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Educar en los tres primeros años.

Enviado por   •  6 de Abril de 2018  •  2.593 Palabras (11 Páginas)  •  319 Visitas

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Se va a producir un tránsito desde la dependencia total y el apego a la primera autonomía o separación voluntaria para ser uno mismo.

Los aspectos que describe en su extensión durante los tres años del niño son:

- Identidad.

- Motricidad.

- Cognición.

- Lenguaje.

- Juego.

- Apego.

- Relaciones sociales.

- ¿Qué dos aspectos analiza en el capítulo 3?

- La importancia de los procesos por los que los niños pasan durante los tres años que fundamenta el desarrollo posterior y garantizan en buena medida su futuro equilibrio emocional. La rapidez de este desarrollo implica una gran cantidad de cambios que hacen de esta edad un período delicado y sometido a crisis, en las que son necesarios continuos esfuerzos de adaptación por parte de los niños.

- La importancia del medio social, de las personas que rodean al niño; sin su presencia y sin la interacción adecuada con ellas, los niños no pueden progresar ni conservar el equilibrio personal a lo largo de las sucesivas etapas de desarrollo.

- ¿Qué cualidades o actitudes debe tener una educadora?

- Profundo interés y conocimiento suficiente sobre la infancia, el desarrollo de los niños, la situación social y sus derechos y necesidades. Deseo de aprender, voluntad de mejorar sus prácticas y el interés por la formación.

- Disfrutar con la relación con los niños, les gusta su trabajo y lo desarrollo con optimismo y alegría.

- Actúa con una intencionalidad clara, sabe por qué y para qué hace las cosas. Tiene capacidad de adaptación, de flexibilizar su actuación en función de las necesidades que se planteen.

- Capaz de comprometerse en una verdades interacción con los niños, sin confundir su papel con el de la familia. Posibilita y favorece el desarrollo, al poder empatizar con ellos y ser sensible a sus necesidades.

- Saber expresar afecto e interés por los niños y sus familias. Está abierta a la comunicación tanto de los niños como de las familias.

- Evitar implicarse excesivamente en las situaciones de tensión de los niños e intenta darles tiempo, ser paciente, saber esperar haciendo lo necesario para resolver dificultades.

- Reflexiona sobre las consecuencias de la propia intervención y a qué da lugar, sobre los logros y conquistas de los niños y actúa con seguridad a partir de su reflexión.

- Capaz de colaborar con sus compañeros, e intercambiar ideas, aceptar sugerencias y llevar adelante proyecto comunes.

- ¿Qué es necesario hacer para asegurar que se responde a las necesidades de los niños?

Ser una referencia personal estable para cada uno de los niños.

Los educadores son una referencia personal conocida, estable y estimuladora para cada niño/a. Éstos deben ser atendidos y valorados en su especificidad.

Para identificar las necesidades de cada niño y poder responder de manera adecuada a ellas, hay que ponerse en su lugar, intentar comprender el sentido de lo que hace, suponer sus razones para requerir al adulto. La identificación adecuada de las necesidades y la manera de atenderlas marca la diferencia entre malas prácticas descuidadas y las buenas prácticas de profesionales.

Relacionarse con los niños de manera fluida y recíproca.

Para relacionarse es necesario cultivar la accesibilidad corporal, bajar a su nivel, ponerse a su alcance para proporcionarles seguridad. Además, es preciso utilizar el don de la palabra: hablar al, con, para y por el niño. Hay que garantizar que se establece con cada uno de los niños y una comunicación personal fluida en la que hay tiempo para escuchar, responder y expresar las ideas y sentimientos.

Es necesario prestar a los niños el apoyo suficiente e las sucesivas situaciones conflictivas que se producen durante la primera infancia. Necesitan contar con un adulto capaz de contenerle.

Regular la vida en grupo.

Es necesario que la educadora emplee estrategias que le permitan regular la vida en grupo y compaginar los diversos requerimientos e intereses individuales.

El establecimiento de una organización ordena la vida de los niños y crea un marco de seguridad. Es importante que las educadoras puedan mantener una conducta estable y tolerante.

El papel que juega el adulto en los conflictos que se crea entre los niños es un pilar fundamental. Hay que saber prevenir e intervenir para que todos se sientan seguros y evitar que la intervención suponga una ruptura de la calma del grupo aún mayor que la producida por el propio conflicto.

Favorecer la actividad de los niños.

Para favorecer la actividad de los niños es imprescindible la iniciativa y la autonomía para el buen desarrollo del niño.

En la actividad significa recibir y seguir sus intereses y saber hacer propuestas motivadoras. Es necesario diseñar actividades y situaciones que den lugar a acciones diversas por parte de los niños y hagan posible el juego.

Asegurar unas relaciones de confianza y de colaboración con las familias.

El vínculo afectivo del niño con su familia es fundamental. La comprensión de este hecho implica que este vínculo debe de ser preservado y cuidado por el educador, evitando toda ruptura entre el medio familiar y el centro. Esta relación debe de ser presidida por el respeto y la tolerancia.

- ¿Qué importancia le da la autora a la observación y que aspectos tiene que tener en cuenta e instrumentos para llevarla a cabo?

La observación es el instrumento básico que permite al educador ir adaptándose al crecimiento de los niños y a las relaciones cambiantes que se establecen en el grupo.

Utilizar la observación como un instrumento de trabajo habitual es imprescindible para individualizar la atención a los niños. Gracias a ella estará garantizado que se atiende no solo a los que llaman la atención sino a todos, que se respetan los ritmos individuales

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