El objetivo del presente trabajo es realizar un análisis reflexivo sobre la formación en valores en la agenda educativa de las escuelas de educación básica

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Revisión de la literatura

Conceptualización del término valor

Con la finalidad de comprender qué son los valores se realizó una revisión teórica sobre el término y como resultado se identifico la Axiología como la teoría del valor. Dentro de la axiología se reflexiona en torno a los problemas que generan tanto el valor en sí como los procesos de valoración, mediante los que se identifica o aplica un valor en alguna situación del mundo físico. Al mismo tiempo, la axiología también se interesa en la manera en la que los valores específicos determinan las acciones humanas (McCracken, 1950; Hartman, 1959).

El valor es una cualidad percibida en un objeto, el cual puede ser llamado depositario del valor, sin embargo esta no es una cualidad propia de éste, sino que surge en el momento de que el objeto se presente a un sujeto que lo perciba (Frondizi, 2004). La presencia de estos dos elementos, el sujeto y el objeto, ante situaciones de manifestación de algún valor ha originado dos visiones radicalmente diferentes respecto a la conceptualización del valor, tales son las teorías axiológicas subjetivistas y objetivistas.

Teorías Subjetivistas

La postura en la que el valor está fundamentalmente determinado por efectos producidos en o por el sujeto es conocida como teoría subjetivista del valor.

Esta posición respecto al origen del valor ha tenido distintas vertientes, pero el pensamiento esencial que sostiene al valor como relativo al hombre valora es una constante en todas ellas. Por tanto, un objeto, de cualquier clase que sea, adquiere valor cuando al ser humano le presenta un interés, de cualquier clase (Frondizi, 2004). El problema del surgimiento valor se restringe de esta manera al problema del interés subjetivo sobre los objetos o situaciones específicas en donde se gesta la valoración.

Es importante resaltar que en las corrientes subjetivistas se resalta la dificultad de la transmisión de valores entre distintos sujetos, dadas sus inherentes diferencias.

Teorías objetivistas

Las doctrinas objetivistas contemporáneas surgieron como reacción contra el pronunciado relativismo implícito en la interpretación subjetivista, y de la necesidad de buscar un orden moral estable. El objetivismo axiológico establece que el valor que descansa en un objeto es independiente del que lo percibe y deposita un valor en él.

Así, con respecto a los valores estéticos, la belleza no es extraíble de las cosas bellas, que la propia belleza las antecede. Los valores poseen cualidades independientes de los bienes y esta independencia es total (Frondizi, 2004). Además, la independencia no se restringe sólo los objetos del mundo, sino también se refiere a reacciones subjetivas que pudieran presentarse frente a los bienes materiales. Los valores, al poseer cualidades independientes, no varían con las cosas. También se considera que la independencia de valores implica su inmutabilidad: los valores no cambian.

Por otra parte, la naturaleza de los valores absoluta, los valores no están condicionados por hecho social, biológico o particular. Sólo el conocimiento individual y subjetivo del valor es relativo, pero no el valor en sí.

Teoría relacional del valor

Las teorías antes mencionadas han contribuido mostrar un aspecto de la naturaleza del valor, sin embargo son mutuamente excluyentes, aún cuando en ambas se encuentran, elementos valiosos para la explicación del valor en sí (Frondizi, 2004). Los argumentos de las teorías subjetivistas y objetivistas tienen validez equivalente, pero ambas posiciones son parciales porque no generan una propuesta de solución satisfactoria respecto a la naturaleza del valor.

El subjetivismo tiene razón cuando sostiene que no hay valor sin valoración; pero su error se centra en negar el elemento objetivo adicional. El objetivismo, a su vez, acierta al indicar la importancia de las cualidades objetivas, pero se equivoca al dejar de lado la reacción del sujeto frente a tales cualidades. Al parecer, la respuesta a la interrogante de si las cosas tienen valor porque algún sujeto las desea (posición subjetivista), o si el sujeto desea a las cosas porque tienen valor (posición objetivista), tampoco es un asunto fácil. Se vislumbra en el problema central de la axiología que el valor es el resultado de una tensión entre el sujeto y el objeto y, por tanto, ofrece una faceta objetiva y otra subjetiva. Además, un punto que parece claro, es que los valores sólo son posibles en el marco de un proceso de valoración real o posible (Aranda y Salgado, 2005)

De la revisión de las posturas objetivistas y subjetivistas, se desprende que ninguna de estas corrientes filosóficas provee de un marco referencial suficiente. Sin embargo su desarrollo condujo a una tercera teoría, la teoría relacional del valor.

El valor tiene, entonces, carácter relacional y requiere la presencia del sujeto y del objeto (Frondizi, 2004). En el proceso de valoración, todos los estados psicológicos y fisiológicos subjetivos influyen. Asimismo, el factor objetivo es complejo porque toda característica objetiva del depositario considerada durante el proceso de valoración puede modificar su importancia, y con ello condicionar la percepción del objeto el sujeto, necesaria y determinante en la valoración.

Además de los elementos subjetivos, objetivos y relacionales, se incluyen factores sociales y culturales, relativos a la circunstancia en que se presentan la valoración y la manifestación del valor en sí. Incluso la jerarquía del valor puede cambiar a otros valores en función del cambio en su contenido subjetivo u objetivo.

Teniendo en cuanta lo anterior se presenta una posibilidad de que el valor sea susceptible de ser transmitido, es decir se pueda formar o educar.

La incorporación de valores en los planes y programas de estudio

A partir de la comprensión del la complejidad del término valor se presenta el cuestionamiento de si la formación en valores, es la finalidad o el deber ser un elemento de la educación formal. Esto lleva a una reflexión sobre el objetivo de la educación integral que se expresa en los planes de estudio de educación básica.

Una educación integral implica vivir dentro de un ámbito donde sea posible y que los valores puedan ser identificados, profundizados, estimados, asumidos y activamente proyectados (Pereira, 2004).

Teniendo en cuenta lo