Trabajo digno y decente en Colombia

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En Colombia, acceder al trabajo formal, es decir que la relación laboral empleado/empleador esté constituida mediante un contrato de trabajo, es un ideal y un reto ambicioso. La legislación laboral actual es rígida acerca de las modalidades de contratación, los salarios, las prestaciones sociales, la prima, las vacaciones, etc. y esto ha incurrido a que se creen nuevas figuras de trabajo y relación laboral, muchas que implican un deterioro a un gran segmento de la población trabajadora. Las personas prefieren tener un empleo, cualquiera, que nada, porque “trabajo es trabajo”. El acceso a un trabajo estable, decente y digno es una suerte que no corren muchos. El desempleo, la informalidad laboral, las pocas garantías de encontrar empleo aun teniendo estudios universitarios, el salario mínimo precario, son muchas de las problemáticas cáncer en la realidad actual de nuestro país.

Así que finalmente, aunque en materia legislativa el trabajo sea genuinamente protegido, lo cierto es que como en muchos casos de ineficacia del país, es mediocre e inoperante. Nuestro actual modelo de desarrollo no ha llegado a una etapa constructiva en donde se reforme acerca de los métodos y reglas para el funcionamiento de un país que transforme en una realidad los estamentos y principios laborales ya escritos y que no tienen discusión. El tema tiene grandes controversias ideológicas e institucionales, sin embargo espero que pronto se consolide un cambio gradual o estructural en el camino hacia un país que respete el trabajo no solamente decente, sino también digno, bien remunerado y que fomente el desarrollo personal y social de cada persona, que promueva las libertades individuales y la integración de la comunidad, es decir, alcanzar la paz social.

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