LABOR DEL DOCENTE COMO ENSEÑANTE Y COMUNICADOR

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Otra función importantísima del docente es el desarrollo de la actividad comunicativa, específicamente representada como el lenguaje en sí mismo y en sus pupilos. Durante siglos la enseñanza tradicional estuvo cimentada bajo el concepto de que el desarrollo del lenguaje iniciaba en casa y se perfeccionaba en la escuela ya que para ella el alumno no contaba con acercamientos significativos al uso de la lengua.

Sin embargo hoy se sabe que el proceso de aprendizaje es un proceso que implica el desarrollo cognitivo y otros aspectos por lo que intervienen todos los aspectos del contexto del niño. En cambio “la lectura es una actividad intelectual que favorece el desarrollo de la capacidad de comprensión” por lo que conviene intervenir para que los alumnos mejoren a través de estrategias diseñadas para brindar una calidad lectora más competente, tal es el caso de: Muestreo, predicción, anticipación, inferencia, confirmación y autocorrección.

El papel del docente en el desarrollo de la lengua, tanto oral como escrita es el de presentarlas a los alumnos como procesos sencillos, funcionales y cercanos a ellos, para así motivarlos a entrar en el mundo de la lectura y escritura del principiante y teniendo como objetivo llegar a practicarlas de manera más amplia y competente.

La importancia del desarrollo del lenguaje reside también en que es una herramienta fundamental para la transición de conocimiento desde épocas antiquísimas: “el hombre aparece cuando emerge el hombre” (GÓMEZ Macker, 1988). El lenguaje no tiene como único ideal comunicar, sino más bien hacer lo que comunica. Los hombres han preferido siempre la transmisión oral de sus testimonios y obras, sin embargo la expresión más rica es la escrita por lo que se debe fomentar esta en los alumnos, esto ayudara a crear escritores de forma temprana y les facilitara su desarrollo efectivo como estudiantes.

Sin lugar a dudas ser docente no es una tarea fácil no solo es enseñar por enseñar ni invitar a los alumnos a expresar sus ideas, conocimientos, etc, es enseñar, sí, pero basándose en estrategias efectivas y acorde a los alumnos a los que atendemos, también es enseñar a los alumnos a expresarse pero siempre de manera adecuada y en función de los objetivo planteados y el marco contextual al que se enfrentan. Porque el docente es la gruesa raíz del inmenso árbol al que puede llegar a ser cada ser humano y ese ser humano formara parte del infinito bosque que es el mundo.