Trabajo practico N° 2 “La alta edad media: fuentes medievales e interpretaciones contemporáneas”

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En cuanto a los problemas con las fuentes, Pérez habla sobre los documentos nobiliarios (diplomas generados por la aristocracia laica). Estos documentos se encuentran conservados en archivos de instituciones eclesiásticas, lo que implica problemas para el historiador: Por un lado esta documentación conservada es, probablemente, solo un fragmento del total de los documentos. Esto se debe a que la iglesia, al determinar la inclusión de los documentos a sus fondos, probablemente selecciono los documentos de su conveniencia, protegiendo así su patrimonio y sus derechos. También hay que tener en cuenta la perdida de documentación en reordenaciones. A pesar de esto, los documentos nobiliarios ofrecen al historiador dar cuenta de las acciones y memorias de la aristocracia. Por otro lado, la variedad de documentación eclesiástica permite complementar la información obtenía de los documentos nobiliarios.

En el caso de Holstein, se enfrenta a la falta de documentación sobre el tema que aborda. Utiliza dos fuentes. Una de las fuentes (Pacto de Teodomiro) presenta el problema de dudar sobre su genuinidad. La otra fuente (Crónica mozárabe) presenta el problema de pensar en si realmente el cronista fue testigo del año 711. El utiliza compara las fuentes, los ensambla ( a pesar de que son aparentemente contradictorios) y las interpreta como una misma descripción del hecho, pero en versiones positiva y negativa.

En el caso de Guiance, las fuentes que utiliza demuestran como el concepto de sagrado fue cambiando en el mundo medieval. El problema que encuentra en ellas es que utilizan a la aparición como propaganda, funcional a múltiples variables. El relato sobre apariciones va cambiando en cuanto a los cambios en cuanto al pensamiento sobre lo sagrado. También va cambiando según el contexto de la península Ibérica en estos siglos. Este discurso cambia, de la aparición como ejecutora de voluntad divina, pasando por aparición para remarcar un paradigma de hombre santo, hasta aparición para transmitir mensajes sobre conductas especificas o para realizar críticas a la religiosidad del momento.