¿A CASO LA PROFESIÓN DE SER DOCENTE NO EXIGE MÁS RESPONSABILIDAD CON LA SOCIEDAD?.

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Este desinterés tan representativo del profesor David Lurie es quizás ( sin generalizar y sin juzgar) similar al de ciertos docentes que sin importar las consecuencias llevan a cabo delitos afectando a familias enteras y afectando la confianza que estas familias depositan no solo en una institución educativa sino también en la mayoría de docentes a los cuales se les empieza a hacer señalamientos por el mal comportamiento de otros.

Es de suma importancia, que los docentes que están en formación, comprendan la importancia de sus acciones, dado que estas generan una marca mayor, pues como se mencionó con anterioridad, son los profesores ejemplo de comportamiento, dado que son los guías de la formación, y si aceptan comportamientos como estos en la sociedad, la construcción de valores por la que años anteriores se ha venido creando, se perderá “en un abrir y cerrar de ojos”.

Ahora bien, en esta problemática, no solo se ve implicada la responsabilidad de los docentes, sino también es importante contar con el papel de los padres y de la familia, puesto que son ellos los encargados de dar una formación a sus hijos basada en la confianza, de tal forma que eviten entrar en situaciones de peligro, con las diferentes personas con las que interactúan a diario, dado que si los niños y los jóvenes tuvieran la confianza para hablar y decir si sienten alguna situación extraña, estas situaciones podrían evitarse.

Dicho lo anterior, las instituciones educativas, deben abrir y fomentar espacios en donde los estudiantes también puedan tener la confianza para informar situaciones extrañas y ajenas a las cotidianas dentro de los establecimientos como fuera de la institución, además de guiar cursos de educación sexual, en donde se cree ese culto y respeto por el cuerpo tanto del otro como el propio.

Para finalizar, se puede concluir con el hecho de que es necesario que los profesores entren en criterio de entender que son los más responsables por sus acciones, y que todas las acciones que ejecutan son base para el buen o el mal reconocimiento de las profesiones como docentes, pues por pocos pueden juzgar a muchos, y al ser guías y responsables de procesos de formación, se asume ese papel indispensable de patrocinar el buen comportamiento de una sociedad que por la evolución ha entrado en crisis.

“Cuanto más cambian las cosas, más idénticas permanecen. La historia se repite, aunque con modestia. Tal vez la historia haya aprendido una lección.”