El derecho a la información desde el enfoque racional

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3) Es poco probable que un funcionario sea sancionado por no cunplir las leyes y los órganos garantes no tienen facultades de sancionar.

4) A pesar de la cultura de opacidad existente, hay instituciones que cumplen con sus obligaciones, esto se debe a diversas razones como: la naturaleza de las funciones que realizan; la presión social que ejercen en ellas; la relación de otros entes; la presión de los medios de comunicación, etc.

Un factor relevante son los costos hundidos en el diseño de políticas públicas de acceso a la información, esto es que el gasto realizado ya no puede recuperarse, se continúe o no el proyecto. En este contexto, muchas instituciones incurrieron en gastos, de todo tipo con el propósito de asegurar el acceso a la información, una vez que se ha construido la infraestructura para cumplir con las leyes de transparencia, los costos disminuyen, aumentando la posibilidad de que se cumplan las leyes de transparencia. A pesar de lo anterior, eso no garantiza el que las organizaciones simplemente se abran.

5) La sociedad en México no tiene interés para hacer uso de los derechos en materia de acceso a la información. Lo anterior se debe, entre otras razones a la enorme cantidad de recursos que un ciudadano tiene que utilizar para hacer una solicitud de información, y la mayoría de los beneficios solo son para aquellos individuos que tienen un beneficio directo, de índole material, al obtener información. Por lo anterior, para que el acceso a la información tenga éxito, no solo es necesario campañas que difundan el mensaje de la existencia de este derecho, sino facilitar y bajar los costos con el propósito de que todos puedan acceder.

Para que el derecho a la información sea democratizado,e s necesario con mecanismos que maximicen los beneficios a los ciudadanos y no solo se deben concentrarse en los grandes cambios sino en las particularidades de cada organización.

La cultura de la opacidad.

La cultura de la opacidad en México está profundamente arraigada, desde el diseño mismo del sistema político mexicano, en el que las instituciones surgieron en un conflicto de caudillos, hasta el modelo económico profundamente corrupto, basado en una primera etapa en monopolios estatales y en una segunda, en oligopolios privados.

Este sistema estuvo compuesto durante décadas por un partido hegemónico, el que hera heredero de los caudillos y del cual surgen todos los cargos públicos en todo el país. Esta concentración de poder, tanto político como administrativo, dio consolidar la opacidad y echó raíces profundas.

Lo anterior solo tomando en cuenta el diseño básico del sistema político, y mencionando el modelo económico de manera tangencial, ya que si se analiza a detalle, no solo se encontrará un partido como actor, sino muchos otros actores que mantienen control sobre un sector en específico, com sindicatos, o caciques locales.

Con el rompimiento del control total de un solo partido, se comienza a dar una transición a una apertura, paulatina, pues estos grupos, y todos los que giran alrededor de ellos, opusieron y oponen resistencia, ya que la apertura significa dar acceso a sus cotos de poder y ceder espacios, los cuales no solo significan influencia política sino ganancias económicas.

Bajo esta lógica, el costo de ceder espacios por medio del acceso a la información es mayor a los riesgos de no hacerlo, ya que el sistema es un búnker en el que todos los actores se cubren unos a los otros y difícilmente alguien externo a él puede acceder. Por lo tanto, el riesgo se compensa. Pero, esta regla solo va para las altas esferas del sistema, ya que las masas burócratas, las cuales no entran a la ecuación, por ser reemplazables, no tienen ningún beneficio y sí muchos riesgos.

En conclusión, el sistema nacio en la opacidad, y desde su génesis ha trabajado de esta manera, por lo cual el romper este cerco es un trabajo de décadas, en las cuales la voluntad de la sociedad civil es fundamental para romper con el bunker de la impunidad, y con ello entrar a los centros de poder, y acabar con la simulación.