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SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA USAR (MÁS Y MEJOR) LOS LIBROS DE LA BIBLIOTECA ESCOLAR Y DEL AULA

Enviado por   •  22 de Octubre de 2017  •  1.710 Palabras (7 Páginas)  •  580 Visitas

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- QUE HACER CON LOS LIBROS

Exploración libre. El “tiempo libre” en la escuela se confunde fácilmente con el “tiempo muerto”. El aula, la biblioteca y el mismo patio ofrecen muchos momentos ideales para abrir esos espacios flexibles, para explorar al propio ritmo y al de los otros. Momentos en que tienen lugar múltiples y trascendentes aprendizajes. Una propuesta para comenzar a experimentar estos espacios de pauta mínima podría ser esta exploración libre. Consiste en tener cotidianamente un tiempo (se puede comenzar con15-20 minutos al principio, llegando hasta 40-45 si el grupo así lo demanda) para explorar libremente los materiales de la biblioteca seleccionados, así como otros materiales didácticos y de lectura disponibles en la escuela. Es un tiempo para que los niños tomen un libro y otro, los comenten, los “picoteen”; a lo mejor alguno se concentra en un solo libro, otros tal vez peleen por el mismo, otros harán trenecitos con el material, otras dos juntarán sus cabezas para mirar los dibujitos, etc. Todo está permitido, excepto dañar a los materiales o a los compañeros.

Construir este espacio no es sencillo (tanto los alumnos como los profesores estamos acostumbrados a actividades más dirigidas), pero vale la pena intentarlo. Algunas consideraciones:

- Renuncie a tener al grupo silencioso y ordenado. Es un momento de alegre ir y venir entre los libros y la conversación. Los niños no estarán quietos en una banca. Disponga el espacio amplio, tan abierto como se pueda. No necesariamente debe ser en aula; el patio, la biblioteca misma, la sombra de un árbol o un corredor fresco funcionan perfectamente.

- Admita diversas prácticas de lectura al mismo tiempo. Debe garantizar la posibilidad de leer solos, en grupos, en parejas, etc. Deje el material al alcance de los alumnos. Circule entre los grupos de niños. Sea curios@, escuche lo que platican, tome nota de lo que le parezca interesante, gracioso o extraño. Léales en voz alta cuando se lo soliciten, despeje sus dudas (o participe en ellas), etc. Es decir: intégrese plenamente, como lector o lectora a esta actividad.

- Integre esta actividad con el resto de la propuesta didáctica. Aproveche los descubrimientos de los niños para relacionar lo que ellos encuentren con los temas que están trabajando en clase. Se sorprenderá de la gran capacidad de los alumnos (incluso de los más pequeños) para encontrar temas y materiales pertinentes para complementar y desarrollar el trabajo de la clase. Esta actividad se presta para fortalecer o dar pie al trabajo por proyectos, en diferentes asignaturas y campos formativos.

¡Lea en voz alta! Todos los días. Sus favoritos. Lo que más le guste de la biblioteca, y también de su casa. Instaure “la hora de las complacencias”, deje que los niños le pidan, y usted présteles su voz y su experiencia para acercarles los textos elegidos por ellos. Lea de todo: cuentos, por supuesto, pero también fragmentos de notas sobre ciencia (muchísimos libros de la biblioteca abarcan temas y tratamientos de las más diversas ciencias), sobre la vida de los animales, inventos y descubrimientos, astronomía, poemas, historia, trozos de biografías y un largo etcétera. Léale a todo el grupo, pero también busque espacios para leer a uno, a dos, a un grupo pequeño de niños. Estas lecturas en voz alta “personalizadas” suelen tener una incidencia fundamental el acercamiento de los niños a la letra. Un regalo de alegría compartida en el lenguaje, que todo niño debe recibir, con toda la frecuencia posible, sin importar su edad. *Sobre este tema fundamental de la lectura en voz alta, no se pierda el libro “Como una novela”, de Daniel Pennac, editado en la Biblioteca para la Actualización del Maestro de la SEP (en su biblioteca escolar, o en el Centro de Maestros).

Los libros sirven para muchas cosas. Para hablar, para escribir, para complementar, para comparar, para consultar, para vivir experiencias límite sin exponer el pellejo, para aprender de nosotros mismos y de lo que nos pasa, para asomarnos a las ventanas más distantes, para escuchar las más diversas voces, para tomar ejemplos y para descartar opciones, para dibujar nuestras propias imágenes, etc. Muestre a l@s alumn@s la enorme diversidad de usos y posibilidades que ofrece la lengua escrita, entrelazando siempre lo que está escrito en los libros con la vida cotidiana. Proponga actividades, y deje que los niños también lo haga. Lea a veces para estudiar un tema, a veces para cantar juntos, a veces para recordar otras épocas, a veces para reírnos, a veces sólo por pasar un buen rato, a veces para escribirle a un personaje, etc… Busque estrategias y juegos que involucren a los libros, comparta con otros colegas, y cuide siempre de NO ESTABLECER COMPETENCIA respecto de la lectura. Nada de “a ver quién lee más libros”, o “el que esté calladito se gana un premio”, o “el que lea más palabras por minuto”. Esto no hace más que desalentar el amor por la letra y la lectura, y va en contra de todo principio bibliotecario. En síntesis: ¡¡Disfrute sus ratos con los libros, y haga disfrutar a los alumn@s!! Tal vez sean sus únicas oportunidades de hacerlo.

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