ANÁLISIS DE CASO- PELÍCULA ABEL
Enviado por Rimma • 24 de Abril de 2018 • 1.440 Palabras (6 Páginas) • 3.496 Visitas
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El niño no quiere dejar el guion infantil, pero asume el estado de ego del padre como una forma de interactuar con su familia, el niño siente y piensa en respuesta a una imitación inconsciente de cómo actúa o cómo interpreta las acciones de su padre. Este cambio de personalidad se presenta ante la percepción de necesidad, por parte del niño de una figura paterna, proyectando su fantasía interna por medio de conductas, pensamientos y sentimientos. En este enfoque se realiza un diagnóstico de acuerdo a los estados del yo, por lo tanto se presenta una distorsión de la realidad al asumir completamente el rol de padre en la familia.
Para que un ser humano tenga un buen funcionamiento los tres estados del yo deben estar disponibles cuando se necesiten, cuando un estado del yo es quien domina o en el caso de “Abel” ninguno se crea una inconformidad generando unas transacciones cruzadas que generan un conflicto y una ruptura en la comunicación.
En Abel ocurren bloqueos totales cuando la disfunciónalidad de sus estados se confronta con la realidad, no hay conciencia
Berne definió el estado del yo Padre como "una serie de sentimientos, actitudes y pautas de conducta que se asemejan a los de una figura parental ". (Berne, 1964,1987) El Padre es, en nuestra memoria, nuestro banco de datos interiorizado, nuestra certeza sobre lo que se debe hacer en la vida. Funciona como un magnetoscopio o magnetófono donde grabamos, tenemos disponibles y en determinados momentos reproducimos interna y externamente un repertorio de “grabaciones” con los tratos recibidos de nuestro entorno, en especial en nuestra infancia; con lo que se debe hacer, con lo que es válido hacer en cada situación. "Puede funcionar como una influencia interna dirigente (Padre Influyente) o exhibirse directamente como conducta paterna (Padre Activo)". (Berne, 1973,1974).
Cuando se hace cargo de la personalidad el Padre de la persona (Padre Activo), esta se comporta como lo hacía alguna de sus figuras parentales cuando él tenía determinada edad. Cuando la persona que habla lo hace desde el Estado del Yo Padre - usa frases estereotipadas, refranes, clisés, - da órdenes, - usa adjetivos calificativos, - hace juicios de valor,... como lo hacía alguna de nuestras figuras parentales. Ejemplos: “El que manda, manda; aunque mande mal”, “Si no sabes hacer las cosas bien, no las hagas”, “Hazlo así”, “Eso no se hace”, “Siempre...”, “Jamás...”, “Lo que hace falta es...”, “Por que lo digo yo, y punto”, “Esto es ridículo”, “¡Tonto!”, “¡Inmaduro!”, “¡Infantil!”, “No haces nunca nada bien”, etc. Tono de voz: En general fuerte, como puntualizando o bien envolvente... Gestos: Apuntar con el índice, sacudir la cabeza de un lado para otro, aprobar con la cabeza, hacer un guiño, estrechar a alguien en los brazos, dar una palmada en la espalda... Actitudes corporales: Manos sobre las caderas, mirar de arriba a bajo, cruzar los brazos sobre el pecho, meter la barbilla entre la mano, extender los brazos... Expresiones faciales: Fruncir las cejas, expresión de simpatía o de altivez, apretar los labios, elevar las cejas, elevar los brazos al cielo... Las miradas: Son intensas, amenazan o envuelven o apoyan o culpabilizan o miran desde arriba...
El Padre en el Niño (P1) representa un conjunto de pensamientos, sentimientos y comportamientos automáticos, decididos en la infancia por El Pequeño Profesor con el fin de responder a lo que los padres esperan de nosotros y que se han convertido en creencias y patrones más o menos rígidos de respuesta en situaciones determinadas.
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