LA EVALUACIÓN Y LA EDUACIÓN SUPERIOR GLOBALIZADA EN MÉXICO
Enviado por Sara • 9 de Noviembre de 2017 • 2.211 Palabras (9 Páginas) • 400 Visitas
...
todas las instituciones de educación media superior y superior, tanto públicas como privadas, además de obtener apoyo gubernamental económico y político para convertirse en la única identidad autorizada para evaluar en todo el país.
Datos recientes señalan, que en el año 2013 los alumnos que aspiraban a las licenciaturas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) arrojaron cifras de exclusión como las siguientes: “de 126,753 que presentaron examen solo fueron seleccionados 10,916” es decir, hubo un 92% de aspirantes rechazados de la educación superior (Olivares, 2013, p. 8). Estas cifras de elitismo, las padecen los jóvenes pertenecientes a los sectores más pobres, ya que en los resultados los ricos tienen muchas más ventajas sobre los pobres, que un estudiante que tiene más acceso a la cultura, a libros, a internet obtiene mejores resultados que uno que no los tiene, incluso un estudiante cuyos padres tienen un nivel alto de escolaridad tiene más oportunidades de quedarse en la escuela de su preferencia (Rebelión, 2007).
Pareciera que estos resultados anulan los efectos de la desigualdad ante la selección, porque explican sistemáticamente las variaciones de la competencia entre los alumnos que poseen un capital cultural definido según la profesión de los padres, y los que no cuentan con él (Bourdieu & Passeron, 1997). Pero el examen de admisión que se aplica en México tiene como uno de sus objetivos la eliminación de un porcentaje de estudiantes que por una u otra razón no deben ingresar, y entre estas razones, es muy evidente el nivel económico del estudiante, ya que, en múltiples estudios sobre las pruebas que aplica CENEVAL se revela que uno de los tres factores más sobresalientes que tiene un impacto sobre la calificación, es el ingreso familiar.
El Siguiente gráfico muestra la falta de cobertura a nivel nacional y la desigualdad de privilegios de acceso al nivel superior en México, basado en el “mérito” que disfraza las desigualdades sociales bajo un examen de exclusión que condena por el origen de clase. Las brechas están marcadas por región, origen rural-urbano, entre las mismas zonas metropolitanas y por entidades federativas. Evidentemente las diferencias entre la ciudad de México y un estado como; Guanajuato, Chiapas, Quintana Roo, etcétera, son abismales y desventajosas para los estudiantes de origen popular. Indudablemente, la “escuela en su actual organización, estructura y métodos didácticos mantiene en plena vigencia la ley del más fuerte y el ‘sálvese quien pueda’ que, como sabemos es uno de los nortes primordiales de la sociedad capitalista” (Gutiérrez, 2010).
Gráfico 1. El reto de la inclusión.
Ante las cifras expuestas en el gráfico anterior, que dan cabida a la desigualdad social en México, a partir de las políticas educativas impuestas por los Organismos Internacionales, cabe reflexionar en base a las siguientes interrogantes: ¿se podrá concientizar en la posibilidad de crear una educación democrático-popular en México? pese a las contrariedades y contratiempos vividos en nuestro país; ¿Podremos construir un modelo educativo en México que nos proporcione las posibilidades de imaginar y plantear nuevos caminos hacia una sociedad más justa?
Finalmente, y aunado a la problemática antes expuesta, observamos que existe una exclusión educativa impulsada por el mismo Estado, mismo, que a su vez es dirigido por los organismos financieros internacionales, logrando así, su objetivo al introducir mecanismos de mercado en el desempeño institucional del sistema de Educación Superior, en este caso, a través de la competitividad. Incluso, como rasgo distintivo de la reconceptuelización de la universidad en los últimos años, vemos que la misma institución ha cambiado sus prioridades , ya que “la academia le ha abierto ampliamente sus puertas a los intereses privados y gubernamentales, comprometiendo su rol como esfera pública democrática y dándole la espalda a su papel como bien público.” (Giroux, 2008). Tanto el Estado, como los directivos de las instituciones de educación superior optaron por elegir esta prueba de medición porque les concede la posibilidad de coartar el acceso a 3 de cada 10 jóvenes en edad de acudir a la universidad en México.
De tal forma que, el TLC, tiende a definir de una nueva manera el papel del conocimiento en la sociedad mexicana. Es decir, se aprecia que los principales objetivos de una educación orientada exclusivamente al librecambismo han sido retirar los costos y responsabilidades del Estado - como ya lo hemos mencionado anteriormente -, al mismo tiempo que implantar las tres ideas fundamentales de la educación neoliberal: eficiencia, eficacia y calidad, acuñadas por la pedagogía estadounidense, trasladadas del eficientísimo industrial. En este sentido, al aumentar la eficiencia han pretendido aumentar la capacidad de respuesta de todo actor educativo, consecuentemente se da una desesperada búsqueda de la calidad educativa, forma en la que han tratado de subordinar al sistema educativo, al aparato productivo. Se ha fabricado el desfinanciamiento del sistema educativo de instrucción pública, a través de diversas teorías, conceptos y dispositivos que hicieron de la educación una pedagogía dependiente a nivel global.
En este marco, México se enfrenta a demandas educativas globales regidas por el pensamiento único, donde las expectativas no se corresponden con la realidad mexicana, pues los propósitos son claramente definidos. El proceso educativo afinca la idea de ser un mecanismo de socialización diseñado para que unos individuos cumplan determinados roles y otros se integren a las actividades productivas como obreros asalariados que aumentarán la plusvalía. (De este modo) se cumple la lógica capitalista de acumulación de capital a la cual no escapa el proceso de producción de conocimientos científicos y técnicos (Luna, 1992).
Así pues, hacemos énfasis de como la Educación Superior en México era concebida como parte central del patrimonio social, y sustento del desarrollo; hoy en día esa definición se ha vaciado de contenido, pues la educación superior se adapta cada vez más a las necesidades de la empresa, convirtiéndose ella misma en una empresa lucrativa que ofrece sus servicios como mercancía, olvidando así su vocación como centro de desarrollo de investigación y divulgación de la cultura y las artes para la población.
REFERENCIAS
Aboites, H. (1997). Viento del Norte. TLC y privatización de
...