“EL PROCESO DECONVERTIRSE EN PERSONA”

...

A medida que pasa el tiempo, este condicionamiento nos conduce a su vez a tener una autovalía positiva condicionada. Empezamos a querernos si cumplimos con los estándares que otros nos aplican y resulta cada vez más frecuente el que no podamos complacer esas exigencias y no poder lograr un buen nivel de autoestima.

La parte que encontramos en la tendencia actualizadora, las necesidades y recompensas positivas para uno mismo, es lo que Rogers llamaría el verdadero yo (self). Es éste el verdadero “tú” que, si todo va bien, vas a alcanzar.

Por otro lado, dado que nuestra sociedad no está sincronizada con la tendencia actualizante y que estamos forzados a vivir bajo condiciones de recompensas positivas condicionadas, entonces tenemos que desarrollar un ideal de sí mismo (ideal del yo).

El espacio entre el verdadero self y el self ideal; del “yo soy” y el “yo debería ser” se llama incongruencia: a mayor distancia, mayor será la incongruencia que define como neurosis: estar desincronizado con tu propio self.

Cuando se tiene neurosis percibes una situación amenazante, sientes ansiedad que es una señal que indica que existe un peligro que debes evitar y logar una defensa.

La idea de la defensa se engloba en un punto de vista perceptivo, de manera que incluso los recuerdos define solo dos defensas: negación y distorsión perceptiva:

- La negación significa: bloquear por completo la situación amenazante.

- La distorsión perceptiva: es una manera de reinterpretar la situación de manera que sea menos amenazante.

Algo muy importante es que Rogers solo se interesa por describir a la persona sana. Su término comprende las siguientes cualidades:

- Apertura a la experiencia: Esto sería lo opuesto a la defensivita. Es la percepción precisa de la experiencia propia en el mundo, incluyendo los propios sentimientos. También comprende la capacidad de aceptar la realidad, otra vez incluyendo los propios sentimientos.

- Vivencia existencial: Esto correspondería a vivir en el aquí y ahora. Sin embargo, esto no significa que no debamos aprender de nuestro pasado, ni que no debamos planificar o ni siquiera soñar despiertos con el futuro. Simplemente, debemos reconocer estas cosas por lo que son: memorias y sueños, los cuales estamos experimentando ahora, en el presente.

- Confianza organísmica: Debemos permitirnos el dejarnos guiar por los procesos de evaluación o valoración. Debemos confiar en nosotros, hacer aquello que creemos que está bien; aquello que surge de forma natural.

- Libertad experiencial: Rogers pensaba que era fatal que las personas tuvieran o no libre pensamiento. Rogers dice que la persona que funciona al cien por cien reconoce ese sentimiento de libertad y asume las responsabilidades de sus oportunidades.

- Creatividad: Si te sientes libre y responsable, actuarás acorde con esto y participarás en el mundo. Esto se puede hacer a través de la creatividad en las artes o en las ciencias, a través de la preocupación social, o simplemente haciendo lo mejor posible el trabajo propio.

Si la independencia (autonomía, libertad con responsabilidad) es lo que se quiere lograr en un paciente, no lo logrará si se mantiene dependiente del terapeuta. Los pacientes deben experimentar sus abordajes por sí mismos.

Existe solo una técnica por la que los rogerianos : El reflejo que es la imagen de la comunicación emocional al hacer esto, el terapeuta le está comunicando al paciente que de hecho está escuchando y se está preocupando lo suficiente como para comprenderle. También el terapeuta está permitiendo que el paciente se dé cuenta de lo que él mismo está comunicando.

Esto nos conduce a los famosos requerimientos que según Rogers debe presentar un terapeuta para ser efectivo debe tener tres cualidades especiales:

- Congruencia. Ser genuino; ser honesto con el paciente.

- Empatía. La habilidad de sentir lo que siente el paciente.

- Respeto. Aceptación, preocupación positiva incondicional hacia el paciente.

Rogers dice que estas cualidades son “necesarias y suficientes”: si el terapeuta muestra estas tres cualidades, el paciente mejorará, incluso si no se usan “técnicas especiales”. Si el terapeuta no muestra estas tres cualidades, la mejoría será mínima, sin importar la cantidad de técnicas que se utilicen.