ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE ORAL DE 0 A 2 AÑOS
Enviado por Jerry • 4 de Enero de 2018 • 4.447 Palabras (18 Páginas) • 548 Visitas
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Farkas (2007) señala que la comunicación es un proceso mediante el cual se intercambian y construyen significados. Uno de los primeros en desarrollarse es el lenguaje gestual, el cual va a permitir al niño vincularse con el mundo que lo rodea durante los primeros meses de vida.
El desarrollo de gestos de manera natural suele darse entre los 10 y 24 meses de edad, y son aprendidos a través de rutinas interactivas y de la imitación. El aprendizaje de gestos se da en el momento en el que el bebé necesita comunicarse, acompañada del desarrollo cognitivo.
Los gestos son concebidos como indicadores de la etapa prelingüística, son considerados como conductas que preceden y preparan la emergencia del lenguaje verbal.
El inicio de la ejecución de los gestos varía de un niño otro dependiendo básicamente de 3 factores: 1) el interés del niño por comunicarse, 2) el desarrollo de las destrezas cognitivas relacionadas y 3) la frecuencia con la que se moldean. Existe una correlación entre el desarrollo de gestos y la facilidad para adquirir las primeras palabras. [pic 4]
El desarrollo de los gestos intencionales tempranos se puede clasificar dentro de tres grupo; gestos deícticos, gestos simbólicos y gestos icónicos. Los gestos deícticos aparecen entre los 9 y 12 meses de edad, y pueden clasificarse en gestos protoimperativos, que son gestos que se utilizan para hacer peticiones, y gestos protodeclarativos que son utilizados para mostrar algo a otras personas. Estos gestos se correlacionan con el desarrollo del lenguaje y del discurso, porque constituyen un paso importante en el aprendizaje del lenguaje verbal.
Los gestos simbólicos surgen entre los 12 y 15 meses de edad, estos tienen una función comunicativa y normativa y están constituidos por acciones físicas simples que pueden ser usadas para representar objetos y eventos. Este tipo de gestos sustituyen al habla y tiene una función utilitaria hasta que se desarrollen sus equivalentes verbales, por lo que cuando se incrementa la producción verbal, aproximadamente a los 20 meses de edad, se decrementa el uso de los gestos simbólicos.
Finalmente los gestos icónicos, estos son la evolución de los gestos simbólicos cuando el niño ha adquirido el lenguaje verbal y aparecen a los tres años de edad aproximadamente. Cumplen una función afirmativa y no sustituyen al lenguaje, sino que lo acompañan.
Entre los 12 y los 18 meses los gestos y el habla son mutuamente excluyentes, siendo los gestos eventualmente remplazados por palabras, pero no en forma inversa. A los 16 meses los niños poseen un mayor vocabulario gestual, que verbal y prefieren expresarse usando gestos. Sin embargo a los 20 meses de edad tienen un mayor vocabulario verbal y emplean palabras de forma más frecuente.
En conclusión se puede decir que los gestos refuerzan en vez de obstaculizar el desarrollo del lenguaje.
La mayoría de los estudios que aborda el tema de la adquisición del lenguaje se han centrado en estudiar las primeras producciones lingüísticas, así como los mecanismos de comunicación previos a la producción lingüística, pero este proceso solo constituye la mitad del proceso de adquisición del lenguaje, la otra mitad está conformada por la percepción y comprensión que tiene le niño de las estructuras lingüísticas. Este aspecto no ha sido estudiado tan a fondo, ya que debido a la edad de los niños, estos no han desarrollado las capacidades necesarias para ser evaluados mediante los métodos usados comúnmente sin embargo debido al surgimiento de nuevos métodos experimentales se ha podido evaluar la percepción temprana del habla. [pic 5]
Figueras y Bosch (2010) señalan que durante el último trimestre del embarazo el sistema auditivo comienza a ser funcional, por lo que toda la información percibida durante este periodo permite al recién nacido desarrollar la habilidad de diferenciar algunos sonidos vocálicos, y a los 6 meses de vida el bebé es capaz de discriminar un amplio número de sonidos. A medida que el bebé adquiere experiencia lingüística, se produce una reorganización perceptiva, las habilidades discriminativas se adaptan a los contrastes propios de la lengua del entorno. Lo que produce una disminución en la habilidad para diferenciar contrastes no pertenecientes a la lengua del entorno.
Existe una correlación entre la capacidad de discriminar estímulos a los 6 meses de edad y la competencia lingüística a los 2 años. Por lo que se considera que estas capacidades tempranas de discriminación fonética podrían ser un indicador del desarrollo posterior del lenguaje.
Se han encontrado diferencias en las capacidades cognitivas tempranas de prematuros y nacidos a término, donde los prematuros obtienen menor rendimiento comparado con los niños nacidos a término. El ámbito del desarrollo del lenguaje, se ha demostrado, que a los dos años los prematuros obtienen puntuaciones inferiores en test de comprensión del lenguaje y su habla espontánea es inferior comparada con niños nacidos a término.
El objetivo de este estudio es analizar la capacidad de discriminación vocálica y su estabilidad a los 4 y 8 meses de edad en niños prematuros y compararlos con los obtenidos por niños nacidos a término.
Los participantes fueron 14 niños prematuros de 4 meses de edad, sin anomalías congénitas severas. El entorno lingüístico de todos los niños era monolingüe. El grupo control estuvo formado por niños nacidos a término, con las mismas características que los niños prematuros.
Se utilizó el paradigma de familiarización-preferencia para evaluar la discriminación vocálica. En la fase de familiarización se les expuso a los participantes a pseudopalabras acentuadas en la primera silaba, de dos categorías. Esta fase terminaba cuando el sujeto mantenía la mirada en el monitor durante dos minutos. [pic 6]
En la fase de test se monitoreaban el tiempo de fijación a estímulos nuevos, similares y de contraste, diferentes a los utilizados en la familiarización. Cada ensayo duraba 25 segundos, y comenzaba cuando el participante fijaba la mirada en el monitor central, entonces el experimentador cambiaba las imágenes de los monitores laterales y cuando el sujeto fijaba nuevamente la mirada comenzaba la presentación de la lista de estímulos. Se realizaban 2 ensayos de contraste y 2 de estímulos similares, en orden semialetorio.
En el grupo de prematuro no se encontraron diferencias significativas entre las dos condiciones del test, por lo que parece que no es capaz de discriminar el cambio vocálico. Mientras que el grupo control resolvió satisfactoriamente las tareas
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