“La otra escuela”

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Sería una comunidad democrática dedicada a la formación de fines y valores mediante la reflexión crítica. El autor sostiene que la principal aspiración de una ciencia de la educación seria aportar al cultivo de aquellas cualidades que fomentan el desarrollo de individuos racionales y el crecimiento de las sociedades democráticas. Su promesa es restablecer las condiciones que estimulen el dialogo y un debate racional compartido, así se aclare y refuerce los lazos entre los individuos, la educación y la sociedad. Esto es lo que lo que los docentes del bachillerato practican.

La resistencia es lo que mayor valor toma en este espacio para los estudiantes dejados de lado por el sistema educativo tradicional. Ampliaremos un poco más esta visión de la resistencia, según Giroux es una valiosa creación teórica e ideológica que ofrece un importante enfoque para analizar esta relación entre la escuela y la sociedad. Proporciona un impulso teórico para entender las formas más complejas bajo las cuales los grupos subordinados experimentan su fracaso educativo y dirige su atención hacia nuevas formas de entender y reestructurar los modos de la pedagogía crítica. La resistencia tiene que ser fundamentada en un razonamiento teórico que apunte hacia un nuevo marco de referencia y hacia una problemática para examinar a las escuelas como sitios sociales, particularmente los grupos subordinados. Su concepto representa un discurso que rechaza las explicaciones tradicionales del fracaso de las escuelas y conductas de oposición. La construcción de una resistencia requiere una serie de preocupaciones y supuestos acerca de la escolarización que son generalmente negados por las perspectivas tradicionales de la escuela y por las teorías de la reproducción social y cultural. Su idea señala la necesidad de comprender más a fondo las formas complejas bajo las cuales la gente media responde a la interacción entre sus propias experiencias vividas y las estructuras de dominación y opresión.

Para el desarrollo de un razonamiento sobre la noción de la resistencia, hay una necesidad concreta de disponer de un criterio contra el cual el término pueda ser definido como categoría central del análisis de las teorías de la escolarización. El autor sostiene que la resistencia tiene que ser situada en una perspectiva o racionalidad que tome la noción de emancipación como su interés guía. Esto sería la naturaleza y el significado de un acto de resistencia que tiene que ser definido junto con el grado por el que este contiene posibilidades de desarrollar el compromiso por una emancipación de la sensibilidad, imaginación y razón en todas las esferas de la subjetividad y objetividad.

Se debe puntualizar que el valor esencial de la noción de resistencia tiene que ser medido no solo por el grado en que promueve el pensamiento crítico y la acción reflexiva sino, de manera más importante, por el grado en el que contiene las posibilidades de estimular la lucha política colectiva alrededor de problemas de poder y determinación social.

El valor pedagógico de la resistencia se radica en situar sus nociones de estructura e intervención humana, y los conceptos de cultura y autoformación, dentro de un una nueva problemática para comprender el proceso de la escolarización. Señala la necesidad de analizar la cultura de la escuela dentro de un terreno cambiante de lucha y contestación. El conocimiento educativo, los valores y las relaciones sociales están ahora ubicados dentro de un contexto de relaciones antagónicas vividas y necesitan ser examinadas ya que están contenidas dentro de las culturas dominantes y subordinadas que caracterizan la vida en las escuelas. Los elementos de la resistencia ahora se convierten en el punto central para la construcción de diferentes conjuntos de experiencias vividas, en la que los estudiantes pueden encontrar una voz y mantener y extender las dimensiones positivas de sus propias culturas e historia.

El motivo por el cual elegí este articulo fue por varias razones una de las cuales tiene que ver con la marginación social que viven estos jóvenes y adultos. Además de ya conocer varios bachilleratos populares en los que tengo compañeros y amigos, en lo cual experimente de primera mano esta lucha de docentes y estudiantes por una educación popular. La cual requiere la colaboración del estado para poder funcionar hoy en día, pero no aun como los desearíamos muchos. El proyecto pedagógico presentados por los bachilleratos populares no son prioridad en el marco de la educación tradicional, por eso ahora y más que nunca hay que apoyar por este nuevo modelo educativo transformador.

Bibliografía:

- Carr Willfred. “Hacia una ciencia crítica de la Educación”, 1990.

- Freire Paulo. “Pedagogía del oprimido”, 1968.

- Giroux Henry. “Teoría y Resistencia en educación: una pedagogía para la oposición”, 1995.