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Neurofenomenología de la conducta consciente.

Enviado por   •  26 de Febrero de 2018  •  6.194 Palabras (25 Páginas)  •  309 Visitas

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Los antecedentes conductistas de la conducta consciente: La relación entre la coordinación sensorio motriz y el aprendizaje

La fortaleza del conductismo y sus aportes a la psicología del aprendizaje han sido innegables y vitales para su constitución como ciencia, pero deja afuera la propiedad que nos hace humanos, nuestro entendimiento de la conducta conciente.

Los trabajos sobre programas de aprendizaje sobre todo desde los aportes de Skinner son de un valor primordial para todo sujeto que quiera hacer exitosamente clínica psicológica (Botella, 2000)

Sin embargo, para Varela la frontera entre el aprendizaje y la conducta sensorio-motriz conciente es muy sutil, y en algunas ocasiones imperceptible. Las razones que se argumentan están descritas con detalle en el Libro De cuerpo presente de Varela (1992).

El primer argumento es la plasticidad del cerebro, la coordinación sensorio-motriz se basa en un cerebro que filogénicamente creado en la deriva natural, es una masa cefálica capaz de almacenar ilimitadas cantidades de datos, que a su vez constituye su capacidad de sobrevivencia y adaptación. El segundo argumento, viene de Fodor (citado en Varela, 1992) que se requiere de una conducta conciente para surgir el aprendizaje, una variable mediadora de la intencionalidad del aprender y del aprehender, por lo tanto la frontera del conocer y el aprender vuelve a ser sutil.

Para Fodor (1992) el aprendizaje también puede ocurrir sin campos sensorio-motriz de intencionalidad conciente,

incluso por error y accidente. Como son los citados en las fobias, accidentes, enfermedades. Somos para Varela generalistas, nuestra plasticidad natural ontogénicamente es la de aprehender y correlacionar información.

El otro argumento viene de Helen Rosh (Citado en Varela, 1992) constituimos una conciencia encarnada en una biología que actúa como director de orquesta y discrimina que somos, que aprendemos y que es relevante de almacenar o inhibir como dato significativo. El dato queda incorporado en la biología del sujeto como impulso sináptico, dendrítico o axón, queda una huella mnémica como registro del aprendizaje.

Por lo tanto el aprendizaje y la biología del aprehender es la clave del desarrollo y evolución del sujeto cognoscente y conciente de su conducta.

Desde la organización biológica a la conducta: los antecedentes de la conducta conciente

Para Varela (1997) el comportamiento humano, el entendimiento del cerebro y la mente tienen su origen en dos factores filogenéticos presentes en todas las organizaciones unicelulares y multicelulares hasta llegar evolutivamente a las especies complejas como humanos, animales y aves3. El primer factor, es que cuando nos referimos al comportamiento, estamos hablando del movimiento, ya que la creación del cerebro y sus funciones está asociado al movimiento4. Es decir frente a cualquier forma básica de sensibilidad nos estamos refiriendo a comportamiento.

El segundo factor es la presencia de una base sensible y una superficie motora. Ambos factores para Varela (2000) es la historia ontogénica de la organización celular del sistema nervioso.

Pero debemos hacer una diferencia, la organización del sistema nervioso es parte de la evolución de las especies que generaron movimientos, es decir, los animales que tienen su evolución a partir de la relación entre un sistema neuronal y los músculos, a diferencia de las plantas que no se mueven y que no desarrollaron un sistema nervioso. Los animales sensibles y motricez generaron a partir del sistema nervioso la complejidad del cerebro. A saber, en las especies de acuerdo a su grado de evolución, desde reptil, mamífero inferior, mamífero superior, están presentes tres cerebros interconectados entre sí. El cerebelo como vestigio de los reptiles y aves, que controla los movimientos y los impulsos involuntarios, la zona del bulbo raquídeo y límbica asiento de las emociones, vestigio de los mamíferos inferiores y las primeras organizaciones de las emociones básicas como el miedo, la ira, la agresividad y conductas de sobrevivencia, hasta llegar a la masa encefálica propia de los mamíferos primates (Kandell, 2000)5.

En resumen tenemos un animal con una organización muy básica consistente simplemente en una red neuronal que se conecta a los músculos, pero esta organización neuronal es la base del sistema nervioso y del cerebro en las especies superiores (Varela, 2000).

Por lo tanto el problema que plantea Varela (1997) y Kandell (2000) en relación a la complejidad en el primate superior, dice relación a que la percepción de los órganos sensoriales como ver, tocar, sentir y oír, no implica ninguna forma de conducta conciente producto que ya existe una estructura orgánica neuronal predeterminada para recibir estímulos precisos de una clase de energía, sino que es una construcción activa del mundo. A diferencia de la sensibilidad perceptual sensorial en los reptiles (con un cerebro), plantas sin masa encefálica, y animales cuadrúpedos con dos cerebros. Como veremos más adelante, la capacidad de representación enactiva del mundo puede considerarse una forma de conciencia (conducta conciente).

Por lo tanto, tenemos dos conclusiones. Toda la historia del cerebro y los procesos sensoriales tienen que ver con la correlación sensorio-motriz asociada al movimiento, en segundo lugar tenemos una unidad básica – la neurona - de la cual se constituye el cerebro, y se constituyen a su vez las conexiones entre el cerebro y los músculos en los cuales viaja la información eléctrica producida por los programas preestablecidos genéticamente y que tienen como base y núcleo central de coordinación el cerebro (Varela, 1997)6.

Entonces en metáfora de Maturana (1995) tenemos una conducta que es una coordinación de coordinaciones y un comportamiento que es una coordinación entre organismos coordinados para actuar. Sin embargo la idea de Varela es mucho más aportativa, menciona que el mundo es representado por el cerebro, y que estos programas prefigurados pueden ser adaptados para una mejor adaptación, esta idea puede ser igual experimentalmente hablando para un perro, un ratón y un humano7.

Aquí emerge el importante concepto de adaptación evolutiva (Varela, 2000) el cerebro es parte de una evolución adaptativa para generar un organismo con mayor capacidad de sobrevivencia y adaptación, ya que la adaptación proviene de la información entregada desde el medio ambiente.

Pero, la diferencia que hace el primate superior y el animal con uno o dos cerebros

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