El desarrollo del juicio moral mediante el juego en niños de primaria
Enviado por Albert • 31 de Octubre de 2018 • 7.764 Palabras (32 Páginas) • 503 Visitas
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La psicología genética, es una disciplina científica que tiene su propio objeto de estudio: la construcción del conocimiento en el sujeto que se inicia al nacer y concluye en la edad adulta. Piaget denominó su teoría como “epistemología genética” por su interés en el análisis de la construcción de conocimiento como parte del ser humano desde sus orígenes, es decir, en el descubrimiento de la génesis o “embriología de la inteligencia” (Miranda, 1999).
1.1. Conceptos básicos
Piaget (1969) define a la inteligencia como un caso especial de adaptación. La adaptación intelectual es siempre resultado de una interacción entre los procesos de asimilación y acomodación. La asimilación se refiere al hecho de que el niño refiere lo que percibe al conocimiento y entendimiento que ya tiene. Además, en la asimilación el niño trata de mantener intacta la compresión actual del mundo. El niño moldea la información que le viene del ambiente de acuerdo con sus propias necesidades. La acomodación es lo opuesto a la asimilación. Aquí, el niño ajusta a su concepto las nuevas percepciones, es decir, se trata de un cambio adaptativo a las circunstancias exteriores en el que él mismo cambia de alguna manera, debido a sus interacciones con el mundo exterior. Piaget en Craig (1988), también nos menciona que existen 4 determinantes del desarrollo intelectual: a) madurez, b) transmisión social, c) experiencia y d) equilibrio.
Piaget nos menciona que existen 4 grandes periodos o etapas de desarrollo, La primera es la etapa sensorio-motriz (0-2 años), La segunda etapa es la preoperacional (2-7 años), la tercera es la etapa de las operaciones concretas (7-12 años) y la cuarta es la etapa de las operaciones formales (12 en adelante). Para fines de la investigación, nos enfocaremos solamente en la segunda y tercera etapa de desarrollo.
1.2. Etapas del desarrollo
Hay cuatro características de los estadios piagetianos, según Linares (2008):
En primer lugar, la secuencia de aparición de las etapas es invariante, esto es, los estadios siguen un orden fijo determinado. No obstante, las personas avanzan a distinto ritmo, es decir, se producen fluctuaciones en cuanto a la edad de su aparición y no todos los individuos alcanzan las etapas finales.
En segundo lugar, existe una estructura de conjunto de características de cada estadio. Piaget consideraba que el pensamiento de los niños experimenta algún cambio abrupto en periodos breves. En estos momentos surgen las nuevas estructuras cognitivas.
En tercer lugar, los estadios son jerárquicamente inclusivos, esto es, las estructuras de un estadio inferior se integran en el siguiente.
Finalmente, la transición entre estadios es gradual.
1.2.1. Etapa Preoperacional
En esta etapa se destacan características importantes en el desarrollo mental: la aparición del lenguaje, el cual facilita la explicación de sus acciones y el poder de reconstruir el pasado y anticipar el futuro; el pensamiento del niño el cual es intuitivo, es decir, tiene como soportes el lenguaje interior y el sistema de signos; comienza a dejar el egocentrismo y a desarrollar la interacción con otros individuos; la interiorización de la acción pasa a reconstituirse en el plano intuitivo de las imágenes y las experiencias
La etapa preoperacional es la segunda de las cuatro que establece Piaget, se divide en pensamiento preconceptual y pensamiento intuitivo, el primero entendido como un periodo de transición entre las pautas de vida propias de una conducta puramente dedicada a la autosatisfacción y la conducta rudimentariamente socializada, el segundo como la ampliación del interés social en el mundo que rodea al niño; pero ambas, en conjunto, forman un puente entre la aceptación pasiva del medio tal como se lo experimenta y la capacidad de reaccionar frente a él de modo realista (Rosas y Sánchez, 2005).
Piaget (1972) sostiene que en esta etapa aparece la función simbólica (lenguaje, juego simbólico, etc.) y se da el comienzo de la interiorización de los esquemas relacionados con acción en representaciones. Además, comienza a realizar organizaciones representativas basadas sobre configuraciones estética, ya sobre una asimilación a la propia acción entre otros procesos cognitivos. En esta etapa el niño de manera progresiva aprende a clasificar, dispone los objetos en series según su tamaño o color, adquiere un conocimiento de los números, tiempo y espacio (Jiménez, 2010).
Villegas (2010) menciona que Piaget denominó a esta etapa como “intuitiva” porque los niños se muestran muy seguros de sus conocimientos y de su comprensión, pero no están conscientes de cómo saben lo que saben; es decir, dicen conocer algo, pero lo conocen sin el uso del pensamiento racional. Según Piaget (1980) las características del pensamiento intuitivo más importantes se describirán a continuación:
La primera es la centración que es la tendencia a fijarse en algunos aspectos de la situación, desechando otros y provocando de esta manera una deformación del juicio o del razonamiento.
La segunda corresponde a la irreversibilidad, siendo una cognición reversible si es capaz de proseguir un cierto camino en un sentido (ejecutar una serie de razonamientos) y luego hacerlo en sentido inverso para encontrar el punto de partida. Las cogniciones preoperatorias, en la medida que dependen de las acciones y la realidad concreta, carecen de la movilidad propia de los actos mentales reversibles.
La tercera es el estatismo y se refiere al pensamiento preoperatorio que tiene tendencia a fijarse en las configuraciones perceptivas más que en las transformaciones; y finalmente se encuentra el egocentrismo, siendo una tendencia a tomar el propio punto de vista como el único, desechando el de los otros. El niño cree que todos los que le rodean comparten sus mismas representaciones y se comporta como si creyera que su visión del mundo es la única posible. Las repercusiones y las formas de manifestarse el egocentrismo son muy variadas; un ejemplo serio que por medio del lenguaje apreciamos cuando el niño habla de sí mismo y no trata de situarse en el punto de vista del interlocutor.
Juego simbólico
El juego simbólico forma parte de una de las cinco conductas que surgen como expresión de la función semiótica o simbólica. En este contexto el juego simbólico aparece como una actividad predominantemente asimiladora y es a través
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