¿La cultura de un grupo específico limita o facilita la inclusión social?.
Enviado por Rebecca • 2 de Mayo de 2018 • 1.585 Palabras (7 Páginas) • 342 Visitas
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El contexto social en el que se convive a diario está compuesto por una alta heterogeneidad poblacional, referida a una caracterización particular, denominada diversidad. Esta diversidad exige un compromiso de las diferentes partes para la sana convivencia, la oferta y prestación de servicios, así como el respeto y reconocimiento de su diferencia en la igualdad, entre otros, que permitan más que una integración, una inclusión social total. El desarrollo social inclusivo, se fundamenta en el diseño e implementación de acciones y políticas públicas para todas las culturas, para que puedan acceder a la igualdad de oportunidades, independientemente de su estatus social, género, edad, condición física y mental, etnia, religión, entre otros. El acceso a los servicios y bienes, a la educación, a la salud, al trabajo, a la recreación, al deporte, a la plena participación como ciudadano, al ejercicio de sus derechos sin restricción o condicionamiento alguno.
Las sociedades marginadas son un punto muy importante que hay que tomar en cuenta, ya que la construcción de carreteras para la cultura de un grupo específico es la mejor base para una efectiva inclusión social, ya que permite que los ciudadanos se vinculen, comercien, vayan a escuelas o institutos técnicos y los enfermos puedan ser llevados a centros de salud. Hay ciudades donde el sistema de desagües está colapsado, con serios riesgos para la salud; hay zonas que no cuentan con agua potable. Poder disponer de agua y tratar los desagües de manera adecuada es de alta prioridad. La igualdad de oportunidades es muy importante para lograr que los hogares en pobreza extrema, o vulnerables, accedan a los servicios públicos universales ejerciendo así sus derechos y su ciudadanía plenamente a través de los programas de alivio temporales y focalizados. La fomentación de capacidades para aprovechar oportunidades también es un punto muy importante ya que deben contribuir a que los usuarios de programas sociales logren estrategias sostenidas de generación de ingresos, seguridad alimentaria, reducción de vulnerabilidad y empleo que les permita superar su condición de pobreza y vulnerabilidad a través de la articulación de programas de alivio.
Los programas culturales que tienden a reparar y reconstruir el tejido social, suelen concentrarse en la diversidad cultural vista en términos de diferencias “tipificadas” o bien, en la integración e inclusión cultural. Favorecer el desarrollo de los sectores más vulnerables puede traducirse en pensar la cultura como un conjunto de capacidades que deben adquirirse a fin de desarrollarse para salir de la pobreza, a través de una reflexión sobre la misma.
La transformación social que se espera modifique la situación de pobreza de grupos sociales involucrados en dichos espacios de la cultura, aparece vinculada al progreso civilizatorio, cuestión que implica pensar en la cultura como cuestión educativa y moralizadora, por ende, no solo confrontativa de la primera visión, sino incluso relacionada con la negación de la diferencia. La inclusión es visualizada como estado de integración social, es decir de asimilación cultural e identitario, produciendo una “identidad del incluido” como referencial de la integración, en oposición a una “identidad del excluido”. Muchos de estos programas nacen y se legitiman en el ámbito institucional de la cultura y desde ahí se procura resolver si la cultura de un grupo específico limita o facilita en la inclusión social.
No obstante, algunos autores como Ticio Escobar y Texeira Coelho plantean que, sin embargo, persiste un concepto restringido del campo cultural, cuando se trata sobre todo de resolver problemas de índole social y particularmente cuando ello se supone que se podrá realizar desde el orden institucional.
“El estado no puede intervenir en las maneras de pensar, sentir, comer, vestir, etc. de los particulares. Las políticas culturales no pueden recaer sobre los mecanismos íntimos de significación colectiva ni puede envolver las zonas subjetivas de la producción cultural” (Ticio Escobar, 1992).
Según Texeira Coelho la transversalización de la cultura supondría pensar en la cultura como política, no obstante, para este autor la inclusión socio-económica no depende de la cultura, sino que solo compete a este campo ocuparse de accesos y distribuciones equitativos relativos a los recursos culturales específicamente.
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Bibliografía
- Fichter, J. (1994). Sociología. España: Ed. Herder S. A.
- Fairclough, Norman (2003). Analysing Discourse: Textual Analysis for Social Research. London: Routledge.
- García, C. (2005) “Todos tienen cultura. ¿Quiénes pueden desarrollarla?” Conferencia para el Seminario sobre Cultura y Desarrollo, en el Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, 24 de febrero de 2005
- Escobar, T. (2005) “A diversidad como direito cultural” em: Diversidade cultural e desenvolvimento urbano, Monica Allende Serra (org.), ILUMINURAS, Arte Sem Fronteiras, San Pablo
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