La gran Gestión por Competencias
Enviado por Rebecca • 28 de Diciembre de 2017 • 2.861 Palabras (12 Páginas) • 417 Visitas
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para lograr obtener una posición dentro de la empresa; es decir, las competencias a evaluar para el autor, se orientan hacia la persona como individuo social y no meramente laboral. Aunque pareciera contrastante, ambas formas de ver la evaluación del desempeño por competencias van muy unidos, debido a que no debe verse al recurso humano solo en el aspecto laboral, sino también desde el lado social de manera que se pueda evaluar en forma integral el desenvolvimiento de la persona en todos sus estratos como ser social.
Gallego (ob.cit.), agrupa las mismas competencias pero en tres categorías, a saber: Competencias relacionadas con El Saber: conocimientos técnicos y de gestión. Competencias relacionadas con el saber Hacer: habilidades innatas o fruto de la experiencia y del aprendizaje. Competencias relacionadas con el Ser: aptitudes personales, actitudes, comportamiento, personalidad y valores.
Otra clasificación es la que plantea Lewis (2004), al considerar cinco (5) grupos de competencias las cuales están relacionadas con las capacidades personales para ejercer las funciones propias de cada especialidad; las mismas son las siguientes:
Gestionarse a uno mismo: capacidad que debe tener la persona para saber en qué punto de la vida se encuentra en estos momentos, tanto a nivel personal como a nivel profesional; además de conocer cuáles son las brechas que existen entre esa posición y el éxito profesional y personal.
Comunicación: capacidad para emitir y recibir información ya sea de manera verbal, escrita o saber escuchar activamente; tratar de entender y hacerse entender para con las personas que le rodean en su actividad profesional
Relaciones: capacidad para el trato con la personas, el trabajo en equipo, liderazgo, toma de decisiones; en este particular el docente debe manifestar esta competencia como un requisito indispensable para ser un docente de calidad, debido a que necesita de una flexibilidad bastante alta para tratar con todas las personas que solicitan de su ayuda, para formar parte de un equipo de trabajo, para ejercer el liderazgo inspirador en un momento determinado y poder tomar decisiones sin afectar el trabajo propio y de los demás.
Capacidad de Pensamiento: esta capacidad debe ser ejercitada como si fuese un atleta que mantiene en buenas condiciones físicas todo su cuerpo, ya que está orientada hacia el análisis de la información, la creatividad y la resolución de problemas. Todo docente está expuesto a diferentes caracteres de las persona con las que trata ya sea a nivel gerencial, a nivel de supervisión y/o a nivel operativo; por esta razón, debe practicar diariamente esta capacidad de obtener la información adecuada, de manera que pueda desarrollar la creatividad para resolver las situaciones críticas que se puedan presentar.
Capacidad de Consecución: está orientada a lograr los objetivos propuestos sin dejar de realizarlos y mostrar ese deseo de superación y de logro como profesional; además, la capacidad de realizar varias actividades de manera simultánea, dando a cada una la prioridad que tenga, de manera que ninguna interfiera con la otra; asimismo, la capacidad de adaptarse a los cambios que puedan surgir y asumirlos como un reto que se presenta y que puede ayudar al crecimiento tanto personal como profesional.
Por otro lado Coronado (2009), plantea una clasificación para el caso específico del trabajo docente, el cual contempla lo siguiente:
Competencias Generales: constituyen aquellas competencias básicas y genéricas que enriquecen el capital laboral como personal; es decir, la capacidad para desarrollarse laboralmente en éste y otros campos ocupacionales. Su desarrollo dentro de los procesos de formación, garantiza que el sujeto esté preparado para desempeñarse en éste u otro campo ocupacional, más allá del específico en el cual se está preparando
Competencias Específicas: son las propias del ejercicio profesional (docente), circunscriptas a la enseñanza; tiene que ver directamente, con las tareas propias de la labor docente que le dan su identidad y singularidad; las mismas varían según niveles y modalidades, manteniendo aspectos o desarrollos comunes.
Competencias Transversales: son aquellas que atraviesan la formación, le aportan trascendencia, sentido y significado. Integran aspectos actitudinales y valorativos, disposiciones y sensibilidades, cuya emergencia en todo el proceso formativo es permanente.
Competencias Específicas Didáctico-Pedagógicas: son la combinación de esfuerzos tendientes al descubrimiento, conservación, depuración, transmisión y aplicación del conocimiento.
En este mismo sentido, pero abarcando el campo del desarrollo de competencias en el ámbito de la educación superior, Sanz de Acedo (2010) plantea la siguiente clasificación:
Competencias básicas: esenciales para el aprendizaje, el desempeño laboral y el desarrollo vital de los individuos, entre las cuales están: comunicación lingüística, matemáticas, conocimiento e interacción con el mundo físico, ciencias sociales y ciudadanía, conocimiento cultural y artístico, tecnologías de la información y comunicación, aprender a aprender, autonomía e iniciativa personal.
Competencias personales: son aquellas que permiten realizar con éxito, múltiples funciones tales como conocerse a uno mismo, adaptarse a diferentes entornos, convivir con los demás, superar dificultades y actuar de manera responsable.
Competencias profesionales: son las que garantizan la correcta realización de las tareas y funciones que demanda el ejercicio de una profesión, por el ejemplo la complejidad de la organización, ambiente físico y social de la misma, el perfil de cada plan de estudio (educación), el perfil del egresado (empresas).
En este mismo orden de ideas, Zabalza (2007), clasifica una serie de competencias que debe desarrollar el docente universitario, que busque calidad y desarrollo profesional, entre éstas están:
Planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje: consiste en tomar en consideración las determinaciones legales (los descriptores), los contenidos básicos de la disciplina, el marco curricular en que se ubica la disciplina (en qué plan de estudios, en relación a qué perfil profesional, en qué curso, con qué duración), nuestra propia visión de la disciplina y de su didáctica (experiencia docente, propio estilo de vida), características de los estudiantes (número, preparación anterior, posibles intereses), tomar en consideración los recursos disponibles.
Seleccionar y preparar los contenidos disciplinares: consiste en escoger los contenidos más importantes del ámbito disciplinar, acomodarlos a las necesidades formativas de los estudiantes, adecuarlos a las condiciones
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