La economía de un imperio tributario: El caso de Roma
Enviado por Mikki • 20 de Junio de 2018 • 5.973 Palabras (24 Páginas) • 392 Visitas
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Su gobierno, se caracterizó por una gran prosperidad, una intensa actividad bélica, especialmente contra los celtas, y como no su relación amorosa con Cleopatra, una estrategia de política exterior bastante hábil aunque también romántica.
Si bien es cierto, que muchos escépticos tacharon su gobierno de tiránico por el miedo a que Julio César restaurase la antigua monarquía. Es importante señalar que también llevó a cabo muchas políticas de carácter social, como el reparto de tierras entre los más desfavorecidos.
En relación a los opositores de César (no pocos), estos se reunieron y tramaron un complot cuyo objetivo era la muerte del dictador.
Estos hechos se engloban bajo el nombre de los idus de marzo, en relación a la mitología que decía que el día 15 de marzo (según el calendario romano) era un día en el que el dios Marte nos anunciaba de que algo iba a ocurrir.
Efectivamente fue así, todavía quedan por esclarecer muchas incógnitas relacionadas con el magnicidio, pero lo que podemos afirmar es que este fue el final de la república en Roma.
El testamento de Julio César, nombraba a Cayo Octavio como su sucesor, el cual sería nombrado “Emperador Augusto”. Con él, se inicia una nueva etapa en la historia de la Roma antigua, una etapa de esplendor y de posterior derrumbe de un imperio sin precedentes sólo comparable a los que tendría España, Portugal o Gran Bretaña.
El reinado del joven Augusto, se caracterizó por la buena marcha de la economía y por el largo periodo de paz impuesto a petición propia (Pax Augusta).
Sin embargo, Augusto no era exactamente un pacifista o defensor de los derechos humanos, durante su reinado se perfeccionó y se expandió el modo de producción esclavista. Se calcula, que la población en el imperio romano era de tres esclavos por 22 ciudadanos “libres”.
Esta etapa en la historia del imperio romano, se conoce con el nombre de “alto imperio romano”, puesto que a un ritmo mucho menor pero sin pausa, Roma fue ampliando sus territorios hasta alcanzar la cúspide en términos de extensión.
Tras la muerte del emperador Augusto, le sucederían diferentes emperadores, de diferentes dinastías como Trajano o Marco Aurelio que hicieron una labor de digna mención; este último, filósofo estoico, trató de difundir su sabiduría por todo el territorio romano.
No obstante, también hubo emperadores cuyos nombres estuvieron manchados por sus malas acciones, como fue el caso de Calígula, un auténtico monstruo psicópata y Maquiavelo, al que le gustaba comer mientras contemplaba todo tipo de actos violentos como ejecuciones o violaciones.
La decadencia llegaba a Roma como un virus que presenta sus primeros síntomas, ¿Sería este el principio del fin con el pasado y episodio más glorioso de la historia de Roma?
Pues bien, parece fácil adivinar el futuro del Imperio romano por la constante búsqueda de poder por parte de la Aristocracia, la corrupción, el soborno, la evasión de impuestos que debilitaban la economía y rebajaban la capacidad de actuación del poder central. A esta debilidad interior hay que añadirle los sucesos sobre los que el Imperio no tenía capacidad de reacción como fueron: las sequías, terremotos, incendios y la conocida erupción del monte Vesubio en el 79 D.C, que dejó asoladas las ciudades de Pompeya y Herculano. El Imperio se enfrentaba a una profunda crisis económica (no se podía pagar el coste de la defensa), una gran inflación y la decadencia de sectores estratégicos como la agricultura. Ante esta situación el Imperio no era capaz de asimilar la corriente migratoria de los pueblos pobres de Escandinavia, en su mayoría.
Pero no solo estos eran los problemas a los que se enfrentaba el Imperio, la aparición de la figura de Atila, caudillo de los Hunos, se convirtió rápidamente en el azote del Imperio.
El fin último de Atila no era destruir, sino que buscaba un asentamiento estable, pactando matrimonios en busca de un nuevo imperio. Finalmente Atila murió de una hemorragia nasal en su noche de bodas (según Prisco). La desintegración de los Hunos no liberó a Roma sino que llevó a otros bárbaros a la invasión.
El Imperio de occidente empezó a cavar su tumba con la firma de un tratado con la tribu de los Burgundios, cediendo territorios a cambio de apoyo en defensa. El jefe de estos, Gundebaldo, eligió como nuevo emperador a Glicerio, pero el poder realmente no residía en él, sino en el propio Gundebaldo y en Odoacro (general bárbaro). Se producen así grandes conflictos de intereses y una notable división en las filas de la legión. El emperador de Oriente, León I Magno, intervino nombrando a Julio Nepote nuevo emperador de occidente. Simultáneamente aparecen en escena los Visigodos, comandados por su rey Eurico, presionando el territorio romano en el sur de la Galia con el poder de sus tropas.
Con la traición de Orestes a Nepote, al que había jurado lealtad, reclamó el imperio para su joven hijo, Rómulo Augusto, que se había criado en el imperio y que además no contaba con el estigma de haber servido a la corte de Atila. Pero en este momento en el Imperio ya reinaba la anarquía. Todos estos años de transición llegaron a su fin cuando Odoacro derrotó a Orestes en el campo de batalla de Placencia, y tras esto, capturó al último emperador romano, Rómulo, que casualmente compartía nombre con el fundador de Roma. En el año 476 D.C, Odoacro se convirtió en el primer gobernante bárbaro.
- SECTORES SOCIALES
- Ciudadanía romana
Para hablar de los diferentes sectores sociales de Roma, es necesario hablar primero del título de Ciudadano Romano, un título que a priori visto desde la época en la cual vivimos parece que podría ser fácil de obtener pero para nada es así. El derecho de ser Ciudadano Romano consistía en una posición social en la cual se tenía diversos privilegios con las leyes al igual que un mayor estatus social, propiedad y acceso a posiciones de gobierno sin el cual sería imposible acceder. Este título era otorgado a ciertos individuos a lo largo de la historia de la Antigua Roma.
La obtención de este título podía conseguirse de distintas maneras:
- Los progenitores de un matrimonio legal, los cuales tuvieran ya este título, obtenían automáticamente el derecho de Ciudadano Romano.
- Aquellos esclavos que fuesen liberados por sus patronos, pasarían a ser Patricios Clientes y también
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