Aspectos éticos y técnicos de la evaluación del aprendizaje

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De ahí que el aprender a confiar en el trabajo de los distintos actores de la evaluación es tan importante como capacitarse y capacitar a los actores en las interpretaciones de los resultados obtenidos, cualitativa y cuantitativamente, para reducir el margen de diferencia en las competencias del grupo en que se está trabajando. El manejo de las consideraciones éticas representa un nivel de intimidad necesario para la autoidentificación inmediata de las áreas de oportunidad que la función docente va alcanzando al saber que, si bien no necesariamente todo aprendizaje puede operar en la homogeneidad, el aprendizaje en si ayudará a desvanecer diferencias entre el grupo de estudiantes que cubren determinada unidad curricular.

Vincular la ética con la técnica siempre va a ser un reto que surja y evolucione con los años y experiencias docentes, pero también con la capacitación, adquisición y práctica de métodos y técnicas aplicadas por humanos y con humanos y la responsabilidad es alternante, palpitante y móvil que transita desde la cúspide del programa del cual parte hacia un trabajo colegiado, consciente y reflexivo, que se ve impactado en el esfuerzo en el aula, que surge de la ética del maestro e interactúa con la ética del estudiante, ya sea grupo o individuo; que retorna sinérgicamente en forma de datos y reflexiones hacia la cúspide de la cual partió. Es entonces cuando las técnicas más precisas serán aquellas que utilicen toda la flexible trayectoria del proceso de aprendizaje y la conviertan en una herramienta que arroje datos duros pero resultados flexibles que converjan pero valoren la divergencia, que tengan participación pero alternancia, que trabajen sobre el aprendizaje y la excelencia y que sean óptimas pero no perfectas para que puedan seguir evolucionando, que sean científicas pero también sensibles.

Las consideraciones éticas se vuelven también morales, al momento de evaluar. Todos los corresponsables se evalúan simultáneamente, en un ámbito mejora continua, ya que la reflexión, nos va llevado al procesamiento de resultados y de conocimientos en esta relación que refleja un trabajo conjunto que se vuelve moral, en el momento en el que pasiva o activamente se da un trabajo acordado ya sea colegiado o de aula, haciendo cómplices y testigos a los actores del aprendizaje.

Mi función primordial en base a lo anterior, es la de orquestar los procesos, los tiempos, los programas, características y las formas a mi identidad y mi ética, para moldear desde luego mis métodos a las mejores formas de evaluación y a la condición y características de mis estudiantes en el ámbito grupal e individual, basado en técnica y etica. Respecto a mi labor como preceptora en el plantel, existe mucho trabajo por realizar, ya que gran parte de las evaluaciones, sean diagnósticas sumativas o formativas, se realizan mediante técnicas que obedecen al agrado del docente y no por un análisis concienzudo de los fines que se desean perseguir y las características de los instrumentos utilizados, se hace necesaria la capacitación y sensibilización de los profesores para la mejora de su práctica y por ende, del aprendizaje que de ella deriva.

Referencias

Perrenoud, P. (2008). La evaluación de los alumnos. Argentina: Colihue.

Biggs, J. ( ). Principios para evaluar la calidad del aprendizaje. : Narcea ediciones.