.

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En una construcción subjetiva-colectiva, existe un interpretación de la realidad y como nos dice Max Horkheimer está ha estado sujeta a una racionalidad capitalista y concreta a sus direcciones e intereses.

Guattari para ello nos comenta que el sujeto en su interacción con las instituciones y su colectividad van amalgamando una subjetividad uniforme y colectiva.

Habla de los factores subjetivos mecanicistas moldes o modelos, que bien o mal le van dando forma y dirección especifica a la sociedad.

Observamos en el ejemplo o fenómeno social expuesto, por gran parte del “Frente Nacional por la Familia” tiende a una búsqueda de posicionamiento, que legitime las instancias religiosas, y a sus grupos que se desprenden del mismo, en donde ellos se han adjudicado el concepto y práctica de la “familia”.

- Un revestimiento del concepto-histórico de la familia, partiendo de la idiosincrasia del grupo social.

- La utilización del mass media (como modelo mecanicista) para llegar a la subjetividad individual.

- Una mercantilización del objeto, ya que estas nuevas formas de imponer o reafirmarse en la colectividad subjetiva a llevado a solventar televisoras, empresas de celulares, radiodifusoras.

No-conclusión

A modo de “no conclusión (porque simplemente no existe un aproximación a ello), me gustaría indicar que el hombre en las prácticas valorativas entre lo bueno y lo malo, lo puro o lo impuro, lo limpio o lo socio o toda esa gama de entenderse de lo sagrado y lo profano. Ha construido diferentes parámetros para explicarse así mismo, el rol de estas dinámicas o medidas, justificar y legitimar sus prácticas cotidianas.

Son estas mismas prácticas lo que lo significan y lo forjan como sujeto social, el convencerse, o convencer a los demás en el hacer cotidiano aquí y ahora, que es lo mejor para si mismo en colectividad subjetiva.

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