Tema 16. El reinado de Alfonso XIII.
Enviado por Eric • 9 de Abril de 2018 • 2.381 Palabras (10 Páginas) • 356 Visitas
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La semana trágica de Barcelona
La movilización contra la guerra colonial se inició en el puerto de Barcelona durante el embarque de tropas hacia Marruecos. Se constituyó un comité de huelga, con la participación de republicanos lerrouxistas, socialistas y anarquistas. Pero esta huelga derivó en una revuelta popular que desbordó el objetivo inicial de protesta contra la guerra de Marruecos y acabó siendo un estallido espontáneo de todas las tensiones acumuladas. Los incidentes en la calle se multiplicaron junto con los enfrentamientos con las fuerzas del orden público y explotó un fuerte sentimiento anticlerical que desembocó en el ataque e incendio de centros religiosos. Las autoridades respondieron declarando el Estado de guerra para reprimir las manifestaciones. La represión posterior fue muy dura por parte del gobierno de Maura. Los procesos penales se encomendaron a Tribunales Militares y se ejecutaron 5 condenas de muerte, incluso de inocentes. La represión de la Semana Trágica levantó una oleada de protestas. La oposición de Maura, apoyada por las campañas internacionales de denuncia de la represión, bajo el lema “¡Maura no!”, consiguió que Alfonso XIII disolviera las Cortes y se traspasara el gobierno a los liberales.
3.2 Las reformas de Canalejas
En 1910, José Canalejas formó un gobierno liberal. Su programa proponía la modernización política e intentaba atraer a ciertos sectores populares. Abordó la reforma del procedimiento de financiación de la Iglesia y profundizó en la separación de la Iglesia y el Estado. La negativa de la Santa Sede comportó la promulgación de la Ley del Candado, que limitaba el establecimiento de nuevas órdenes religiosas. Uno de los elementos básicos de la política social fue la sustitución del impuesto de consumos por un impuesto progresivo sobre la renta con el fin de que pagasen también las clases acomodadas. También se reformó la Ley del Reclutamiento, que pasaba a ser obligatorio y se suprimió la redención en metálico. Finalmente, se promulgaron una serie de leyes para mejorar las condiciones laborales.
Canalejas fue sensible al problema de las autonomías regionales. En consecuencia, el gobierno liberal elaboró la Ley de Mancomunidades, que permitía la unión de las diputaciones provinciales para hacerse cargo de la gestión de algunos servicios públicos. Este proceso fue interrumpido por la muerte de Canalejas a manos de un atentado anarquista, y finalmente sería aprobada bajo el gobierno de Dato en 1914, y tan solo se constituiría la Mancomunidad de Cataluña.
- El impacto de la Gran Guerra y la crisis de 1917.
En 1914 se produjo el estallido de la Primera Guerra Mundial y España declaró de inmediato su neutralidad, lo que supuso una extraordinaria oportunidad para la economía del país. La guerra generalizada en Europa permitió exportar productos industriales y agrarios, de los que los combatientes tenían una enorme necesidad. Los industriales, especialmente catalanes y vascos, hicieron grandes negocios. Los precios interiores experimentaron alzas desorbitadas que no fueron acompañadas de subidas de salario, lo que supuso un gran problema para las clases populares ya que se encarecieron los productos básicos. El conflicto social a causa del empeoramiento de las condiciones de vida fue creciendo, y las organizaciones obreras encabezaron una propuesta que desembocó en el movimiento huelguístico de 1917.
En ese mismo año se produjeron conflictos sociales y políticos en gran parte de Europa, como la caída del zarismo y revolución bolchevique en Rusia. El descontento militar y la conflictividad social provocaron una protesta generalizada de carácter antigubernamental.
El ejército español, humillado, presentaba un número excesivo de oficiales debido a que los ascensos se obtenían por méritos de guerra, que beneficiaba a los militares africanistas en detrimento de los peninsulares. Además, la inflación había hecho disminuir el valor real de los bajos salarios militares. Se formaron asociaciones de militares llamadas Juntas de Defensa, primero en Barcelona y después en la Península. Éstas reclamaban un aumento salarial y se oponían a este tipo de ascensos. El manifiesto de junio de 1917 culpaba al gobierno de los males del país y hacía un llamamiento a la renovación política, utilizando un lenguaje regeneracionista. El gobierno cedió a las demandas de las Juntas. El manifiesto hizo crecer las esperanzas de que el ejército pudiera sumarse a un movimiento que exigiese la renovación de la política nacional. Sin embargo, las Juntas buscaban únicamente satisfacer sus intereses.
La situación política no era menos grave. El gobierno conservador de Dato había sido sustituido por un gabinete liberal presidido por el conde de Romanones, que continuó con la corrupción política, y ante las quejas decidió cerrar las Cortes. Dato volvió a asumir la jefatura del gobierno, y los diputados de la oposición reclamaron la reapertura de las Cortes pero el gobierno se negó. Como reacción, se organizó en Barcelona una Asamblea de Parlamentarios que exigió la formación de un gobierno provisional que convocase Cortes constituyentes para reformar el sistema político y descentralizar el Estado. Desde la Asamblea, se convocó una reunión de todos los diputados y senadores españoles, de los que acudieron mayoritariamente catalanistas, republicanos y socialistas. El gobierno prohibió la convocatoria y finalmente fue disuelta por la Guardia Civil. El movimiento parlamentario contó con escasos apoyos.
Las centrales sindicales CNT y UGT acordaron firmar un manifiesto conjunto para contener los precios. La tensión estalló en agosto de 1917 y la UGT, con el apoyo del PSOE, decidió llamar a la huelga nacional. La protesta reclamaba el fin de la monarquía, la formación de un gobierno provisional que convocara Cortes constituyentes y el paso a un sistema republicano. La huelga tuvo una incidencia muy desigual, ya que apenas contó con el apoyo de los sectores campesinos. La reacción del gobierno fue básicamente represiva y violenta: se declaró la Ley Marcial, que supuso la supresión de derechos y libertades, y se envió al ejército a aplacar el movimiento. La huelga fracasó pero debilitó al régimen y radicalizó la oposición. En los años siguientes, el sistema de la Restauración entró en su crisis definitiva.
- La descomposición del sistema
Entre 1917 y 1923, la incapacidad de los gobiernos para reformar en profundidad el sistema político, la fuerte conflictividad social y las tensiones políticas derivadas de la guerra
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