“La labor conjunta entre docente regular y de apoyo: Uniendo lazos para el logro de la inclusión educativa en las aulas”

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Resulta muy interesante para el docente, profundizar en el conocimiento autentico de los alumnos, tratar de comprender su mundo y su forma particular de ver las cosas, saber la condiciones en que viven, las cuales pueden considerarse favorables o desfavorables, los retos que enfrentan día con día, etc. Son precisamente todas estas cosas, las que aportan a los docentes una gran fuente de aprendizaje continuo, siempre y cuando se asuma esta postura de intercambio en el entorno escolar entre los niños y profesores, no sólo a nivel de construcción del aprendizaje formal, sino también de aprendizaje social.

Los alumnos hasta el momento en la educación primaria, los cuales tienen alrededor de 6 a 12 años su mayoría, han formado hasta el momento diferentes ideas o apreciaciones de diferentes aspectos de su cultura y su vida cotidiana; por ejemplo, muchos de ellos expresan que los alimentos y lo que visten se obtiene de la agricultura, de la naturaleza, de los animales, de la siembra e incluso de fábricas, pero también concluyen que para alimentarse y vestir hay que trabajar para poder comprar dichos elementos en tiendas como el oxxo, Smart, entre otros.

Los niños saben también, que cuando una persona se encuentra enferma debe acercarse al hospital a algún servicio médico para recibir atención de un doctor que le administre medicamentes para su recuperación; o bien tomar bebidas o hierbas medicinales que desde su experiencia también ayudan a recuperar la salud.

Como todos los niños, en este contexto les interesa por supuesto el juego, por lo cual representa en gran medida una de las actividades que se realizan en el lugar donde viven, así como también el practicar deportes como el volibol, básquetbol y futbol, además del uso de la bicicleta, brincar a la cuerda, recoger basura y ayudar en casa, además de observar que los adultos tienen a trabajar gran parte del día.

Los niños, en su mayoría viven dentro de la colonia en que se sitúa la escuela, la colonia Toribio Ortega y el resto en colonias aledañas, por lo cual algunos pueden fácilmente irse caminando ya sea solos o en compañía de sus padres, hermanos o algún familiar; Sin embargo, la o las colonias están cercanas a vialidades muy transitadas como lo es el periférico R. Almada; por ello debe de existir precaución con los vehículos al dirigirse a la escuela quienes vienen de colonias un poco más alejadas como la Villa Juárez, 3 de mayo, Granjas cerro grande y Toribio Ortega, por mencionar algunas de donde los alumnos provienen.

Volviendo a los intereses de los niños, se sabe que a ellos les encanta divertirse; por ello disfrutan de jugar y convivir en los periodos disponibles en la escuela, pero también por las tardes cuando se encuentran en su casa o comunidad. Algunas de las actividades que realizan por par tardes, son jugar a las muñecas, futbol, a la cuerda, atrapados, tazos y con la bici; pero también se dan tiempo para ver películas, practicar algún deporte, ayudar en casa con los quehaceres o estudiar. Muchas de las actividades anteriores las hacen reuniéndose con sus amigos, compañeros de escuela, primos, vecinos, hermanos, o incluso tíos y familiares como abuelos, quienes son también algunas de las personas que normalmente visitan su casa.

Algunos de los padres de familia, por su parte desempeñan diferentes oficios desde trabajo de maquiladora, cartero, trabajo en papelería, en el municipio, en maderería, mariachi, enfermera, vendedores de ropa, trabajadores en despechados o tiendas de alimentos como el OXXO, lavandería, tráileres, estilistas, y gran número de madres son amas de casa, por mencionar algunos.

Dentro de la cultura de los niños, suelen celebrar festividades o tradiciones muy comunes en la sociedad mexicana, como celebrar los cumpleaños, la navidad, el año nuevo, El día de la virgen de Guadalupe, así como celebrar graduaciones, aniversarios, bodas, asistir a alguna kermesse.

En los hogares de los niños la mayoría cuenta con todos los servicios públicos, como agua, luz, gas; no todos tienen teléfono, internet, e incluso algunos niños expresan no tener drenaje o reciben agua de la pipa para abastecerse.

Los alumnos son conscientes por otra parte, que hay factores que dañan su entorno o comunidad, como la contaminación (como el hecho de que algunas personas tiran la basura en el arroyo o en terrenos baldíos), las chimeneas, los carros, la basura, el grafitti, el aroma que despide el drenaje, entre otros. En general y aunque se carecen de algunos recursos, los niños aprecian su colonia, su escuela y su casa, los consideran bonitas, grandes, limpias y que les proveen sus principales necesidades.

Muchos de los niños expresan con seguridad lo que desean ser de grandes; algunos de ellos quieren ejercer los oficios a semejanza de sus padres, como tráileres, camioneros o empleados de un OXXO; otros manifiestan querer ser Pilotos de autos, maestros, cantantes, licenciados en administración, doctores, terapistas como quienes trabajan en el CRIT, psicólogos, niñeros, enfermeras, estudiar mecatrónica, ser modelos, o arquitectos.

Sin duda el contexto y su cultura influyen en construcción del aprendizaje de los niños y la formación de su propia identidad; por ello conocerlos y aportar elementos de valor a su persona los ayudarán a apropiarse de más y mejores elementos que los lleven al alcance de sus metas y al enriquecimiento mismo de la cultura escolar y de la comunidad, por ello la escuela es un agente de cambio importante ya que debe de trascender el espacio físico de la institución hacia el entorno social.

Considerando lo anterior, se puede entonces considerar que si la escuela como tal es un ámbito que genera un impacto social, ha de brindar atención a todos sus miembros en un ambiente estimulante, donde se vivan valores y se brinde a cada quien lo que requiere y no solo eso, sino que potencie las habilidades y aptitudes con los que los alumnos cuentan, para que logren construir su aprendizaje y ser personas funcionales en su vida e individuos de bien en la sociedad.

Partiendo de ello, cabe reconocer que en la dinámica que implica el trabajo con los alumnos en las aulas, los docentes regulares se enfrentan día a día ante diversos retos y circunstancias que ponen a prueba su capacidad y su vocación. Entran en juego aspectos de actitud o normas de conducta esperadas en el docente, como la tolerancia, la paciencia, la organización, la autoridad, entre otras; y aquellas esperadas por el alumno, la atención, el compromiso, la disciplina, el respeto, entre otras.

Pero, ¿Qué pasa, cuando un alumno no cumple con lo esperado para desempeñar su rol en la escuela con lo que se considera