La Atenas del siglo V

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La conformación del imperio democrático atenienses tiene una justificación clara en la seguridad contra un nuevo posible ataque de los persas. También, tenía un matiz de estrategia para prevenir cualquier problema con Esparta. Pericles a mediados del siglo V preconizaba que la defensa del imperio era lo más importante, sin Pericles no se hubiese podido realizar estas pretensiones, Davis menciona: “La tarea de guiar su política por canales seguros y de justificar el imperio a los ojos de los demás griegos y de los suyos propios, En ambos aspectos abrió Pericles una nueva vía.”[9]. La importancia de la política naval de Temistocles y la figura de Cimon general destacado que posteriormente defendió de los ataques persas expulsándolo de Europa, permitió que el imperio se consolidara. La Liga de Delos fue efectiva porque es voluntaria y los objetivos eran esenciales y claros, por otro lado, los Espartanos lideraban la Liga del Peloponeso en el continente ambos tenían pretensiones comunes de defensa de Grecia. No obstante, los atenienses tenían mayor beneficio debido a la potencia militar y naval permitía influenciar a los estados pequeños carente de poder. Con todos sus logros, Atenas cada vez más empezó a imponer su liderazgo por sobre el resto de las ciudades-estado, considerando que la amenaza persa era todavía un peligro, los tributos debían pagarse y la obligación del servicio militar.

“Ya no eran tan amables. Ya no se comportaban como iguales en las campañas, y les resultaban fáciles reducir a los estados rebeldes. La culpa de todo ello era los propios aliados: pues la mayoría la pagaba su cupo en dinero en lugar de hacerlo con barcos……… La flota ateniense aumento gracias al dinero que aportaban y cuando los aliados intentaron rebelarse, fueron a la guerra sin medios ni experiencia”[10]

Esta situación provoco el descontento de las pequeñas ciudades y de la Liga del Peloponeso. La primera Guerra del Peloponeso “diezmo los recursos hasta el límite y favoreció la deserción. La destrucción de la expedición ateniense a Egipto… fue el que desencadenó la transformación de la Liga en un Imperio”[11], las rebeliones se respondieron con rapidez y efectividad, violando de la autonomía del estado sometido; inclusive poniendo guarniciones militares para la vigilancia de las ciudades. Además, imponiendo la propia moneda, eliminando la moneda local y en ocasiones ocupando la violencia militar aquellos que se sublevaban y no pagan el tributo. También, las Cleruquias eran confiscación de terrenos y colonizaban, una tarea que cumplió Cimón. Por lo tanto, la libertad que tanto preconizaban está limitada por las pretensiones de Atenas, en este sentido, todos los juicios debían realizarse en Atenas. Un ejemplo claro de la práctica es el Dialogo de Melos, pese al establecer un dialogo del derecho, en realidad la violencia es lo que suprema para alcanzar el objetivo:

99. Atenienses: «No lo vemos así, puesto que no consideramos más peligrosos para nosotros a todos esos pueblos de cualquier parte del continente que, por la libertad de que gozan, se tomarán mucho tiempo antes de ponerse en guardia contra nosotros, sino a los isleños que en cualquier parte no se someten a nuestro imperio, como es vuestro caso, y a los que ahora mismo ya están exasperados por el peso ineludible de este imperio. Ésos son, en efecto, los que, dejándose arrastrar por la irracionalidad, podrían ponerse a sí mismos, y a nosotros con ellos, en un peligro manifiesto»[12].

En este sentido, las políticas de Pericles se fueron conformando debido al apoyo del pueblo a leyes propuestas, pese a las críticas u denuncias de Tucídides relacionado a la utilización de los dineros para justificar la aplicación de estas. Pericles comprendió en su tiempo que el dominio del mar seria donde recalaba su superioridad. , pero estableció ciertos límites para esta expansión y control territorial. Por ende, impedir rebeliones una vez terminada la Guerra con los persas y establecer la paz con los espartanos por treinta años era el objetivo más importante. No obstante, el uso de la violencia se justificaba en la medida de las pretensiones Atenienses, aunque la tragedia sirvió justamente de una crítica a la violencia condenándola, pero también la acción ateniense tiende a respetar la ley, la justicia y esta la administraba Atenas. Por lo tanto, la consolidación del ideal democrático se traduce en la idea de la libertad y justicia ateniense, el cual el derecho desde su origen los atenienses tenían por sobre el resto, superioridad intelectual de la reflexión política y militar de supremacía por sobre el resto que las circunstancias permitieron influenciar y controlar.

2)

La condición de la mujer en la sociedad de Atenas del siglo V a.c se desarrolla a partir de ciertas concepciones de determinadas por el mito y la poesía aplicadas en la realidad de la sociedad ateniense. Sin duda, la principal fuente histórica proviene desde la literatura, lo cual se tiene ciertas referencias de la relación natural, real e imaginario con el amor y el erotismo. Desde esta perspectiva, el amor en relación a la comunidad y aprecio la philia; el matrimonio es la raíz esencial de las relaciones de la institución religiosa y social al servicio de la familia. Por otro lado, la regulación de Solón en el siglo IV a.c respecto a estatus social de las mujeres docentes y rameras, y el rol social de la mujer ateniense, planteo una solución al problema de la producción de herederos legítimos, la perpetuación religiosa y de la descendencia.

Desde esta perspectiva, la principal función de la mujer en la Atenas del siglo V se centra en el matrimonio, el cual era el interés del Estado de perpetuar la unidad familiar. La diferenciación de Solón permitió que se estableciera diferencias entre una mujer y otra. En este sentido, Adrados explica el carácter esencial de la familia: “tenemos… a las esposas para que nos den hijos legítimos y para tener un guardián fiel en la casa”[13], diferenciándola de las heteras. Es aquí, donde se demuestra el carácter esencial a los roles políticos como un deber de la constitución de la familia, Pomeroy rescata justamente esta característica: “las obligaciones hacia el Estado y hacia la familia constituían las más fuertes compulsiones en las vidas de los ciudadanos, tanto hombres como mujeres”[14], por lo tanto, la preservación del oikos era el fin principal del Estado. “Solo los hijos legítimos eran inscritos como tales en la fratría, la organización gentilicia; solo estos, si eran varones, recibían la herencia”[15].

Respecto a la herencia las mujeres en las familias que carecían de varones, las hijas eran las responsables