Las instituciones educativas.

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En la formación docente hay una formación inicial, como lo establece el Art 71° de la Ley de Educación Nacional y una formación continua, ambas como parte constitutiva del Nivel Superior, Art 72°.

Es triste ver como son pocos los docentes que se interesan y ven a la formación como un proceso permanente, de continua actualización, lo más triste aún, es ver como esa falta de actualización repercute acentuando las distintas problemáticas que presenta hoy la educación.

Hoy el Estado busca revertir esa situación a través de diferentes objetivos establecidos en el Art. 73° de La Ley de Educación Nacional.

La formación, tanto inicial, como continua, deberá responder a las problemáticas actuales, derivadas de los diferentes ámbitos que atraviesa la educación. Art. 79°.

El papel del docente ya no es el mismo que hace varios años atrás, y su quehacer pedagógico se encuentra en cada una de las barreras que tendrá que pasar.

Para ello, deberá desarrollar y promover la igualdad para que todos los alumnos recorran responsable e igualitariamente el camino de su propio aprendizaje, perdiendo la importancia transmisora de conocimientos, que en otros tiempos ocupó la mayor parte de la actividad docente, como lo afirma Edgar Faure, Aprender a Ser, (1980):

Asegurar oportunidades iguales a todos y cada uno no consiste, como en general todavía se cree, en garantizar un trato idéntico a todos en nombre de una igualdad formal, sino en ofrecer a cada individuo un método, un ritmo y unas formas de enseñanza que lo acomoden. (Pag. 139).

Estas circunstancias, reclaman un nuevo perfil docente, que conozca y ponga en práctica métodos y estrategias para enfrentar situaciones que afecten el derecho a la educación, como lo establece el Art. 4° de la Ley Federal de Educación.

En el nivel superior generar oportunidades educativas inclusivas, no es el hecho de moldear a los alumnos para integrarlos, sino que requiere la transformación de las instituciones y de las experiencias educativas para que puedan dar una respuesta de calidad y de condiciones equitativas, respecto a las diferencias de las personas y de los grupos.

Generalmente esas diferencias radican en la fatalidad de origen, donde los que pertenecen a hogares con bajos recursos, tienen menos posibilidades de acceder al nivel superior.

Otra de las diferencias es la certificación del nivel medio, ya que si todos acceden a una misma certificación, las condiciones que presentan los que finalizan en escuelas urbanas es diferente a los que finalizan en escuelas rurales, los cuales están condicionados de elegir una carrera entre las ofertas institucionales del Nivel Superior, cayendo nuevamente en la no inclusión educativa.

Hacer frente a esta situación significa avanzar en la democratización de las oponidades educativas para asegurar que la Educación para todos, signifique realmente “todos”,

Llevar a la práctica la inclusión, exige una multiplicidad de cambios que abarca la totalidad del sistema educativo, donde la Ley Federal de Educación N° 26206 trata de reparar las secuelas de la política neoliberal de los años 90.

Como futuros formadores, sabemos que la inclusión es compleja y que requiere de una búsqueda incesante de formas para responder a la diversidad, donde deberemos considerar los cambios y aceptarlos.

Se trata de formas de actuación que permitan una práctica enriquecedora, donde deberemos ir renovando nuestro discurso y adecuarlo al nuevo contexto para fomentar las relaciones entre la escuela y sociedad.

No debemos olvidar que la construcción de nuestros saberes estará impregnada de nuestras creencias, valores ideologías, miedos y prejuicios que va a incidir en nuestra formación. Son variables que van a dar forma a nuestra actuación docente y a la complejidad de la misma, convirtiéndose al mismo tiempo en una amenaza y un desafío a las capacidades individuales, ya que es justamente el individuo en proceso de formación, el que va a tener en sus manos los cambios.

Estos cambios necesitan de una formación que brinde herramientas para asumir la responsabilidad de tomar decisiones sobre la actuación educativa, pero como propia.

Es decir que la calidad de la educación, tiene que ver con la calidad de los profesores los cuales deben ofrecer oportunidades para formarnos como productores de conocimientos y no como consumidores de los mismos, para lograr el cambio que requiere la inclusión.

Bibliografía:

• Ley de Educación Nacional N° 26206. Ministerio de Educación de la Nación.

• Normativas. Ley de Educación Nacional. Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente (Res CFE 188/12. Programa Nacional de Formación Permanente. (Res CEF 201/13).

• Flavia Teregi, FLACSO, 2012, Inclusión educativa: un desafío al saber pedagógico". Conferencia, 5° Parte.

https://www.youtube.com/watch?v=K215MdQuXkk.

• Andrea Alliaud, 2013, “Las Tareas de los docentes”, 5° tema del Encuentro Internacional de Educación, organizado por fundación Telefónica. https://www.youtube.com/watch?v=5IPTVf0iUOo

• Andrea Alliaud, 1993, Los maestros y su historia: Los orígenes del Magisterios/1. Centro Editor de América Latina S.A. Buenos Aires.

• Victoria Gessaghi – Paola Llinás, 2005, Democratizar el acceso a la Educación Superior, CIPPEC, Buenos Aires.

cippec.org/files/documents/.../democratizarelacceso_EDU.pdf

• CPU-e Revista de Investigación Educativa N°1, 2005, Instituto de Investigación en Educación, Xalapa.

• Mollis Marcela, 2001, La Universidad Argentina en Tránsito: “Los jóvenes no tan jóvenes”. Fondo de la Cultura Económica. Buenos